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En este capítulo cuando veáis la palabra tortura, imaginaros lo que queráis, no voy a describir la acción por respeto. Sois libres de torturar a esos dos personajes como más os apetezca.

Era el turno de Camboya, Mateo saldría a correr por el mismo parque que lo hacía Santiago, cuando vio que paraba a coger aire, Mateo aprovechó la ocasión.

-¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?- Preguntó con un tono más grave del habitual.

-Tranquilo, me ha dado flato, solo necesito parar y comer algo.

-¿Te acompaño hasta el bar del parque? No te veo muy católico para continuar.

-No quiero molestar.

-No es molestia, además, yo también debería parar, llevo 8 km y voy reventado.

-Pues vayamos entonces.

Mateo y Santiago se dirigieron hacia el bar, a unos 50 metros, pero que a ambos les pareció eterno, una vez que llegaron y pidieron un buen desayuno se presentaron.

-Me llamo Santiago.

-Guillermo, encantado.-Mintió Mateo.

-No te he visto nunca por aquí, llevo casi un mes saliendo a correr a esta hora y tengo al personal fichado.

-Llegué hace 3 días, y con el Jet Lag, la verdad que salir a correr no entraba en mis planes, además necesito pensar con claridad, los negocios se están complicando.

-¿Eres empresario?

-No, pero mi jefe si se dedica a ello, yo solo soy el que hace los encargos y hay algunos más sencillos que otros.

-Sé lo que me quieres decir. Yo vendo armas de contrabando, mi primo me las envía desde Belice y si no tiene alguna, ya tenemos problemas con el cliente.

-No me dedico a las armas, más bien a la droga, pero está bien saber que si algún día necesito un arma puedo contactar contigo.

-Y yo si quiero droga contactaré contigo.

Pasaron un rato conversando sobre sus orígenes y como habían terminado dedicándose al tráfico de drogas y armas. Mateo averiguó que tipo de armas tenía y se le ocurrió una idea.

-¿Qué te parece si hablo con mi jefe, le comento las armas que tienes? Hace unos días me dijo que necesitaba rifles de asalto, pero no me has dicho nada respecto a eso.

-No tengo, tendría que pedírselas a mi primo, pero tenemos un problema, que sólo llegarían hasta Italia, y tendría que ir yo en persona. Hay ciertas cosas con las que no se juega. Si a tu jefe le parece bien, podemos organizar un viaje a Italia con tu jefe y mi primo, y además que negocien.

Mateo no pudo rechazar la oferta, quedó en hablar con Santiago esa misma tarde. Cuando llegó al hotel y comentó lo rápido y sencillo que había sido, no se lo creía, apenas había tenido que meterse en el papel, como sucedió con Claudia y Tasio, los primos estaban nerviosos y hablaban muy a la ligera. Momento en el que aprovecharon y cambiaron Berlín por Italia, apenas iban a tener que intervenir. Claudia y Tasio dijeron que a su jefe la idea de Belice de momento no la iban a aceptar. Estaba saliendo todo demasiado bien como para estropearlo. Los primos se iban a reunir ellos solitos, sin necesidad de intermediarios ni más mentiras.

El intercambio sería 2 días después en el aeropuerto de Milán. Claudia, Tasio, Begoña y Luis viajaron a España. Jesús, Mateo, Fina y Marta viajarían a Milán.

Era el día y la hora acordada, se habían colocado en los controles de entrada, cuando los vieron aparecer, les redujeron, les pusieron las esposas y los subieron a un avión con destino a Madrid. No dijeron nada durante el vuelo, una vez que bajaron del avión se dirigieron hacia la comisaría y los llevaron a un sótano, estaban las cámaras apagadas, entonces Jesús se quitó la chaqueta y se remangó, Santiago y Rafael estaban esposados colgando de una tubería con los pies atados. Las siguientes 5 horas fueron una tortura para los detenidos, Fina había cogido la costumbre de romper narices a base de cabezazos, Marta, Isidro y Jesús también les torturaron.

Tras 72 horas detenidos, sin comunicación con el exterior y aislados del resto de calabozos pasaron a disposición judicial y de ahí a prisión preventiva a espera de juicio. Les retiraron toda la documentación que portaban y aunque estuvieran en prisión tenían completamente prohibido salir de La Comunidad Autónoma de Madrid.

El juicio tardó casi 4 años en salir, cuatro años que se hicieron eternos, ya que Fina tuvo que irse a Ceuta dónde ascendió a Inspectora y Marta a Vigo dónde llegó a Subinspectora para trabajar en casos parecidos. Pero tenían que volver a Madrid para declarar.

Fina estaba deseando reencontrarse con Marta, porque aunque se escribieran cartas y llamaran por teléfono, necesitaba abrazarla, y no volver a separarse nunca tanto tiempo de ella.

Marta por su lado sentía lo mismo, esos 4 años habían sido los más duros, no ver a Fina, apenas ver a su madre y sus hermanos, el frío de la costa, Marta necesitaba la capital como el respirar.

Se vieron una semana antes del juicio, y el abrazo que se dieron se notó hasta en Plutón.

-Te he echado tanto de menos mi terremoto.- Dijo Fina llorando.

-Y yo a ti, Fina, no sabes cuánto.- Contestó Marta mientras le limpiaba las lágrimas.

-No pienso volver a estar tanto tiempo sin verte.

-No voy a permitirlo. ¿Estás preparada para las semanas que se vienen?

-Más que nunca, vamos a cargarnos a esos cabrones.

-Diablos señorita, estar al otro lado del Estrecho a su vocabulario no le ha sentado bien.

Durante esa semana Jesús que llegó a Comisario tras la jubilación de Isidro, les propuso recuperar sus puestos en la capital, primero porque eran las mejores, y segundo, porque las dos personas que estaban de Inspector y Subinspector no le caían bien y eran unos incompetentes. Se pusieron al día entre ellas, y estuvieron preparando el juicio con las demás víctimas.

Mientras se tomaban una cervecita bien rica, Fina le propuso a Marta pasar las Navidades en Suiza con Julia y Valentín. Marta no pudo estar más ilusionada, aceptó encantada, y cuando se terminaron la birra, se fueron a una agencia y lo dejaron todo organizado, se irían desde el 23 de diciembre al 2 de enero. Pero antes pasaron por un juicio que duró desde finales de septiembre hasta mediados de diciembre. Con un veredicto del jurado unánime, Santiago y Rafael fueron declarados culpables, no pararon de echarse la culpa de uno a otro y a pasar 45 y 30 años de prisión respectivamente sin posibilidad de libertad condicional.

Después del veredicto todos salieron a celebrarlo, pero Marta y Fina se fueron pronto, tenían un viaje que organizar que por poco tienen que cancelar. 

Aquí estamos de nuevo, mi gente bonita, espero que os haya gustado el capítulo de hoy.

Dadle amor, compartidlo y el martes 24 ESPECIAL DE NAVIDAD CON EL CAPÍTULO 10.

¿Qué pasará, que misterio habrá? Esa puede ser su gran noche..... Nos vamos de vacaciones a Suiza 😊

Cualquier comentario y/o crítica constructiva será recibido con amor. 

Expediente 1958,  Jaque a La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora