Bastian
10 años—¿Mamá? —digo en voz alta.
Sin embargo, la tormenta no deja escucharme. Ha llovido todo el día, el cielo está oscuro y los rayos no paran de asustarme de vez en cuando.
He buscado a mamá por todas partes. Hoy hemos discutido y quiero disculparme. Lo siento muchísimo.
El monstruo llegó tomado anoche, le hizo daño a mamá, tambien a mi. Cuando ella vino a mi habitación para consolarme, le grité con todas mis fuerzas. Le dije que era su culpa por permitir que esto sucediera. Le demostré que la detestaba y dije que no quería volver a verla.
No es cierto.
La quiero. Es lo único que tengo, además de mi amigo Jack.Es por eso que quiero disculparme, seguro que también está mal por los golpes que papá le dió ayer. Tal vez pueda apaciguar su dolor con un abrazo.
No está en su habitación, tampoco en la cocina ni en el baño. Subo al ático donde solemos guardar cajas con cosas que ya no utilizamos: decoraciones viejas, fotos y juguetes.
—Mamá, ¿estás ahí?
Diviso la puerta. Está entreabierta y una silueta se asoma por el umbral.
Es mamá.
Gracias al cielo está bien.Corro con ansias y las ganas de disculparme en el pecho.
—¡Mamá, tengo que decirte que lo que dije anoche es mentira! —digo con prisa. Abriendo la puerta— En realidad quería disculparme por...
Y entonces el mundo se me cae encima cuando alzo la mirada.
Mamá yace con una soga atada al cuello, desde techo. Su piel está palida pero sus ojos siguen abiertos.
Un grito ahogado sale de mis labios.
Se ha suicidado.
Mi madre se ha suicidado.Me apresuro a intentar bajarla, me es imposible y la desesperación me aprieta el pecho como si fuese capaz de destruirlo en pedazos. Las lágrimas corren por mis mejillas y las odio.
Mamá no puede estar muerta.
No puede dejarme.
No con él.
«Mamá, despierta.»Bajo al primer piso, el llanto me dificulta la visión y la cabeza me duele. No es posible.
No es verdad.
No es verdad.
Ella está viva.—¡Jack! ¡Señora Brown! —grito al llegar al jardín.
La lluvia me abraza de una manera que me sofoca, los rayos rugen como si estuviesen furiosos y por cada segundo que pasa, el corazón se me desvanece.
—¡Ayuda! —repito con todas mis fuerzas.
La señora Brown sale de casa, confusa.
—¿Bastian? ¿Qué pasa, cariño?
Se acerca a mi. Las palabras se me atoran en la garganta pero al notar mi llanto, su cuerpo se pone en estado de alerta.
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Forgive Us
Storie d'amoreAnastasia Romanov ha entregado su vida al ballet, sin distracciones ni romances. Al mudarse a la prestigiosa academia Rochford, su ambición por alcanzar la cima se intensifica. Sin embargo, su camino se entrelaza con el de Bastian Fox, un profesor t...