❝Roseanne Park es una alfa, fuerte y segura, concurre una noche al burdel Petit Omega para culminar el día de su cumpleaños, casi obligada por la amiga de la vida, pero está segura de que es mala idea.
Lo que no sabe, es que conocerá a una omega de...
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Rosé corría por toda la casa buscando las cosas para el cachorro, que ya estaba en camino. Ya viene, se dijo a sí misma. Subió, a toda prisa, por las escaleras, con sus pasos resonando fuertemente hacia la habitación que compartía con Jennie, tomó el bolso, de color verde agua con figuras de ositos, grande que tenía dentro todo lo necesario.
Un par de días antes se habían puesto ambas a prepararlo por las dudas que el bebé decidiera venir a la madrugada y no tuvieran nada listo. Así que ahí estaba la alfa, revisando por última vez. Pañales de recién nacido, ropita y mantas, cambiador, algodón, talco y cremas. Verificó que hubiera también cambio de ropas para Jennie una vez que estuviera en la habitación sola, y no tuviera que usar de esas batas de hospital porque sabía que no le gustaba en absoluto.
ㅡMe he mojado t-toda, alfa ㅡcontuvo un sollozo, sosteniendo todavía su vientre.
Estaba parada, junto con Yeri, la ama de llaves, que intentaba calmarla, pero sólo lo hizo cuando su alfa apareció por la puerta.
ㅡSh, amor... está bien ¿Quieres que te traiga ropa para cambiarte? ㅡsusurró Rosé, una vez al lado suyo, dejando el gigante bolso sobre la encimera. Jennie asintió.
ㅡSi, alfa... p-por favor ㅡun par de lágrimas corrieron por su mejilla, no sabía si lloraba de miedo o de alegría por al fin ver a su cachorro. Rosé la besó en la frente, y rápidamente fue hasta el tendedero que estaba más cerca que la habitación, y buscó ropa interior y un pantalón seco de omega.
ㅡAquí, bebé ㅡdijo cuando llegó a su lado. ㅡ¿Yeri, puedes avisar a Joseph para que conduzca? No creo poder hacerlo con Jennie así ㅡYeri asintió, y salió disparada a buscar al alfa encargado de conducir el auto de la familia, dejándolas solas. ㅡA ver amor, te voy a ayudar a cambiar. ¿Sí? Agárrate de mí, Jennie ㅡle indicó, y Jennie lo hizo.
Con cuidado, Rosé le sacó la ropa húmeda. La secó con una toalla, le colocó una ropa interior que le quedaba flojo y unos jogging que usualmente usaba para dormir.
ㅡ¿Rosé, Jihoon va a estar bien? ㅡpreguntó, con miedo en la voz la omega. Rosé la estaba llevando ya hacia el auto que iba a llevarlas al hospital.
ㅡPor supuesto, amor. Todo va a estar bien con Jihoon ㅡla tranquilizó, aunque, ciertamente, calma era lo menos que la alfa sentía en ese preciso momento, pero debía intentar calmar a su parejaㅡ Vas a ver, muy pronto vas a tenerlo en tus brazos, todo chiquito y hermoso. Como tú, omega ㅡla sostuvo más contra su cuerpo.
ㅡMe da miedo, porque... porque todavía faltaba para las treinta y ocho semanas ㅡdivagó. Rosé le cubrió la cabeza para que no se golpeara al entrar al auto. La ayudó a acomodarse, y Jennie tendió la cabeza hacia atrás cuando le llegó una contracción.
La hizo casi llorar, arrugó su rostro y se sostuvo la panza. Dio un pequeño grito que alteró a Rosé y a Joseph que ya estaba sentado en su lugar. La alfa rubia se apuró a entrar, dejando a un costado el bolso y concentrándose en la dolorosa omega.