ɢᴏʟᴅ ʜᴇᴀʀᴛ | 𝓢𝓽𝓪𝓷𝓯𝓸𝓻𝓭 𝓟𝓲𝓷𝓮𝓼

𝟙𝟝. 𝐈𝐦𝐩 𝐬𝐟𝐝𝐟𝐢𝐦

Pov. Marta

Cuando llegamos a casa luego de pasar toda la tarde en el lago me fui a mi habitación directamente para cambiarme, al final Dipper y Mabel me habían mojado con pistolas de agua toda la ropa, menos mal que el maquillaje no se quitó, aunque fue muy divertido, todavía más cuando Stanford les empezó a regañar por eso y a él también le terminaron empapando.

Cuando me puse el pijama, escuché cómo llamaban a la puerta. Al abrirla, estaba Ford, también se había cambiado.
Sonreí y lo dejé pasar.

- Hola, mi amor, ¿quieres dormir hoy aquí?

- Bueno, no me importaría, cariño, pero no venía a eso.
Quería hablar contigo de algo importante.

- ¿Sí? Bueno, adelante.

- Sé que estás algo triste porque me tendré que ir en prácticamente nada.

- Sí... ¿Y eso qué tiene que ver?

Se acercó y me tomó de las manos sonriéndome; eso me extrañó un poco.

- Bueno, tengo una grandiosa noticia: ¡Vas a venirte con nosotros!

- ¿Qué?...

- ¡Sí! Lo hablé con Stanley y dice que te puedes venir con nosotros, podemos estar todos los días juntos, no me deberás esperar hasta Navidad, porque te veré estando en Gravity Falls o estando en la mar, claro, si quieres...

- ¡Claro que sí, tonti! ¿Cómo voy a decir que no? ¡Esto es increíble! ¡Tengo que agradecer mucho a Stanley!

Me lancé abrazándolo del cuello, escuché cómo se reía y luego me tomaba de la cintura pegándome más a él mientras me daba un beso en la frente.

- Me haces cada día más feliz, Marta.

- Y me haces enamorarme cada día más, Ford

Nos dimos un beso tierno en los labios algo sonrojados, estuvimos un rato abrazados, simplemente para estar cerca mutuamente disfrutando el momento.
Ford es lo mejor que jamás me pasó, no sé qué haría sin él, se convirtió en mi modo de vida, mi luz, mi todo.

- ¿Sabes? No me pude quitar de la cabeza nuestro pequeño juego de antes.

- No le digas así... es vergonzoso, Ford.

- ¿No te gustó?

- Lo amé, pero, de esa forma que lo dices, me da vergüenza.

- ¿Qué prefieres que diga? ¿Qué te metí los dedos hasta que toqué el fondo de tus paredes?

Me sonrojé por aquello y le di un empujón. Él se comenzó a reír y me abrazó, dándome besos por la cabeza.

- Oh, era una broma, no te enfades.

- No me enfado, me sonrojo...

- Pues no te tapes, que te ves hermosa.

- Ugh, menudo tontito, te amo tanto Ford.

- Pues yo más a ti, Martita.

Luego de unos minutos, nos fuimos a dormir juntos como muchas de las noches de este verano. Era muy agradable dormir sobre su pecho, el sonido de su corazón y respiración me hacían estar relajada.

Pov. Stanford

Hoy se marcharon los niños, fue algo triste, como las últimas veces, pero, saber que vamos a poder hablar con ellos por llamada es bastante reconfortante.
Fue también muy lindo ver cómo abrazaban a Marta y se despedían de ella, parece que ellos también se han encariñado con su presencia.
Marta se veía algo triste cuando el autobús se fue, imagino que de igual forma les tomo mucho amor.
Stan y yo nos acercamos a Marta para que no se sintiera tan mal, yo la abracé sonriendo y la bese en la cabeza.