Hazme el amor

19 Somos la una para la otra

Capítulo 19

Somos la una para la otra

- No es un sueño mi amor. Estamos aquí juntas morrita. Te amo demasiado. Respondió Juliana abrió sus ojos y miró sus azules más perfectos. Valentina se sentía en un sueño; uno de aquellos que tuvo durante mucho tiempo cuando no estaba al lado de su castaña. Ahora estaba allí abrazada al lado de su amor.

- Te amo tanto Juls. Te amo demasiado mi amor.

- Y yo te amo muchísimo. Besó Juliana a su rubia, sin importar cuán despeinada estuviera. Eran la una para la otra. La castaña profundizó el beso, se subió sobre la rubia y no paraban el beso. Cada una tomando con fuerza a la otra.

- Juls me encanta como me tomas, eres una mujer increíble Juls. Juliana bajaba por el cuello de la rubia, dejando besos suaves. Bajando por sus pechos besando suavemente hasta succionar, chupo uno a uno sacando un gemido de Valentina.

El teléfono de Valentina comenzó a sonar. Juliana no paro y siguió, Valentina sumergida en la pasión no quería contestar. Juliana subió sus labios a la boca de la rubia. Volviendo a besar y escucharon de nuevo el sonido del teléfono.

- ¿No vas a responder? Preguntó en un susurro Juliana. Valentina tomó el rostro de Juliana en sus manos y la acarició con su nariz. El celular no dejaba de sonar.

- Debo contestar. Quizá sea mi madre o Lucho. No sé si sea mi hermano. Además no quiero que en tu casa oigan más ruidos como los de anoche. Juliana sonrió. Viendo cómo Valentina tomó el teléfono y al ver de quien se trataba se levantó de la cama tomando la sábana para cubrirse.

Luego de observar que Valentina necesitaba privacidad, Juliana se fue al baño, para asearse. Al salir en toalla y con el cabello mojado vio a Valentina sentada en la cama.

- ¿Todo está bien? Preguntó Juliana. Se sentó al lado de la rubia.

- Sí mi amor. Solo que debo ir en un par de días a Argentina. Era mi hermano, mi mamá no se ha sentido bien y quiere que esté allá un par de días. Juliana levantó el rostro acongojado de Valentina.

- ¿Qué te preocupa? ¿Tú mamá está muy mal? Preguntó intrigada Juliana.

- No princesa. Es que tenemos tanto de que hablar y tanto que aclarar tú y yo. Y no quiero separarme de ti otra vez. Ya pase por esto. Se siente tan feo. Es como un hueco en el estómago, como un vacío en mi pecho. Juls. Parecerá una locuela. Ummm. ¿Quieres ir conmigo? Juliana sonrió. Abrazo a su novia.

- Sí. Contigo al fin del mundo. Se separaron un momento y se dieron un beso fugaz.

- Solo que allá eres mi amiga. Se miraron contemplándose la una a la otra.

- Sí amor. ¿Qué es lo que puede pasar? Pero dile a tu familia que yo puedo dormir en tu misma cama. Las amigas dormimos juntas. Sonrieron ambas.

- Arreglare eso amor. Para que estemos juntas cada día que pase allá. Y Juls. Se miraron fijamente. - Gracias por tu comprensión. Tu familia es tan diferente, te aceptan a ti tal cual eres, pero no todos contamos con la misma suerte.

- Mi amor, yo por ti haré lo que sea. Si tenemos que vivir en un país ermitaño para vivir nuestro amor en su máxima expresión lo haré. Solo nunca te alejes de mí y nunca más dejemos que terceras personas afecten lo que tenemos. Mientras tú y yo sepamos que tenemos es lo que a mí me interesa.

- Te amo. Valentina tomó los labios en su mano y la besó.

- Ahora hablemos de ruidos. Ambas sonrieron. Valentina se levanta y se va al baño quitando su sábana por completo.