Capítulo 45: La Rebelión de Habin - Parte 3

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Tal y como nos lo indicó la princesa Carinthia, nos dividimos. Ella y Sin Nombre se encargarían de detener a Sven y nosotros, los más numerosos, trataríamos de recuperar la Entela de Dáfira.

─Contigo sí me tengo que poner serio Niño Perdido ─anunció el Savant al tiempo que encendía algunos artilugios que estaban regados por toda su vestimenta. De sus manos y piernas brotaron una especie de propulsores que hacían que se elevara en el aire. Varias placas de metal empezaron a rodearlo hasta cubrirlo por completo. Básicamente se había convertido en una especie de Iron Man. Y yo aquí sin dejar de envidiar su tecnología.

─Otro que tampoco quiere pelear en el suelo ─murmuró Minoris.

─Pues también lo haré bajar ─replicó Larissa.

─Vamos a bajarlo juntos ─dije.

La bruja volteó a verme y sonrió, invocó su escoba y ambos ascendimos al cielo.

─Esta es la segunda vez que monto tu escoba ─comenté.

Quedamos entonces frente a frente del tipo.

─Demuéstrame tus habilidades ─exclamó Dáfira─. A mí tampoco me decepciones.

─Con mucho gusto.

Aunque dije antes que tenía algo de temor por enfrentarme a otro miembro del Alto Concilio, lo cierto es que había recuperado la confianza en mí mismo.

Logré levantarme y ponerme de pie sobre la escoba de Larissa tal y como ella lo hace, la bruja hizo lo mismo y ahí estábamos los dos. Decidí entonces invocar la misma técnica que había usado antes cuando me enfrenté a la bruja. Por su parte, Dáfira también se estaba preparando.

Cuando reuní el suficiente poder, lancé aquel proyectil de energía dorada hacia el Savant. Dáfira logró esquivarlo a tiempo, pero lo cierto es que no le sería tan fácil. Resulta que se me ocurrió moverla con mis manos para dirigirla. No se detendría hasta que le diera de lleno.

Finalmente hizo impacto en Dáfira, pero no parecía estar herido de gravedad. Esa armadura era realmente buena.

─Vas a tener que hacer más que eso Niño Perdido.

─Ataquemos juntos Brayan ─dijo Larissa.

─Ok.

Decidí repetir la técnica que había lanzado antes, y Larissa hizo el mismo conjuro que a mí me lanzó justamente en nuestra batalla, el "RADIUS LUMINIS COELESTIS". Al mismo tiempo Dáfira invocó una especie de escudo transparente. La bruja y yo lanzamos nuestras respectivas técnicas y estas se combinaron en el aire para darle directo al Savant. Parecía ser que esta vez estaba cediendo.

─¡Aumenta la potencia Brayan! ─ordenó la brujita─. Creo que está funcionando.

Y grité, y eso hizo que, en efecto, la potencia de mi ataque aumentara. Esto del grito pensé que solo servía en películas.

Solo que creo que me excedí de potencia, o quizá fue algo que hizo Dáfira, no estoy seguro. Porque su armadura estalló, pero la explosión fue tan potente que también nos alcanzó a los dos. Los tres caímos al suelo, pero Dáfira, que siempre tuvo una armadura que lo protegiese no parecía tan herido como nosotros. A diferencia de él, creo que nosotros dos ya no podíamos seguir peleando.

─¡Brayan! ¡Larissa! ─Koyara y Minoris fueron corriendo a auxiliarnos.

─Perdón ─me disculpé─. Se me pasó la mano.

─Se te pasó bastante ─oí murmurar a Larissa con dificultad.

─Deja que nos encarguemos de nosotros inútil ─exclamó Karelia.

Qualia - Fase 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora