Esa noche Lucius decidió salir a pescar un rato, pero al llegar, resulta que había alguien más ahí.
─¿Qué haces aquí? ─preguntó Karelia sorprendida de encontrar precisamente al cazador─. ¿Acaso sabías que iba a venir?
─Por supuesto que no ─Lucius se sonrojó─ Yo solo vine a pescar, no sabía que estabas cerca.
─Eres un mentiroso.
─Es la verdad, lo juro.
Permanecieron en silencio por un rato, hasta que Lucius se animó a preguntar:
─¿Qué planeabas hacer?
─¿Yo? Nada ─respondió─. Solo... quería pasear un rato.
─¿No planeabas atacarnos verdad?
─No... por ahora.
─Yo no diré nada a mis amigos ─respondió el cazador─. Puedes irte si quieres.
La bandida arqueó las cejas. Otra vez aquel muchacho la estaba ayudando a escapar.
─¿Por qué haces esto?
─¿De qué hablas?
─¿Por qué pareces protegerme?
─¿Qué? ─Lucius se sonrojó aún más─. ¿Por qué dices esas cosas?
─Es broma ─respondió sonriendo─. Eres un libro abierto, niño cazador.
─¿Eh?
Y volvieron a quedar en silencio.
─¿Te... gustaría... acompañarme un rato? ─murmuró Lucius.
Aunque la bandida se sorprendió por aquella repentina propuesta, también notó en el rostro del cazador la dificultad que seguramente le habría tomado decidirse a invitarla a pasar el rato.
─Si viene tu amiga bruja o algún otro de ellos...
─No vendrán ─se apresuró a aclarar Lucius─. Estamos algo retirados, y además están cuidando a un chico al que le rompieron el brazo.
─¿Qué?
─Larga historia ─respondió─. Olvídalo.
Aunque al inicio titubeó, Karelia accedió a sentarse cerca de Lucius.
Ambos contemplaban el paisaje, el cielo estrellado, el lago que se mecía frente a ellos, el viento moviendo el follaje de los árboles.
Y ahora que por fin se le había presentado la oportunidad que tanto quería, el cazador no sabía qué hacer.
Puede que antes hubiera hablado con otras chicas, pero Karelia era distinta, tenía algo que ponía demasiado nervioso al chico. Es curioso cómo la bandida no es maji, pero tenía hechizado a Lucius.
─¿Por qué tanto interés en vengarte de Larissa?
─Porque encerró a mi hermana ─respondió─. Ya lo he dicho muchas veces.
─¿Y si no fuera cierto?
─Pero lo es.
─Pero imaginando que no lo fuera ─comentó─. ¿Qué harías?
Esta vez, la pausa de Karelia fue aún más larga.
─No lo sé ─finalmente respondió.
─Entonces ─preguntó Lucius─. ¿Haces todo esto por tu hermana?
─Antes yo decía que tanto los Savants como los majis eran una escoria y que por culpa de ambos este continente estaba sumido en una guerra ─respondió Karelia─. Pero resulta que mi hermana también es una bruja, es de la gente a la que yo culpo de todas las desgracias que suceden. No creo en Larissa, pero tampoco he creído que mi hermana sea 100% inocente.
─¿Entonces porqué...?
─Porque es mi hermana, eso dije ─respondió─. A pesar de todo, aunque nuestra relación no sea la mejor.
Karelia y su hermana mayor Diriyah habían nacido y crecido en el Reino de Haderu. Desde pequeña la hermana mayor mostró cualidades aptas para el manejo del telesma y ya muchos entonces la consideraban un prodigio. Al ver cómo era adulada, Karelia se sentía emocionada porque pensaba que, en algún momento, ella también manifestaría sus respectivas habilidades con la magia y se uniría a su hermana. Pero ese día nunca llegó. Ella no era maji.
Al volverse la consentida de la familia, Karelia se sintió desplazada y marginada por su propia hermana, la cual, al creerse todo aquello que le decían, empezó a volverse cada vez más arrogante y egocéntrica. Finalmente, Diriyah fue enviada a la Academia de Artes Telémicas de Shezantine donde se convirtió en una talentosa bruja de Nivel 2. A pesar de que aquel colegio distaba a un continente de distancia, evidentemente los padres de la chica querían que su hija prodigio fuera educada en una de las escuelas más prestigiosas del mundo y no escatimaron en gastos para ello. Ellos sabían que una egresada de un colegio como ese tendría más oportunidades en la vida y podría sacarlos de la pobreza en la que vivían.
