Capítulo VI

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We can do it all over again

El camino a casa fue silencioso debido a que después de aquella larga tarde de juegos, Thomas cayó profundamente dormido en los brazos del rizado mientras Zayn se encargó de Louis quien comenzó a sentir el peso del día sobre él.

Harry dejó al menor recostado sobre el nido, cubierto con una de sus mantitas su favorita le había explicado el omega que mantenía su mirada sobre él con una pequeña sonrisa ladeada; una vez listo, se puso de pie, quedando frente a frente con el omega.

-Creo que nos faltó algo por hacer, omega.- Se acercó un par de pasos más, mismos que Louis retrocedió, hasta que su espalda chocó suavemente contra la pared.

-No sé de qué me hablas, Hazz.- Su tono aunque divertido, tenía ciertos dejes coquetos que hicieron al alfa sonreír.

El ojiverde subió una de sus manos al rostro del omega, sosteniendo el mentón de este con dos de sus dedos, subiendo su pulgar lo suficiente como para rozar el labio inferior del más pequeño, quien separó sus labios con ligereza.

-¿Un beso, quizá?- Su tono bajo logró erizar al omega, el cuál sentía un cosquilleo en su pecho, haciéndole sentir tanto emocionado como ansioso por la expectativa y es que, en el parque estuvieron a muy pocos centímetros de volver a sentir los labios del otro, sin embargo, su cachorro decidió que la atención del rizado debía ser solo suya, dejándolo completamente sonrojado y decepcionado, cosa que tuvo que disimular cuando notó la mirada burlona de Zayn sobre él. -¿Puedo, por favor, príncipe?

Louis mordió su labio con una pequeña sonrisa, acomodando sus brazos alrededor del cuello del más alto, atrayéndolo a él.

-Puedes.

Harry no se hizo rogar, esa simple palabra era todo lo que necesitaba. Tomó al omega con delicadeza por la cintura, terminando de juntar el espacio entre sus cuerpos para después inclinarse, rozando su nariz con la contraria y finalmente unir sus labios, apenas era un leve movimiento de estos, un beso lento con el que el alfa buscó transmitirle a su Louis todo lo que no ha sido capaz de decir con palabras, la necesidad de él, de estar cerca, de besarlo, de acariciarlo, de que sea solo suyo.

Se separaron cuando el aire se hizo necesario para ambos, sin embargo, nunca rompieron la distancia, solo se quedaron en esa posición, con sus ojos cerrados y sus frentes unidad, respirando con lentitud al tiempo que una sonrisa se formaba en ambos.

-Te extraño tanto, Lou. De verdad.

El nombrado ladeó su cabeza algo confundido, sin borrar la sonrisa en su rostro, solo le tomó un par de segundos comprender el significado de esas palabras y, estaba de acuerdo, él también lo extrañaba, se tenían por ahora, pero estaban en un terreno inestable, por más que quisiera, sabía que no debía confiar a ciegas en el alfa, del mismo modo que sabe que el rizado de manera justificada se sentía culpable. Pero, por el otro lado, sabía que era algo que ambos querían, que necesitaban y si bien sabían que les tomaría algo de tiempo, nada perdían con intentarlo de nuevo.

-¿Quisieras quedarte hoy?

Mimosamente, Harry lo apretujó un poco contra su cuerpo, sintiendo de igual forma su corazón apretarse al sentir lo delgado en el cuerpo del omega, sus huesos demasiado notorios que temía romperlo, ahora más físicamente hablando.

-No hay cosa que quisiera más. Pero quiero hacer las cosas bien, remediar tanto como pueda, quiero que confíes en mí, que me ames de nuevo.

Jamás dejé de amarte. Quiso añadirlo, quería consolarlo, pero sabía que el mayor tenía razón, tenían que hacerlo bien si querían funcionar, si querían volver a confiar.

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