Capítulo 1: La Confusión del Destino

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Era un día común en la base de la Tercera División del Escuadrón de la Patria. Tamama, el soldado más energético y leal del escuadrón, había recibido una misión aparentemente sencilla: ir a la ciudad cercana a entregar un paquete y regresar. Sin embargo, la misión tomaría un giro inesperado que cambiaría su vida para siempre.

— ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Tengo que entregar este paquete antes de que el General me regañe otra vez! — dijo Tamama, corriendo por los pasillos con su característico entusiasmo.

Con su uniforme ajustado y su gorra bien puesta, Tamama era un torbellino en movimiento. Nadie podía seguirle el ritmo, ni sus compañeros de escuadrón, que a menudo se quedaban atrás al intentar entender qué le pasaba por la cabeza.

Cuando llegó al punto de entrega, sin embargo, algo extraño ocurrió. Una figura solitaria estaba parada cerca de la entrada, con la mirada fija en el horizonte. Tamama frunció el ceño, intrigado por la presencia de alguien tan diferente a los soldados que normalmente veía.

La persona frente a él no era un soldado, ni mucho menos alguien del Escuadrón. Era un chico con una expresión algo distante, de cabellera desordenada y ropa que no encajaba del todo con la vestimenta militar estándar. Parecía un civil perdido, o quizá... algo más.

— ¿Oye, tú? — Tamama se acercó con cautela, sin perder su energía. — ¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo aquí?

El chico, que parecía estar sumido en sus pensamientos, levantó la mirada lentamente. Sus ojos, de un color peculiar, reflejaban una mezcla de confusión y curiosidad.

— ¿Yo? — El chico dio un paso atrás, como si no estuviera seguro de cómo responder. — Bueno... estoy buscando algo. No estoy muy seguro de lo que estoy haciendo aquí...

Tamama frunció el ceño, notando que el chico no parecía una amenaza. Algo dentro de él, quizás su curiosidad, lo empujó a seguir adelante.

— ¿Buscas algo? ¿Estás perdido? ¿Te puedo ayudar? — Tamama sonrió con la esperanza de que su energía contagiara al extraño.

El chico dudó un momento, pero finalmente asintió. — No lo sé... Es como si algo me hubiera traído aquí, pero no entiendo bien qué.

Con su inconfundible actitud, Tamama decidió tomar el asunto en sus manos. — ¡Está bien, vamos a encontrar lo que sea que estés buscando! ¡Soy Tamama, el mejor soldado del escuadrón! — exclamó, lanzando un puño al aire.

A pesar de la aparente seriedad del chico, Tamama no pudo evitar sentir una chispa de interés por él. Algo en su actitud desconcertante le resultaba extraño, pero a la vez, enigmáticamente atractivo.

A medida que caminaban por la base, Tamama y el chico, que aún no había revelado su nombre, comenzaron a hablar. Sin embargo, cada palabra que intercambiaban parecía cargar una tensión silenciosa, como si el destino de alguna manera hubiera orquestado ese encuentro.

— ¿Sabes? — comenzó Tamama mientras caminaban juntos por el pasillo. — Te pareces un poco... diferente de los demás. Pero eso no importa, todos en el escuadrón son raros a su manera.

El chico, quien finalmente reveló que se llamaba Dinkdummy, se rió con nerviosismo. — Bueno, supongo que no soy muy común. Pero gracias por no juzgarme. No soy muy bueno con la gente.

Tamama lo miró con una sonrisa amigable. — ¡No te preocupes! ¡Todos tenemos nuestras raras peculiaridades! Yo mismo soy... bueno, un poco excéntrico.

El momento fue breve, pero suficiente para que algo naciera entre ellos. No era amor a primera vista, pero había una conexión silenciosa, como si sus almas se hubieran reconocido sin necesidad de palabras. Aunque la misión de Tamama era entregar un paquete, había algo en ese encuentro que comenzaba a hacerle olvidar sus responsabilidades.

— Bueno, Dinkdummy... parece que no estamos tan perdidos después de todo. — Tamama sonrió con picardía, notando que el chico no se alejaba, sino que caminaba a su lado, como si de alguna forma, ambos compartieran un destino común, por más extraño que fuera.

A partir de ese momento, Tamama y Dinkdummy se convirtieron en una pareja algo inusual, pero destinada a cruzar caminos de manera más profunda de lo que jamás imaginaron.

Fin del capítulo 1.

Este es solo un comienzo para una historia que puede evolucionar con más interacción entre Tamama y Dinkdummy. Puedes explorar más su relación a medida que avanza la trama, incluyendo obstáculos, momentos divertidos, y descubrimientos personales que los unan aún más.

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tamama x dinkdummyWhere stories live. Discover now