Fernando abrió los ojos lentamente. Estaba recargado sobre el sofá, pero sentado en el suelo, sobre la alfombra de la sala. Sentía su cuerpo cálido, agradablemente calientito. Sentía los pies un poco dormidos, pero era maravilloso porque entre sus brazos estaba Leticia la mujer de su vida profundamente dormida y recargada en su pecho acurrucada y abrazándolo tiernamente. Fernando sonrió de felicidad. Era la mejor sensación que podía sentir. Amaba verla dormir entre sus brazos. Amaba tenerla cerca, amaba que ella fuera lo primero que vieran sus ojos por la mañana. Le acarició la mejilla suavemente con su mano y luego le dió un beso en la frente, apegándola más a su pecho. La abrazaba con mucho cuidado para no despertarla. Podía tardar horas contemplándola, admirándola, es que era realmente hermosa a sus ojos. No dejaba de sorprenderle cómo en ese pequeño cuerpo podía caber tanta valentía. Ella se veía tan pequeña y frágil pero dentro de ella había mucha fuerza y valor, tanto como para haberse subido a un avión y emprender un viaje desde México hasta Río de Janeiro, a una ciudad desconocida, dónde ni siquiera sabía con qué se encontraría ni si entenderia el idioma. Leticia sin duda tenía carácter, valentía y mucho amor para él como para haber sido capaz de hacer todo eso. Cómo la amaba.
F: Mi Lety. Sigo sin explicarme cómo puede caber dentro de ese cuerpecito tanta valentía (le dió otro beso en la frente). Eres única. Y lo más maravilloso, es que eres mía, solamente mía (la aferró a su pecho, quería seguirla sintiendo).
No supo cuántos minutos pasaron exactamente, hasta que Leticia comenzó a despertar.
Ella abrió los ojos y se encontró con algo hermoso, el pecho de Fernando como almohada. Estaba entre sus brazos, envuelta por completo en su aroma. Era la mejor sensación. Se apegó más a él, abrazándolo. Aunque estaba un poco adolorida por dormir en esa posición, estaba feliz, muy feliz. Quería permanecer así por siempre.
F: Buenos días, princesa.
Leticia levantó un poco su cabeza para poder mirarlo a los ojos.
L: ¿Cómo me dijiste?
F: Dije, buenos días, princesa, mi princesa.
Leticia se acercó a él para darle un beso en los labios.
L: Buenos días.
Fernando sonrió de una manera tan encantadora.
F: Se que no estamos en la mejor posición, Pero espero que hayas dormido bien.
L: En tus brazos, imposible dormir mejor (volvió a recostarse sobre el pecho de él, abrazándolo por la cintura). Ya no necesito cama, ni almohada, teniéndote a ti.
F: Estoy disponible para ti entonces. Todo el tiempo que quieras.
L: Ay Fernando, me parece un sueño, un hermoso sueño hecho realidad. No quiero despertar (cerró sus ojos con fuerza).
F: Yo tampoco. ¿Sabes qué? Hace tanto tiempo no dormía tan bien.
L: Ay, pero tienes que trabajar, ¿cierto? No quiero que te vuelvan a regañar por mi culpa.
F: No me importa. No quiero dejarte ni un segundo.
L: Bueno, entonces voy contigo... Si se puede, claro. Además yo tampoco quiero dejarte solo, y menos con esa mujer. Así que, voy a acompañarte, así sea que tenga que verte de lejitos.
F: Jaja... Leticia eres tan graciosa. Pero por supuesto que me encantaría que vayas conmigo... Pero no de lejitos, sino de cerquita, de muy cerquita.
L: Bueno entonces ve a arreglarte mientras yo preparo algo para desayunar. ¿Si?
Fernando la miró extrañado.

ESTÁS LEYENDO
"Otoño" "Goodbye my love"
FanfictionLa historia empieza cuando Fernando se resigna a que perdió a Leticia en brazos de Aldo Domenzaín. Ella se ve perdidamente enamorada de ese hombre rubio que conoció en el mar. Ella ha demostrado una y otra vez que ama a Aldo y que dejó de amar a Fer...