28 de septiembre, 1:00 PM
Corte del Distrito – Cámara del juez
(«¡No! ¡No puedo creer que tenga que volver a revivir esta pesadilla!»)
La Jueza Gavèlle miró furtivamente por encima de su hombro mientras entraba en la cámara del juez.
Luego de cerrar la puerta y ponerle el seguro detrás de ella, el mundo a su alrededor empezó a sentirse borroso. Las rodillas le temblaban mientras caminaba por la habitación, esperando llegar al escritorio antes que sus piernas cedieran. Una vez que llegó a él, se agarró de él para guiarse a sí misma hacia su asiento.
Una vez que la Jueza Gavèlle se sentó, sacó los contenidos del sobre que le entregaron. Uno de ellos era una foto de su hijo de 21 años, Shaun Fenn, atado, amordazado y vendado frente a un fondo sin nada. Había una luz brillante iluminándolo, y por lo que se podía ver en la pared del fondo, debía estar en una especie de almacén, pero ella no tenía ni la menor idea de dónde. Lo más perturbador de todo para la Jueza Gavèlle sobre la foto fue la manera tan provocadora en la que sus captores lo habían atado.
Dejó la foto boca abajo. Entre más lo miraba, más ganas tenía de vomitar. Luego cogió la nota que vino junto con la foto y volvió a leerla.
Testigos especiales tomarán el estrado.
Llame a un receso y espere instrucciones si desea volver a ver a su hijo...
La parte de "esperar instrucciones" era lo que más preocupaba a la Jueza Gavèlle. Ya había hecho lo que dijo la nota llamando a un receso y anunciando que nuevos testigos tomarían el estrado. Sin embargo, eso dejaba la pregunta de quiénes eran los testigos, y cómo iba a recibir dichas instrucciones.
*Du-du-dun, Du-du-dun, Du-du-dun, Du-du-dun*
La Jueza Gavèlle recibió su respuesta al escuchar el tono familiar de Taurusaurus repicando en su teléfono. El tono ominoso se sentía apropiado mientras metía sus manos temblorosas y llenas de sudor entre su bolsillo para sacar el teléfono. Miró la pantalla para ver quién llamaba.
Número desconocido
No había duda en su mente que debía ser el secuestrador, y que así era como iba a darle sus "instrucciones". Respiró profundamente y se armó de valor para presionar el botón para aceptar la llamada.
– ¿Quién habla? ¿Qué le ha hecho a mi hijo? – gritó la Jueza Gavèlle en el teléfono.
< ...Vaya, vaya, Su Señoría. Ni siquiera me he presentado y usted ya está tomando un tono hostil... > La voz del teléfono estaba claramente pasando por un filtro obscureciendo la identidad del que llamaba.
– ¡Sé muy bien quién es usted! ¡Sé que secuestró a mi hijo! ¡Más le vale que lo suelte, o de lo contrario, lo encontraré y me aseguraré que sienta toda la ira de la Diosa de la Ley!
< ... Usted no se encuentra en posición de hacer amenazas, Jueza Verity Gavèlle. Sólo tengo que decir una palabra, y mis subordinados matarán a su precioso muchacho, así que le sugiero que cambie de actitud. O de lo contrario, la única forma en que volverá a ver a su hijo será "por partes"... >
La amenaza del secuestrador inmediatamente silenció a la Jueza Gavèlle, convirtiendo su furia en ansiedad. Las memorias del anterior secuestro de su hijo vinieron fluyendo de vuelta al darse cuenta que estaba otra vez a merced de un demente misterioso que sin duda querría influenciar el juicio a su favor. Sólo que esta vez, por desgracia, Miles Edgeworth no estaba aquí para salvarla.
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El Caso de la Comunicación
FanfictionDesde que fue secuestrado por Ren Yamai, Hitohito Tadano ha estado sufriendo pesadillas recurrentes sobre el incidente, junto con los intentos de ella por hacerlo romper su amistad con Shouko Komi. Tras otro encuentro con ella, Hitohito se desmaya y...