ALEX WALTER - Mierda, la he cagado

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"Al final, entendí que no se trata de salvar a alguien, sino de estar ahí cuando la tormenta pase."

La semana pasó volando, pero el peso de las miradas entre Emily y yo seguía ahí, constante y cargado de algo que ninguno de los dos quería nombrar. Había prometido darle su espacio, pero ¿cómo se supone que ignore lo que siento por ella? Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, era como si el resto del mundo se desvaneciera. Quería estar con ella, tocarla, pero ella seguía con sus muros tan altos que parecía imposible alcanzarla.

Hoy era viernes, y la casa de los chicos estaba lista para la fiesta sorpresa de Ryan. Era su cumpleaños, aunque sabía que las sorpresas no le entusiasmaban. Sin embargo, una fiesta era una excusa perfecta para reunir a todos, relajarnos y, en mi caso, intentar distraerme de la maraña de pensamientos que llevaba semanas cargando.

No había planeado mucho más que pasar la noche con mis amigos, pero cuando Emily entró por la puerta con Dela y Tobi, algo en mi pecho se apretó. Su cabello caía en suaves ondas, y su sonrisa tímida me desarmó por completo. La vi mirar a su alrededor, incómoda al principio, pero Dela, como siempre, la animó.

Me forcé a mirar hacia otro lado antes de que alguien notara cómo me quedé mirándola como un idiota. Tyler y Jake estaban charlando conmigo en la cocina mientras preparábamos unas bebidas. Trataba de concentrarme en lo que decían, pero mi mente seguía volviendo a Emily.

Una chica que no conocía bien —rubia, alta, probablemente amiga de alguno de los chicos— apareció en la cocina. No recuerdo su nombre, pero se pegó a mí como si me conociera de toda la vida. Al principio intenté ser educado, seguirle el ritmo a su charla, pero estaba distraído, con la mirada fija en la puerta

—¿Así que tú eres Alex, verdad? —dijo, inclinándose ligeramente sobre la encimera donde estaba preparando un trago.

—Depende de quién lo pregunte —respondí con una sonrisa, pero con la mente en otro lado.

—Hmm, entonces eres tú —dijo, ignorando mi broma. Dio un paso más cerca, haciendo que Tyler y Jake compartieran una mirada incómoda antes de desaparecer con una excusa barata. Cobardes.

—¿Te puedo ayudar en algo? —pregunté, tratando de mantener un tono casual.

—No lo sé, ¿tú qué crees? —respondió, su voz arrastrándose con una confianza que empezaba a incomodarme.

Me forcé a reír, mirando hacia la puerta de la cocina, esperando ver aparecer a Emily. Pero no lo hizo.

—Mira, si estás buscando a alguien para charlar, probablemente Tyler esté libre en la sala de estar —intenté desviar la conversación, pero la chica no se movió.

—No estoy buscando a Tyler. Estoy buscando a alguien... interesante.

No respondí de inmediato, y eso pareció darle pie para dar un paso más cerca. Ahora estaba frente a mí, demasiado cerca.

—¿Sabes? Me dijeron que eras el guapo de este grupo. Creo que no se equivocaron —dijo, sonriendo mientras se inclinaba aún más hacia mí.

—Agradezco el cumplido, pero no estoy seguro de que...

Antes de que pudiera terminar la frase, me interrumpió.

—Vamos, no te pongas tan serio. Sólo es un poco de diversión.

Di un paso atrás, pero estaba atrapado entre la encimera y ella. No quería ser grosero, pero tampoco estaba interesado.

—Mira, en serio, creo que...

—¿Qué, tienes novia? —preguntó, riendo como si la idea fuera ridícula.

Su comentario me dejó congelado por un segundo. Técnicamente, no tenía novia, pero en ese momento todo en mí gritaba que no quería estar con nadie más que con Emily.

Chispas en el hielo - serie corazones en el hielo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora