Taehyung.
Esa noche, después de que Hoseok se marchó a su habitación, intenté comunicarme con Jackson. Marqué su número varias veces, pero cada intento quedó sin respuesta. El tono insistente del teléfono se cortaba al llegar al buzón de voz, y cada vez sentía cómo mi paciencia se desmoronaba un poco más. La noche se alargaba, y mi irritación también. No era solo el hecho de que no respondiera, sino lo que esa falta de comunicación podría significar. Si hubiera algo urgente, si el menor hubiera estado enfermo. ¿No se suponía que era el, él primero quien debía enterarse?
Decidí que esperaría hasta la mañana. No tenía sentido seguir insistiendo, cuando era obvio y lo más seguro que Jackson estaba ocupado en algo más... o con alguien más. Apreté la mandíbula al recordar lo que Jennie me había contado esa misma noche. "Por lo que sé, sí... Lo he visto un par de veces, muy bien acompañado de una mujer rubia".
Jackson Wang, era un imbécil y un poco hombre.
Hoseok no necesitaba esto. No necesitaba lidiar con la apatía de Jackson ni con las sombras que parecían perseguirlo constantemente. Era un doncel hermoso, tan lleno de vida a pesar de todo el peso que cargaba sobre sus hombros, y merecía mucho más que la vida que estaba viviendo.
Pensé en cómo me había mirado anoche, con esa mezcla de vulnerabilidad y valentía que me desarmaba cada vez. Hoseok era alguien que, a pesar de sus temores, estaba dispuesto a enfrentarlos si eso significaba encontrar algo de paz. Y, sin embargo, el mundo no le daba tregua. Las personas que debían cuidarlo y protegerlo no estaban a la altura, y eso solo hacía que su carga fuera aún más pesada.
Era imposible no sentirme protector hacia él, aunque sabía que esa no era exactamente mi función. Pero, ¿cómo no hacerlo? Hoseok tenía una luz única, incluso cuando él mismo parecía ignorarla. Su sonrisa, cuando surgía en esos momentos raros y espontáneos, tenía la capacidad de iluminar cualquier espacio. Y sus ojos... sus ojos reflejaban tanto dolor, pero también una fortaleza que me dejaba sin palabras.
Merecía una vida diferente. Merecía tener alguien a su lado que viera todo lo que él era, no solo lo que aparentaba ser. Alguien que entendiera sus silencios, que lo apoyara sin condiciones, que lo amara sin reservas. No podía evitar pensar que, si el mundo fuera justo, Hoseok tendría una existencia llena de felicidad y tranquilidad, no está constante lucha que parecía consumirlo.
Esa noche, me fui a la cama incapaz de desconectar del todo. El sueño fue escaso y fragmentado, mi mente atrapada entre el presente y los posibles escenarios que Hoseok enfrentaría al regresar a ver a sus padres.
Al amanecer, apenas abrí mis ojos, retomé la llamada. Esta vez, al tercer timbre, la voz ronca de Jackson resonó al otro lado de la línea.
— ¿Qué quieres? —preguntó, su tono cansado y arrastrado, como si acabara de despertar de un sueño profundo o, más probablemente, de una noche de excesos.
— Señor, soy Taeyong—respondí con formalidad, aunque sentía la tensión creciendo en mi interior—Intenté comunicarme con usted anoche.
Un leve sonido de movimiento al otro lado, quizás apartándose el teléfono o sentándose en la cama. Pude distinguir un murmullo en el fondo, voces apagadas y el sonido de algo que podría haber sido una botella sobre una mesa.
— Lo sé. Vi las llamadas esta mañana —dijo con una calma que me resultó irritante. —¿Qué pasa?
Al escuchar la respuesta de Jackson, sentí un impulso de frustración que me recorrió de arriba abajo. La falta de preocupación, de seriedad en su voz, me rozó de manera desagradable. ¿Cómo podía ser tan indiferente? No pude evitar preguntarme cómo alguien que debía estar al tanto de cada detalle relacionado con Hoseok, quien era su esposo, podía responder de manera tan... desinteresada. Sin embargo, no era el momento de perder la compostura. Por lo que, me obligué a calmarme, respirando hondo antes de responder. La ira no podía nublar mi juicio. Jackson era un idiota, pero yo no lo era.

ESTÁS LEYENDO
EL DONCEL Y LA BESTIA
FanfictionLos cuentos de hadas no existen. Solamente existe la crueldad y la asfixiante realidad. Por lo menos así, lo veía Jung Hoseok. El chico cuyo destino, fue marcado por las infidelidades y el constante maltrato de su esposo. Quería huir y perseguir...