Karelia entonces se preguntaba si, de haber nacido con habilidades para la magia, a ella la habrían mandado a ese mismo colegio y también si se habría vuelto igual de arrogante que su hermana.
Llegó un momento en que los padres de Karelia hablaban tanto de lo maravillosa que era su hermana mayor y no tuvieran ninguna clase de expectativas hacia ella, que un día, simplemente se hartó y se fue de casa. Tenía resentimiento contra los majis, porque a su alrededor siempre le hacían creer que cualquier persona, solo por el hecho de ser maji, ya era mejor que aquellos que no lo eran, y ella desde ese momento intentó luchar contra esa idea y demostrar que las personas sin magia también pueden ser mejores.
Fue entonces que comenzó la guerra Savant. Aunque al inicio simpatizaba con aquellos hombres de batas blancas que usaban toda clase de artilugios sin depender del telesma, pronto se dio cuenta de que también eran unos monstruos, a veces, incluso peores que los majis. No había un punto medio en el cual pudiera sentirse cómoda, ambos extremos eran despreciables.
Durante algún tiempo pudo sobrevivir a base de robar comida y otras cosas, hasta que un día, fue descubierta por un hombre que luchaba contra los Savants. Se llamaba Allen, tampoco era un maji pero manejaba bien sus armas a tal grado que era capaz de darle batalla y hasta vencer a un maji de Nivel 2. Esta era la respuesta que tanto buscaba Karelia. Realmente una persona sin telesma era capaz de rivalizar contra un maji, así que decidió unirse a su equipo, y fueron conocidos como los 3 Bandidos.
De todos modos, era raro que actuaran juntos, así que cada uno, que tenía sus propios intereses, actuaba por su cuenta. Karelia anduvo un tiempo en su reino natal, hasta que se enteró que Larissa había capturado a Diriyah y ahora era prisionera en el Imperio Gadoni. Esto no hizo más que acentuar su odio a los majis que, según ella, incluso entre ellos se traicionaban y atacaban. Esperó por tener una oportunidad para poder vengarse, y la oportunidad llegó sola cuando supo que Larissa había venido a este continente para enfrentarse al Rey Demonio.
Pero aparentemente Karelia no estaba enterada de todos los crímenes que le habían achacado. Ella creía que todo eran solo mentiras que la gente se había inventado para desprestigiarla porque era una bruja muy talentosa. O eso quería creer.
─Creo que, independientemente de que si tu hermana es o no es culpable ─dijo Lucius al final de todo eso─. Es que no creo que necesites vengarla, porque no creo que ella misma te lo haya pedido, pienso que deberías tú de decidir qué hacer con tu vida y tomar tus decisiones. Me agrada que creas que las personas que no usan magia puedan ser igual de talentosas que un maji, tú eres el mejor ejemplo de eso. Así que no tienes que depender de tu hermana bruja.
Cuando se percató de lo que acababa de decir, ambos estaban sonrojados.
─Yo... mejor me voy ─dijo la chica al tiempo que se incorporaba─. No tengo nada contra ti. La verdad es que tú me caes mejor que los demás solo porque no eres maji. Me iré, pero no pretendo devolverte ningún favor. Aun pretendo vengarme de Larissa.
Acto seguido, la chica desapareció dejando al cazador solo.
─¿Le... caigo... bien? ─de repente Lucius se sintió en la cima del cielo.
Tardó en escuchar a la chica albina la cual ya lo llamaba para que fueran a cenar.
─Lucius ─gritó Koyara─. Ya sirvieron la cena, ven a comer.
─Ah... sí, ya voy.
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Qualia - Fase 1
FantasyTítulo completo: Qualia (o la Decepcionante Realidad del Género Isekai) Cuatro años después de las aventuras de la bruja Larissa en el mundo de Brayan, la vida del muchacho se mantiene sin cambios. Con 22 años cumplidos y una carrera trunca, entra a...