CAP 34

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Una escapada perfecta

NADIA

El sonido de las ruedas del coche al detenerse me sacó de mis pensamientos. Levanté la vista y sentí cómo mi respiración se detenía por un instante. Frente a nosotros, rodeada de vegetación tropical, estaba la villa más hermosa que había visto en mi vida. Desde la entrada, el lujo y la exclusividad eran palpables. La casa estaba construida sobre un terreno elevado que ofrecía una vista perfecta del océano y del río que serpenteaba hacia él.

—¿Qué opinas? —preguntó Christopher con un aire despreocupado, aunque en su tono había una nota de anticipación que no pudo ocultar.

—Es… impresionante. —Las palabras no le hacían justicia. Cada detalle parecía cuidadosamente planeado, desde los ventanales de cristal que reflejaban el azul del cielo hasta los jardines que parecían sacados de una postal.

Él bajó del coche y, antes de que pudiera reaccionar, abrió mi puerta. Alargué la mano para bajar, pero Christopher me tomó desprevenida.

—¡¿Qué haces?! —grité entre risas mientras me levantaba en brazos con total facilidad.

—Te llevo a casa. —Su tono era tan natural, como si fuera lo más normal del mundo.

—¡Christopher, bájame! —protesté, aunque no hice mucho esfuerzo por resistirme.

—No. Es una tradición. Cargar a mi novia en brazos al entrar a su nuevo hogar.

Lo miré, confundida, mientras él me llevaba hacia la entrada de la villa.

—¿Qué estás diciendo?

Su sonrisa tenía esa mezcla de encanto y desafío que siempre lograba desarmarme.

—Que elegí bien el terreno de mi novia. Esta villa es tuya, Nadia.

Me detuve en seco, o al menos lo intenté, pero él seguía caminando con paso firme.

—¿Qué? No, no puedes hacer algo así.

—Claro que puedo. Ya lo hice.

—Christopher... —Intenté protestar, pero mi voz sonó más suave de lo que pretendía.

Él me miró directamente a los ojos, su expresión tan seria que me desarmó por completo.

—Te lo mereces, Nadia. Mereces un lugar como este. Un refugio, lejos de todo. Algo que sea solo tuyo.

Las palabras se me quedaron atoradas en la garganta. Era típico de Christopher hacer cosas grandiosas sin avisar, pero esta vez me había dejado sin palabras.

Al cruzar la entrada principal, mis ojos apenas podían abarcar todo lo que veía. La villa era aún más espectacular por dentro: techos altos, acabados de mármol, muebles modernos pero acogedores. Grandes ventanales ofrecían vistas panorámicas del océano y las montañas. Cada rincón parecía diseñado para combinar lujo y tranquilidad.

Christopher me dejó con suavidad sobre un amplio sofá en la sala principal, pero no antes de dejar un beso rápido en mi frente.

—¿Qué te parece? —preguntó, claramente disfrutando de mi reacción.

—Es... demasiado. —Recorrí la sala con la mirada, aún intentando procesar todo.

—Nada es demasiado para ti, princesa.

Rodé los ojos al escuchar su apodo, pero no pude evitar sonreír.

—¿Así tratas de convencerme para que viva contigo en Londres?

Christopher se inclinó hacia mí, apoyando las manos en el respaldo del sofá mientras su rostro quedaba a pocos centímetros del mío.

—¿Y está funcionando?

VENGANZA DESEADA [#1 MUJERES INFERNALES: SAGA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora