Capítulo 40: Carinthia y Sin Nombre

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Sin Nombre salió en busca de la princesa Carinthia en los jardines del Palacio Real. No se esperaba que todos ellos formaran un gran laberinto. Sería difícil localizarla.

Decidió de todos modos aventurarse. Escuchar unos sollozos que poco a poco se hacían más prominentes fue lo que le dio la pista para encontrarla.

La princesa estaba sentada en una banca de hierro. Se cubría el rostro con los brazos. Aunque no la vio directamente, Sin Nombre sabía que estaba llorando.

El chico se preguntaba si sería buena idea hablarle después de lo sucedido, pero ya estaba ahí ¿Qué más daba?

─Hola ─saludó tímidamente el chico.

Lentamente, la princesa despegó el rostro y contempló al recién llegado.

─Tú eres del grupo del Héroe, ¿No?

─Lo soy.

─¿Qué quieres?

─Hablar contigo.

─No tengo ganas de hablar con nadie ─soltó─. Y si quieres que regrese al banquete pierdes tu tiempo.

─No vine a eso ─respondió─. De hecho, también fue por eso que me salí. No me agradan esas cosas tampoco.

No era del todo cierto, pero él necesitaba su confianza.

Carinthia lanzó una mirada de confusión. Decidió aceptar la compañía del chico y se movió un poco para que Sin Nombre tuviera un espacio dónde sentarse.

─No sé si preguntar por lo que sucedió hace un momento ─dijo.

─Dijiste que querías hablar conmigo ¿no? ─respondió sin mucho interés─. Pues hazlo.

Sin Nombre suspiró. Intentó pensar qué palabras serían las adecuadas para no tocar temas sensibles.

─Odio esta mierda de las etiquetas y los protocolos reales ─murmuró la princesa como para sí misma─. No es lo mío.

Al menos ya habló por iniciativa propia.

─¿Por qué lo odias tanto?

─Porque esto no me correspondía a mí desde un principio.

─¿Qué quieres decir?

─En este reino, los primogénitos son los que se vuelven reyes ─explicó─. Mi hermana mayor Denyen era la que iba a heredar el trono, así que es a ella a la que le enseñaban todas estas cosas. Y como yo soy la Segunda Princesa, no tenía ninguna obligación real. No debía preocuparme por aprender esa basura, y eso me agradaba mucho.

─¿Dónde está tu hermana?

─Hace tres días ─Carinthia hizo una pausa larga─. La desterraron de Habin.

─¿Eh? ─Sin Nombre no pudo ocultar su expresión de impacto─. ¿Por qué?

─¿Porque robó una de las Entelas que nosotros llevamos siglos custodiando?

─¿Una qué?

─Pero no la robó ─continuó Carinthia sin hacer mucho caso de lo que Sin Nombre preguntaba─. Mi hermana solo se la llevó para mantenerla segura porque sabemos que los Savants las están buscando.

─Espera, no te adelantes tanto ─interrumpió el chico─. Antes que nada, explícame. ¿Qué es una Entela?

─Ah, lo siento ─se disculpó─. No sé exactamente qué son porque, para empezar, nunca las he visto, solo sabemos que mi familia custodia una. Pero la leyenda dice que cuando las diosas crearon este mundo, condensaron parte de su poder para darle forma a todo, y ese poder se materializó en cinco esferas que la gente llama Entelas. Es decir, ellas usaron las Entelas para crear el mundo. Cada una de las Entelas representa el poder de la Diosa Suprema y de sus cuatro Hijas. Y nosotros custodiamos la Entela que se conoce como "La Brisa" que representa el poder de Vaui, la Diosa del Aire.

Qualia - Fase 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora