Estar juntos otra vez | Larry Stylinson

Capítulo 1

Estar juntos otra vez

Louis se encontraba sentado en la silla de su escritorio, pensativo y callado. Tenía los pies cruzados arriba del mueble y el botón de su elegante y costoso traje estaba desabrochado. Podía ver a través del ventanal cristalino delante suyo la enorme ciudad fuera junto a ese característico clima nublado y fresco, que le traía recuerdos algo nostálgicos. 

Él había disfrutado de días como esos antes, mientras tomaba la mano de cierto omega y caminaban a lo largo de la plaza principal, riéndose de cualquier tontería mientras bebían café o chocolate caliente de su cafetería favorita, brazos enlazados, gorros de lana sobre la cabeza y abrigos elegantes, felices y sonrientes. De haber sabido que no volvería a vivir momentos tan cálidos como en esos días, los hubiera disfrutado más.

Suspiró. Se estiró un poco y alcanzó su teléfono celular. Había estado pensando en contactar a la madre de su hijo durante toda la mañana, y no debería haberle dado tantas vueltas al asunto y definitivamente no debería todavía estar dudando sobre si debía llamar o no, pero la cosa era que... Seguía molesto.

Creía tener un motivo válido para estarlo, pero no se sentía del todo seguro. 

La última vez que llamó y pidió visitar a su hijo había sido rechazado con una tontería que había sonado más a una excusa para mantenerlo lejos que una razón real y eso lo había hecho sentir herido y también había formado inevitablemente un poco de resentimiento en su pecho.

"Él está durmiendo." la madre de su hijo había dicho a través de la línea. "¿Sabes, Louis? Él es pequeño aún, ni siquiera tiene idea de lo que significa extrañar a alguien. Llama después."

El alfa no tenía idea de por qué había recibido aquella respuesta tan descortés y distante cuando solo había estado buscando ver a su pequeño cachorro, pues ciertamente no era así como dijeron que iban a llevar la situación luego de la separación. Habían quedado en buenos términos desde el principio, y lo habían estado manteniendo así, pero ese día al parecer había sido la excepción, y desde entonces Louis no había llamado otra vez. Quizás era algo ridículo habérselo tomado tan a pecho, pero en serio se sintió ofendido. 

No era como si hubiese estado esperando recibir una disculpa o una llamada de vuelta. Especialmente porque ni siquiera había expresado su sentir antes de decidir colgar la llamada luego de escuchar lo que el omega dijo. La comunicación había sido un problema habitual, lo reconocía, y eso inevitablemente resultó en un motivo más para decidir tomar distancia el uno del otro.

Louis sabía perfectamente que el omega no llamaría de vuelta. Ya habían pasado casi tres días y extrañaba dolorosamente a su niño, estaba acostumbrado a verlo a diario, así que sí o sí, tendría que dar su brazo a torcer pues a pesar de todo, se trataba de su cachorro y él no tenía ninguna culpa. No había orgullo ni enojo que valiera la pena para soportar su falta. Después de haberlo pensado profundamente, se molestó consigo mismo por permitir que algo tan absurdo como aquello lo hubiera apartado de su pequeño, a quien necesitaba cerca suyo para sentirse completo y en paz.

No podía explicar con palabras lo doloroso que había sido tener que dejar a su cachorro luego de terminar la relación, cómo de difícil fue darle un beso en la frente mientras lo dejaba en brazos de su madre y daba la vuelta para marchar con sus maletas. Lo tortuoso que fue pasar la primera noche sin él, sin sus suaves suspiros y su tierno aroma de bebé flotando en el aire. Seguramente jamás sería capaz de expresar con palabras lo mucho que había sufrido por no tener a su hijo a su lado, pero sí pudo expresarlo mediante lágrimas, actitudes distantes y ojos cansados durante meses.

Se había recuperado pues como toda herida, con el tiempo sanó. Cuando finalmente asumió que no había nada que pudiera hacer para que las cosas fueran diferentes, se dedicó a disfrutar cada segundo que podía al lado de su niño sin pensar en sí horas más tarde tendría que devolverlo a su madre y pasaría la noche sin él sobre su pecho.