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Artemisa.
Una inmensa necesidad crece en mi interior, me remuevo buscando más de su tacto cuando trata de incorporar su cuerpo, lo atraigo hacia mi enredando mis piernas en su cintura, muerdo fuertemente mi labio inferior cuando siento su polla nuevamente contra mi piel, aceleró los movimientos de mis dedos sobre mi clítoris palpitante sintiendo como una bola de fuego se crece en mí, expandiéndose con cada latido de mi coño, mi cuerpo sufre pequeños temblores, siento la mirada de Alek sobre mi rostro, sus depredadores ojos grises no se pierden ninguna de las expresiones que pasan por mi rostro en este momento, los dedos de mis pies se encogen cuando siento que estoy apunto de estallar.
Alek: ¿Vas a correrte?— susurra bajando su rostro hasta pasar su lengua por el mi esternón, lo siento dejar pequeñas mordida que solo logran que mi necesidad incremente— ¿Te he dado el permiso de que lo hagas, Barbie?— sujeta mi mandíbula pero yo estoy perdida en la bruma del placer, mis movimientos no se detienen, al contrario, solo incrementan al escuchar su voz ronca y demandante— detente, no vas a correrte hasta que te lo ordene.
Un gemido lastimero escapa de mis labios cuando su mano se encarga de que detenga mis movimientos, abro mis ojos que se habían cerrado cuando las intensas sensaciones estaban sobrepasándome, cuando veo su hermosa y siniestra sonrisa de lado no puedo evitar los pequeños espasmos que me golpean.
Artemisa: Por favor...
Ni siquiera sé lo que estoy pidiendo.
Frunzo el ceño cuando Alek se aparta de mi cuerpo, el frío de la noche impacta contra mi piel desnuda cuando termina de quitarme los restos de la camisa de Asher, muerdo mi labio inferior cuando veo su polla erguida orgullosamente sobre su vientre, mi boca se hace agua y el miedo en mi interior se hace presente.
Esa cosa es demasiado grande.
Alek: No te asustes— toma su dureza con su mano repleta de anillos haciéndome tragar grueso cuando veo cómo se masajea ante mis ojos sin ningún tipo de pudor, relamo mis labios sintiéndolos resecos de repente— tu pequeño coño se tragará cada uno de mis 37 centímetros.
Diablos.
No me da tiempo a reaccionar y procesar la nueva información cuando sujeta uno de mis brazos atrayéndome a su cuerpo, pestañeo varias veces intentando salir de mi estupefacción.
Artemisa: V...van a romperme...
Susurro estupefacta, una sonrisa perversa aparece en sus labios y ahí es cuando reparó en lo que acabo de decir.
¿Por qué pluralicé mis palabras?
Alek: Lo haremos— jadeo cuando lo siento magrear mis nalgas, su polla palpitante descansa en medio de nosotros y por alguna razón mi vista no se aparta de ella— y disfrutarás cada jodido segundo— un pequeño grito de sorpresa escapa de mis labios cuando su mano se impacta contra mis nalgas de manera sorpresiva— ahora, recuéstate sobre mis piernas, con tu cuerpo boca abajo— muerdo mi labio inferior con nerviosismo quedándome quieta en mi lugar— quiero que me des una perfecta vista de esas hermosas nalgas que tienes.
Una vena sumisa se activa en mi ser al escuchar sus palabras llenas de dominación y oscuridad, lo miro a los ojos topándome con la mirada más perversa que haya visto jamás.
Artemisa: ¿Qué me harás?
Mi piel se eriza cuando una pequeña risa ronca escapa de su garganta, lo veo relamer sus labios antes de mirar los míos con hambre.
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Alas De Seducción [+21]
Romance"No caigas bajo las alas de seducción de los ángeles de la muerte", se murmuraba por las frías calles de un pequeño pueblo en Rusia. "No te acerques a los ángeles de la muerte, no si quieres seguir respirando", susurros, tras susurros, todos llenos...