𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐡𝐢𝐬𝐮𝐢

9.

Después de que Mikoto se marchó, Sakura acomodó la comida que había traído en la pequeña cocina mientras el pequeño Shisui jugaba en su manta. Shisui mayor observaba todo en silencio, reflexionando sobre lo que Mikoto había dicho y el creciente interés de Sasuke por interferir en la tranquilidad de la familia.

El bebé, mientras tanto, no dejaba de mirar a Shisui adulto. Sus balbuceos parecían casi como si intentara hablar, y cada vez que lo hacía, Sakura y Shisui mayor se miraban, extrañados.

—Es como si quisiera decir algo —comentó Sakura mientras servía un té—. Nunca había visto a un bebé tan... expresivo.

Shisui mayor esbozó una sonrisa, aunque por dentro se sentía nervioso. Sabía que, aunque Sakura no entendiera la situación, era posible que el pequeño estuviera empezando a recordar cosas.

—Tiene un gran espíritu, eso es seguro —respondió, tratando de desviar el tema.

De repente, el pequeño Shisui señaló hacia la ventana, balbuceando emocionado. Sakura frunció el ceño y se acercó para mirar afuera, pero no vio nada.

—¿Qué habrá visto? —preguntó, girándose hacia el mayor.

Shisui mayor también se acercó a la ventana, mirando cuidadosamente. Aunque no podía ver nada, un extraño presentimiento le recorrió el cuerpo.

—Quizá fue solo un pájaro —dijo, tratando de tranquilizarla. Pero en su mente, la posibilidad de que alguien estuviera espiándolos lo inquietaba.

Esa noche, cuando Sakura finalmente se fue a dormir con el bebé en la habitación contigua, Shisui mayor decidió quedarse despierto. Su experiencia como ninja le decía que algo estaba mal, y no estaba dispuesto a correr riesgos.

Pasaron las horas, y todo estaba en silencio hasta que un leve sonido llamó su atención. Era un ruido sutil, como un crujido en el techo. Sin hacer ruido, Shisui mayor salió al exterior, llevando consigo un kunai.

Saltó al tejado, y allí, bajo la luz de la luna, encontró a Sasuke, que lo miraba con los ojos encendidos de rabia.

—¿Qué haces aquí, Sasuke? —preguntó Shisui mayor en un tono bajo pero firme.

—¿Y tú qué crees? —respondió Sasuke, con una sonrisa amarga—. Vine a ver cómo Itachi está construyendo su perfecta familia con Sakura y ese... bebé.

Shisui frunció el ceño.
—¿Por qué no puedes dejar esto, Sasuke? Esto no es sobre ti.

Sasuke dio un paso hacia él, su voz llena de resentimiento.
—Todo siempre ha sido sobre Itachi. Siempre lo ha sido. ¿Y ahora? ¿Ahora también quiere a Sakura? ¿También quiere reemplazarme con ese niño?

—Esto no se trata de reemplazos —respondió Shisui mayor, manteniéndose firme—. Se trata de proteger lo que importa.

Sasuke activó su Sharingan, su odio desbordándose.
—No sabes nada de lo que importa para mí.

Antes de que pudiera lanzar un ataque, Shisui mayor lo bloqueó con rapidez, atrapando su brazo y lanzándolo hacia atrás.

En el silencio de la noche, Sasuke, lleno de rabia, desató su furia contra Shisui mayor. El choque de sus kunais resonaba en el aire, mientras ambos combatían con intensidad. Sasuke, cegado por los celos y el odio, atacaba sin descanso.