Capítulo 1.

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Patino por las calles repletas de multitud. Esquivo a cada una de las personas que acuden angustiadas a sus trabajos o a aquellos buenos padres que acompañan a sus hijos hasta el colegio.

Llego a tiempo a "La Pizzeria de Luigi" lugar donde trabajo. Ahí veo a mis compañeros, felices, comentando lo que han hecho este fin de semana. Y yo decido pasar de ellos como si no se tratara de nada.

Me meto en la cocina donde Luigi está haciendo su especialidad; pizza.

- Buenos días- saludo cordialmente.
- Buenos días, Rocío- dice humildemente dedicándome una sonrisa.

Yo me coloco el "pin" donde pone mi nombre. Por cierto...

Soy Rocío, Ro para los amigos. Tengo 22 años. Soy rubia y tengo los ojos azules, con algún que otro tono verde. Trabajo en "La Pizzeria de Luigi" y con el dinero que gano, colaboro en los estudios para mi hermano. Mi jefe no es como los demás. Por suerte es simpático y agradable, sincero y humilde. Es trabajador y me alegra mucho tener un amigo como él. Además, trabajamos sobre patines, viajando de un lado a otro del local, transportando las pizzas que Luigi hace.

El día transcurre normal hasta que me cruzo con mi compañero de trabajo y amigo Guille.

- Tengo una sorpresa para ti- me dice, guiñándome un ojo.
- Cuenta, cuenta.
- Cuando finalice la jornada laboral...- completa.

Alzo mi ceja derecha. No sé que sorpresa me espera de manos de mi amigo. Me espero algo bueno así como una fiesta, aunque sea lunes, pero bueno. Hay que esperar.

Finaliza con éxito el último minuto de mi tiempo trabajando en el local de Luigi.

Tras despedirme de mi jefe, salgo a la calle donde Guillermo espera.

- Al fin- dice como saludo.
Me limito a dedicarle una sonrisa, sin enseñarle mis blancos y relucientes dientes.

- Te estoy demasiado agradecido por los favores, mejor dicho- hace una pausa- por la multitud de favores que me has hecho, Ro. Por ello quería recompensarte. Supongo que podrás disfrutar cada momento y...- pausa Guille.

Me impaciento. No muestro en ningún gesto en mi cuerpo, nada que pueda hacerle sospechar que estoy algo nerviosa e impaciente por saber que me tiene preparado.

- Y...- continúa- y... Te he comprado un billete de avión para que puedas visitar a tu familia. Con ellos, podrás estar 14 días.

Mis ojos salen de mis órbitas causando tal asombro que me aferro al cuerpo de mi amigo uniéndonos en un cálido abrazo. Es tanta la alegría en mi que no puedo contenerme para darle un beso en cada mejilla a Guille. Me siento la chica más afortunada.

Mi emoción hace que se me salten las lágrimas solo con pensar en tenerlos delante de mí, con los brazos abiertos. Con una sonrisa en sus rostros.

- Es... Es...- consigo decir con los ojos empapados de lágrimas- Es el mejor regalo que nunca me han hecho.

Se le dibuja una humilde sonrisa en su cara.

- El avión sale mañana por la tarde. Has de apresurarte si quieres llegar a tiempo al aeropuerto. He aquí los tíquets del viaje.

Acto seguido me extiende dos papeles rectangulares. Concreta un poco más con la hora a la que sale cada uno de los aviones y varios aspectos más. Charlamos hasta que en mi reloj marcan las diez de la noche y decido que es el momento idóneo para pasar a despedirme. Mañana será un día intenso.

Llego a mi casa tras un largo paseo. Preparo mi maleta y tras hacerlo me acuesto en mi cama mirando fijamente al techo. Los párpados me pesan y rápidamente, en cuestión de minutos, duermo plácidamente.

******

Espero en el aeropuerto. Tras una larga espera, anuncian por megáfono  el vuelo que yo he de coger. Tras haber dejado mi equipaje me dirijo por los corredores hasta llegar hasta el avión.

Una vez dentro, miro a través de la ventana, que  junto a mi asiento está, el bello paisaje de Italia, Roma en concreto. El trayecto transcurre rápidamente debido a que paso la mayor parte de este tiempo en el avión chateando con mi mejor amiga.

Nada más estar fuera del aeropuerto, decido desviar mi camino a la playa. Así que tomo una calle en esa dirección. En poco tiempo llego y me adentro en la playa de dorados granitos de arena.

Dejo alejados mis zapatos y mi equipaje de la orilla y me dirijo descalza a las aguas cristalinas. Camino mientras las corrientes de agua azotan mis tobillos, mojando mis pies. Me giro levemente para contemplar la puesta de sol, dejando los reflejos de sus rayos sobre el agua. Esto deja recuerdos de mi niñez con mi padre, mientras jugábamos en la arena construyendo castillos o enterrándonos.

Una lágrima resbala por mi mejilla cayendo sobre la arena y perdiéndose en en agua. Dispuesta a irme, doy media vuelta y me sorprende una negra silueta que hace que me estremezca.

Desafío a la persona que mira en mi dirección, con la mirada, para que se acerque. Y como si hubiese comprendido mi gesto, avanza tranquilamente todavía con la mirada fija en mí.

Diviso a un chico guapo de aspecto completamente opuesto a mí. Sus cabellos son negros y sus ojos grises. Tiene unos finos labios y es bastante alto.

El chico se coloca aproximadamente a un metro de mí.

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¡Buenas tardes/noches/ días! Bueno, aquí está este primer capítulo de la novela. En esta cuenta estamos cuatro chicas que, para los curiosos, nuestros nombre son: Camelia, Celeste, Sara y yo, Rocío, podéis llamarme Ro. Espero que os guste mucho la historia. Podéis votar y comentar👏🏼. Nos leemos próximamente...

Att: Ro🍃

Sobre Patines {Ro}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora