El dia que enamore a mi idolo

Nuestro para siempre

NARRA SARA

Un año después de nuestra boda, la vida parecía un sueño del que nunca quise despertar. Vivíamos en una casa luminosa cerca de la playa, un lugar donde podíamos construir recuerdos, reír y simplemente ser. Desde las cenas improvisadas con mi familia hasta las giras de Joe, todo encajaba como piezas de un rompecabezas perfecto.

Estaba en la cocina, preparando café mientras Luca y Joe discutían sobre cuál era el mejor superhéroe. Aunque Luca había crecido un poco, seguía siendo el mismo niño curioso y lleno de energía que había conquistado a todos los Jonas.

—Batman siempre gana, Pulga. Es un hecho —decía Joe, alzando las manos.

—Eso es porque nunca has visto lo que Flash puede hacer, Joe —respondió Luca, cruzándose de brazos como si tuviera la última palabra.

Sonreí, observándolos desde la puerta. Luca lo adoraba, y Joe, con su infinita paciencia y su corazón enorme, lo trataba como si realmente fuera su hermano menor.

Cuando se dieron cuenta de que los estaba mirando, ambos se volvieron hacia mí con sonrisas idénticas.

—¿Qué? —pregunté, riendo.

—Solo estamos decidiendo el nombre del próximo miembro de la Liga de la Justicia —dijo Joe, guiñándome un ojo.

La vida con ellos era perfecta. Cada día estaba lleno de pequeños momentos que recordaban lo afortunada que era de tenerlos en mi vida.

NARRA JOE

Habíamos planeado una celebración sencilla para nuestro aniversario: una cena en casa con nuestras familias. Kevin y Danielle llegaban con las niñas, Nick traía un pastel que él mismo insistió en hornear, y Frankie prometió encargarse de la música.

La casa estaba llena de risas y voces familiares. Los niños corrían por todos lados, Luca liderando la tropa con una energía inagotable. Todo estaba perfecto, pero algo en la mirada de Sara me decía que había algo más.

Después de la cena, cuando todos estaban distraídos con el pastel de Nick y las risas de los niños, Sara me tomó de la mano y me llevó al jardín.

NARRA SARA

La brisa del mar nos envolvía, y las luces que colgaban entre los árboles hacían que todo pareciera sacado de un sueño.

—¿Por qué me traes aquí? —preguntó Joe, sonriendo, mientras entrelazaba sus dedos con los míos.

—Porque quería hablar contigo.

—Eso suena serio. ¿Debo preocuparme?

Sacudí la cabeza, riendo nerviosa. Mi corazón latía tan rápido que estaba segura de que él podía escucharlo.

—No, para nada. Solo... hay algo que debo decirte.

Joe me miró con esa ternura que siempre hacía que me sintiera en casa.

—Te amo, Joe. No es ninguna novedad, lo sé, pero hoy, mientras todos estábamos juntos, me di cuenta de algo.

—¿De qué?

Respiré hondo, tratando de contener las lágrimas.

—De que nuestra vida ya es perfecta. Siempre he pensado que me faltaba algo, pero hoy me di cuenta de que no. Todo lo que necesito está aquí contigo, con nuestra familia, con Luca, con cada pequeño momento que compartimos.

Él sonrió, pero sus ojos comenzaron a brillar con lágrimas.

—Sara...

Le entregué el pequeño sobre que había estado escondiendo todo el día.

—Esto es lo que quería decirte.

Joe lo abrió con cuidado, y su rostro pasó de la sorpresa a la emoción en cuestión de segundos.

—¿Esto es real? —preguntó, mirando la ecografía.

—Sí.

Él me miró, y en sus ojos había una mezcla de incredulidad, amor y felicidad pura.

—Voy a ser papá...

—Sí, Joe. Vas a ser papá.

En ese momento, me abrazó con tanta fuerza que pensé que nunca me soltaría.

—Sara, no tienes idea de lo feliz que me haces.

—Creo que sí —respondí, riendo mientras las lágrimas caían por mi rostro.

NARRA JOE

Después de lo que había sido la mayor sorpresa de mi vida, no pude contenerme. Quería gritarle al mundo que íbamos a ser padres, pero decidí que este momento fuera solo de Sara y mío un poco más.

—Sara, prometo que este bebé tendrá todo el amor del mundo.

Ella sonrió, apoyando su frente contra la mía.

—Lo sé. No tengo dudas de eso.

Pasamos varios minutos más allí, bajo las estrellas, hablando de nombres, de sueños y de cómo sería el futuro. Era como si todo el amor que ya teníamos se hubiera multiplicado en un instante.

Cuando regresamos con todos, tomé su mano y la sostuve con orgullo.

—¿Todo bien? —preguntó Kevin, mirándonos con curiosidad.

—Más que bien —respondió Sara, sonriendo como nunca antes.

Ella sostuvo la ecografía en alto, mientras todos nos miraban expectantes.

—¡Vamos a tener un bebé! —exclamó Luca, quien obviamente ya se había enterado antes que nadie.

El estallido de aplausos y abrazos llenó la casa. Kevin levantó a Sara en un abrazo, Nick ya estaba haciendo bromas sobre cómo sería el tío más genial, y mi mamá lloraba junto a la de Sara.

NARRA SARA

Esa noche, mientras las estrellas brillaban sobre nosotros, me di cuenta de que este era nuestro para siempre: una vida llena de risas, familia, amor y, ahora, un nuevo comienzo.

Cuando finalmente nos quedamos solos, me recosté junto a Joe, mi cabeza sobre su pecho.

—¿Te das cuenta de que tenemos todo lo que siempre soñamos? —le dije, mirando hacia el techo iluminado por la luz de la luna.

—Sí, pero lo mejor está por venir —respondió, acariciando mi cabello.

Sentí que todo estaba en su lugar: mi familia, nuestro amor, y ahora, una nueva vida creciendo dentro de mí.

Ese "para siempre" que habíamos prometido no era solo una palabra; era la vida que construíamos juntos, día a día, momento a momento.

Y mientras cerraba los ojos, con su brazo alrededor de mí, supe que nuestro final no era un final. Era solo el principio de todo lo que estaba por venir.