En algún momento antes de la llegada de Colin a Mayfair...
La vida de una mujer casada o viuda era muy distinta a la de una debutante; ya no existía esa competencia silenciosa para determinar quién era la joven que lucía el mejor vestido, el peinado más sofisticado o quién había captado la atención de los pretendientes más codiciados. Penélope Debling podía saborear esa pequeña liberación, aunque de forma limitada si se ponía a pensar en su actual situación. Con un embarazo muy avanzado y una viudez recién estrenada, pasaba sus días refugiada en casa, donde el silencio pesaba como una manta que ahogaba sus pensamientos.
Fue una tarde, pocos días después del funeral de su esposo, cuando la inesperada visita de Lady Danbury irrumpió en su vida. La anciana se presentó sin previo aviso, su presencia tan imponente y segura como siempre, y Penélope, sorprendida, la recibió con una mezcla de curiosidad y nerviosismo. La conversación que siguió se movió en torno a temas seguros, como la desaparición de Lady Whistledown y la compasiva e inesperada comprensión de la Reina, quien esperaría pacientemente el próximo panfleto. Pero lo que al principio pareció una visita rutinaria pronto se tornó en un pequeño refugio de consuelo para Penélope.
Habían compartido varias conversaciones acerca del Whistledown; y ciertamente, reconoció en la anciana que era una gran admiradora de su escritura. Recordó aquella ocasión en el baile de sus hermanas, cuando Lady Danbury se acercó a ella con esa sonrisa que parecía desafiar toda norma; y le dijo que había sospechado de ella desde mucho tiempo atrás.
El pasar de los meses hizo más cercana la relación entre Lady Danbury y Penélope; por lo que era usual encontrarla una vez a la semana en casa de la señora, justo para tomar el té y conversar sobre las novedades de la sociedad. La mayoría del tiempo, Lady Violet Bridgerton se unía a ellas, y juntas compartían ideas, pensamientos y experiencias.
Para Penélope, esas reuniones se convirtieron en una suerte de refugio. Las dos viudas mayores que ella se convirtieron en guías indispensables, enseñándole cómo administrar el título que ahora llevaba y las responsabilidades que venían con él. Lady Danbury, con su carácter fuerte y su vasto conocimiento, la envolvía en discusiones sobre cómo gestionar sus propiedades y en animadas charlas sobre Whistledown, el tema que parecía fascinarla sin fin. Por otro lado, Lady Violet, con su ternura innata, ofrecía un consuelo invaluable ante las dudas que invadían a Penélope durante sus últimos meses de embarazo.
Una tarde, mientras el sol se colaba tímidamente por las cortinas del salón de Lady Danbury, la conversación tomó un giro inesperado.
—Si me parece haber oído bien; Lady Cartwright se ha vuelto a casar, esta vez con el conde Stowel —comentó Lady Danbury, recargando su bastón junto a su silla. Su rostro formaba una gran sonrisa complacida.
—Me alegro, ella aun es muy joven, apenas unos años mayor que Daphne. Según tengo entendido —agregó Violet a la conversación—. Y he oído que el conde Stowel es un caballero muy honorable.
Penélope se mantuvo callada escuchando la conversación de ambas señoras; si bien la noticia era alegre y ella había pensado escribirla en el Whistledown de la semana; ese oscuro pensamiento de no haber tenido un amor correspondido se colaba como una nube negra. Sabía que no volvería a casarse, que Sam se había ido de este mundo y que Colin nunca correspondería sus sentimientos; así que consideraba mejor hacerse a la idea de que nunca encontraría amor, que vivir esperanzada de algo que jamás sucedería.
Ambas señoras debieron notar su silencio, porque Violet se aclaró la garganta y le habló, sacándola de sus pensamientos.
—Penélope, querida, ¿qué piensas? Has estado muy callada.
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Romacing Lady Debling
FanficColin Bridgerton no llega a tiempo al baile; mientras que Penélope Featherington se compromete con Lord Debling. ¿Qué ocurrirá ahora con una Penélope comprometida y un Colin que ha reconocido sus sentimientos por la menor de las Featherington?