Subí las escaleras ignorando los gritos de Aleen preguntando que pasaba, no era muy común verme enfadada, encabronada con el mundo, por supuesto, pero enfadada con alguna de mis hermanas, eso ya no era muy común.
Llegue a mi habitación y me metí al baño sin siquiera echarle una mirada a Bastian, mi...digamos "gato", aunque a el tampoco le importo mucho que digamos.
Entre en la ducha con ropa y todo. Total esta seguía mojada y yo no tenia ganas de quitármela
-me puedes decir que ha pasado hay abajo- me gire para ver a Aleen metida en la ducha con migo, sus rizos negros completamente mojados, junto a la mitad de su ropa
-te he dicho miles de veces que no aparezcas así- mi dulce hermanita solo me saco la lengua y se sentó en el suelo de la ducha. Aleen tenia afinidad con el agua, por tanto podía aparecerse allí donde quisiera que hubiera agua, por muchas salas protectoras y anti intrusos que tuviera el lugar....cosa muy útil, a la vez que molesta
-no me hubieras cerrado la puerta en los morros- dijo petulante
-eso era porque quería estar sola listilla- me senté a su lado dejando que el agua cayera sobre nosotras
-¿me vas a decir por que la discusión de antes?-
-las mismas tonterías de siempre, no te preocupes- me miro fijamente para luego sonreír como una niña pequeña.
-adivina que estuvimos haciendo fhara y yo mientras estabas por el mundo haciendo locuras -
-dejame adivinar, ¿tiene algo que ver con la reciente explosión del laboratorio de Anny?- su sonrisa me lo dijo todo....dios adoraba a mis hermanas.
Bajamos para la hora de cenar después de haber estado todo el día en mi cuarto viendo pokemon una serie que a Aleen le encantaba desde siempre y de la que era fanática. Las chicas nos esperaban en la mesa del comedor como cada noche, era nuestra tradición, podíamos hacer lo que quisiéramos por el día siempre que a la hora de cenar estuviéramos listas y "enteras".
Como siempre cada una estaba en lo suyo, Fhara que era la hermana mayor estaba enganchada al móvil como si su vida dependiera de ello. Anny la mas pequeña estaba jugando con la comida creando una "obra de arte" con su cena y Lucy la mediana mayor repasaba unos papeles sobre lo que sea que trataran parecían ser importantes por su ceño fruncido.
Nada mas sentarnos en la mesa Carlos el cocinero apareció por la puerta de la cocina con mi cena y la de Aleen y como todos los días la cena fue bastante ruidosa y divertida y como siempre di las gracias por la suerte que tuvimos aquel día que nos permitió estar las 5 juntas