A mi Doña, mi hermanita pequeña, que dio el visto bueno para el capítulo y para subirlo hoy.
Aquella noche del 24 de Diciembre de 1998 allí estaban, Marta y Fina, Fina y Marta, dos mujeres jóvenes de vacaciones en una cabaña de Grindelwald (Suiza), en plenos Alpes de Berna, con un manto de nieve que cubría sus valles y demás tejados de aquel pintoresco y pequeño pueblo. El humo salía de las chimeneas, y la inmensa mayoría tenían adornos de esa festividad que ninguna de las dos tenía planeada celebrar unas semanas antes del juicio. Fina estaba terminando de preparar los últimos detalles de la cena, mientras que Marta terminaba de poner la mesa.
Marta se acercó a la cocina.
-¿En qué puedo ayudarte, Fina?
-No te preocupes, ya está listo, solo quedan 15 minutos de horno y podremos cenar.
-¿Quieres una copa de vino?
-Por supuesto.
-Pues voy a por las copas-dijo mientras cogía el vino blanco de la nevera- y te espero en el sofá.
Dos minutos después Fina salió de la cocina, y miró asombrada la mesa, la verdad que Marta se había esmerado, lucía un mantel rojo con decoraciones navideñas, dos platos para cada una y para los peques Valentín y Julia con su correspondiente cubertería puesta como si fuera una cena de protocolo, uno más pequeño para el pan, 3 copas (agua, vino y champagne), una bandeja con diferentes dulces y chocolates que habían comprado esa mañana después de hacer snowboard, dos velas anchas doradas, y una flor de pascua. La mesa daba a un gran ventanal con un poyete donde se veía todo el valle nevado.
Fina vio a Marta terminando de acoplar la leña en la chimenea y que se avivara un poco más la llama, y no pudo evitar pensar en lo preciosa que se veía Marta. Una Marta más sonriente, más feliz, con ese brillo en los ojos que perdió durante una temporada, una Marta más serena y segura de sí misma. Además, también iba preciosa, con un pantalón de vestir color negro, una camisa blanca un poco trasparente y que Fina tuvo que retirar la vista porque su imaginación le estaba nublando el juicio, además de llevar una americana a rayas, su cabello rubio lo tenía semi recogido y caían dos mechones por su cara, lo que resaltaba más aún ese océano en su mirada. Si existía dios, estaba claro que era una mujer y estaba frente a ella.
Como sería el trance en el que estaba metida, que fue la risa de Marta quién le trajo a la realidad.
-¿De qué te ríes?-Fingió indignada.
-De lo guapa que estás cuando te concentras- Soltó sin pensarlo y en seguida se ruborizó.
Ambas se sentaron en el sofá al mismo tiempo, Marta empezó a servir dos copas de vino y se quedaron mirando una enfrente de la otra.
Fina tuvo que sostenerse ante tal respuesta, pero tenía que hablar con Marta, ya no aguantaba ni un segundo más, pero la rubia le leyó la mente y se le adelantó.
-Fina...- Dijo casi titubeando y sosteniendo la mano de la morena- Necesito hablar contigo, porque si no, siento que me va a explotar el pecho y el corazón si sigo callándome.
-Marta, yo...- Pero la rubia le cortó.
-No por favor, no me cortes ahora. Nos conocemos desde hace 15 años, en la cena de la pedida de mano de mi hermano y Begoña quedaron claras mis intenciones. Siempre has sido un referente, por tu valentía, por tu manera de afrontar la vida y los problemas, por tu carácter peleón, por tu sentido de la justicia y porque no te rindes ante nada. Pero independientemente de todo eso, y a pesar de todo lo que hemos vivido hasta llegar aquí, a este día, todos y cada uno de mis días he sentido que te quería, bueno, y te quiero, pero no como se quiere a una amiga, cuando estoy cerca de ti siento que floto, si me rozas o me abrazas mi piel se eriza, pienso en ti y mi respiración y mi pulso se aceleran hasta tal punto de que pienso que a mi corazón se le han olvidado algunos latidos. Pienso en ti día y noche, me vuelves loca Fina, me vuelves loca desde que soy una niña y solo quiero estar contigo, ser tu novia, y tu futura mujer, y si, suena muy intenso, pero es lo que siento y me está quemando, me está quemando no...
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Expediente 1958, Jaque a La Reina
FanfictionMarta y Fina viven en la capital en una década dónde la delincuencia y las drogas estaban en auge, era el boom del cine español y de la música dónde el punk, el rock y el pop dominaban la Movida Madrileña. Sus caminos se cruzarán de manera inimagina...