Capítulo 25

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Después de nuestra conversación, decidimos seguir a pie y dejar los caballos atados. Cada paso nos acercaba más a Olivia. El sendero era estrecho y serpenteaba entre los árboles, cuyos altos troncos parecían observarnos en silencio. La tensión en el aire era palpable; nadie hablaba, pero todos compartíamos el mismo pensamiento: encontrarla lo antes posible.

De repente, escuchamos un ruido a lo lejos. Era débil, pero lo suficientemente claro como para detenernos. Nos miramos entre sí, tratando de identificar la dirección del sonido. ¿Era Olivia? ¿O tal vez alguien más? El corazón me latía con fuerza, y el silencio a nuestro alrededor parecía amplificarlo. Sin embargo era un alps que se encontraba siguiendo a Olivia.

—¿Cuál es la situación, Oğuz? —preguntó Orhan.
—Van por ahí, mi Shehzade —respondió Oğuz, señalando hacia Olivia, quien caminaba sigilosamente entre las sombras.
—Vamos —dijo Orhan, mirándome con determinación.

A medida que avanzábamos, nos dimos cuenta de que Olivia había descubierto un túnel oculto que ninguno de nosotros había visto antes. Estaba claro que ese paso subterráneo nos daría una ventaja estratégica para conquistar  Atranós.

—Olivia... el juego que ella ha creado será la caída de Atranós —dijo Orhan Bey con confianza.
—Inshallah —respondí, observando cómo Olivia se adentraba en el túnel con pasos rápidos pero cautelosos.

—Osman Bey dice que celebraremos la boda cuando tomemos a Atranós —añadí, intentando mantener la calma mientras sentía cómo el peso de las responsabilidades aumentaba sobre mis hombros.
—Lo haremos, con la voluntad de Allah. Vamos —respondió Orhan, señalando que debíamos seguir por el túnel donde Olivia había entrado.

Sin embargo, apenas dimos unos pasos, el sonido de relinches de caballos nos detuvo en seco. Nos escondimos rápidamente entre las sombras, intentando no ser detectados. Pero mi sorpresa fue al distinguir, a la luz de las antorchas, la figura de Tegin, quien llevaba a mi padre como prisionero.

—¡Papá! —susurré, mi voz quebrada por la mezcla de miedo y rabia. Sin pensarlo, di un paso hacia adelante, mi mano ya empuñando la espada, lista para actuar. Pero antes de que pudiera avanzar más, Orhan Bey tomó firmemente mi brazo.

—Elçim Hatun —dijo, clavando su mirada en mis ojos con una mezcla de calma y autoridad.
—Cálmate. Esperemos el momento adecuado —añadió, su voz baja pero firme, transmitiendo tanto una advertencia como una promesa.

Mi corazón latía con fuerza, y cada fibra de mi ser quería correr hacia mi padre, pero sabía que Orhan tenía razón. Atacar ahora sería un error. 

Los minutos pasaban lentamente mientras Orhan y yo permanecíamos ocultos entre los arbustos, observando cada movimiento de los soldados de Tegin. Mi mente era un torbellino de emociones: preocupación por mi padre, miedo de ser descubiertos, pero también una creciente determinación.

—Ya es mediodía, pero todavía no hemos podido salir de este lugar, mi Bey —susurró un alp que se había acercado silenciosamente a nuestras espaldas

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—Ya es mediodía, pero todavía no hemos podido salir de este lugar, mi Bey —susurró un alp que se había acercado silenciosamente a nuestras espaldas.

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⏰ Última actualización: 18 hours ago ⏰

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Entre el deber y el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora