El Autobús Número 40

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En una peligrosa carretera
entre montañas, un autobús sufrió un accidente
muriendo todas las personas que en él viajaban.
Desde entonces dicho autobús circula de noche y
aquel que se atreva a montarse en él
desde la ciudad de Toluca a la ciudad de Ixtapan de
la Sal.
anteriormente era obligado transitar por
una carretera bastante sinuosa y peligrosa, pues
bordea un precipicio sumamente profundo casi
vertical y de roca sólida. Actualmente existe una
autopista.
Un día de tantos un autobús partió de Ixtapan de
la Sal con rumbo a Toluca. El viaje era de lo más
normal aunque circulaba por la noche, muchos de
los pasajeros habían hecho ese viaje varias veces
así que aprovechaban para dormir. El autobús
inició el viaje lleno, subió por la cuesta sin
problemas cuando comenzó a llover, como tantas
veces en esa parte del camino, entonces alcanzó
el punto más alto y luego inició el descenso e
iniciaron las famosas curvas de Calderón, un
tramo de carretera, en el cual las curvas son
sumamente cerradas y peligrosas, además se
caracteriza porque sin importar si se va a Toluca
o se viene de ella esa parte es de bajada, pues es
parte de una hondonada bastante grande y donde
hay un puente en el cual sólo cabe un auto y está
además al salir de una curva muy cerrada.
En ese puente han ocurrido accidentes muy
graves y muchos de ellos mortales, está tan
hondo que a no ser por la cantidad de piedras
afiladas a los lados, fácilmente podría sujetarse
un "bungee". El autobús en cuestión inició su
descenso, con lluvia y por supuesto el pavimento
mojado. De repente los pasajeros se percatan de
que el autobús está ganando velocidad y se
asustan, reclamando al conductor, quien no dice
nada en absoluto, entonces sumamente nervioso
al fin atina a decir:
¡¡¡Están fallando los frenos!!!
En poco tiempo el autobús toma tanta velocidad
que es imposible controlarlo y en una curva el
autobús se precipita al vacío, muchos mueren
instantáneamente a causa del golpe, otros yacen
inconscientes, hasta que el autobús se incendia y
en poco tiempo es consumido por las llamas.
Nadie escuchó los gritos de los pocos pasajeros
que pedían ayuda y todos mueren de una forma
horrible.
Mientras tanto en las oficinas de la central de
autobuses no reciben el reporte de que el autobús
número 40 de esta línea de autobuses haya
llegado, está demasiado atrasado y era el último
de la noche de modo que si se averió, no habrá
otro que lo alcance y pueda traer a los pasajeros,
de modo que se envía un vehículo a investigar.
No parece haber rastro de él en todo el trayecto,
al menos no hasta llegar a las curvas de
Calderón, donde una patrulla de la policía ha
localizado un terrible accidente. No hay
supervivientes y los cuerpos están unos
destrozados fuera de lo que quedó del autobús y
otros calcinados dentro del mismo.
Sólo fue noticia por poco tiempo, pero a partir de
esa fecha y por las noches si te encuentras en la
carretera de Ixtapan de la Sal, con rumbo a
Toluca por la noche e intentas subir a un
autobús, es posible que sea el número 40 el que
se pare y te abra la puerta. Al abordarlo notarás
que es un autobús antiguo, pero en buenas
condiciones, y como algunas líneas de autobuses
usan vehículos no tan nuevos, no te importará
mucho, pero entonces te percatarás de que aún
cuando va lleno, con personas de pie, hay
siempre un lugar vacío, o dos o tres, siempre de
acuerdo con el número de personas que se
acaben de subir. Nadie ocupa esos asientos así
que te sientas aún cuando te parece raro, y
sientes un vacío en el estómago. Te percatas de
que a pesar de la hora nadie va dormido, mujeres
hombres y niños van despiertos, pero nadie habla,
ni siquiera los niños, es un silencio pesado,
además todos van bien arreglados ¿Por qué?
Nadie lo sabe.
El auxiliar del chófer quien revisa los billetes (o te
cobra el pasaje) comienza pocos minutos
después a revisarlos, preparas el importe de tu
pasaje pero, jamás pasa a tu lugar para solicitar
el costo, eso es aun más raro, pero piensas que
al bajar en la terminal pagarás.
Llegas a Toluca sin contratiempos, pero pasada
la media noche, entonces el chófer detiene la
unidad antes de llegar a la Terminal y te dice que
debes bajar en ese momento, aunque el trayecto
no ha acabado y no entiendes la razón obedeces.
Entonces al llegar a la altura del chófer, el único
que habla, y al intentar pagar tu pasaje, te dice
que no es nada y añade:
"Baja ahora y no te gires antes de que cierre la
puerta o jamás dejarás el autobús".
Quienes obedecen, bajan y no se giran, si no
hasta que se escucha el sonido de la puerta al
cerrar y el motor del autobús arrancar, sólo para
darse cuenta de que no hay autobús, este mismo
ha desaparecido. Los desobedientes al bajar y
girarse ven el autobús hecho pedazos, dentro
esqueletos descarnados y el chófer mirándote sin
decir nada. El autobús desaparece y la persona
en cuestión muere unos días después.
Se dice que a partir de ese momento su
fantasma sube al autobús y viajará eternamente
en él por causa de su desobediencia. Si por
casualidad algún día viajas a Ixtapan de la Sal y
de regreso tu auto no funciona, no te arriesgues,
si es de noche, a subirte a un autobús, quizá sea
el número 40.
Si es así sólo obedece las instrucciones de ese
modo podrás contarlo, de lo contrario serás
condenado a viajar por esa ruta en ese autobús
por la eternidad...

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