No debí llamar

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Elle tomó su móvil, mientras en su pecho latía su corazón como un potro desbocado,Dígito número por número, mientras pensaba como no haber olvidado ese teléfono después de tanto tiempo sin haberlo marcado, mientras esperaba en la línea sentía que cada repique era un número menos en la cuenta regresiva, cuando pensó por fin en cortar y desistir de hablarle, convencida por su orgullo, escuchó la voz del otro lado.

- Aló ,si buenas tardes... Con su marcado acento extranjero.

- Alò, hola como estas?...Atinó a decir en medio de la maraña de sentimientos que querían salir por su boca.

Silencio y de nuevo el tono, Él había cortado...

Que paso? Se cortó? Colgó? Se preguntó.

La respuesta era obvia hasta para ella, Él simplemente no la quería escuchar, esta vez tuvo una sensación real de vomitar, junto con el sentimiento de culpa por haberse traicionado a sí misma.

Por que llamé?, se reprochaba, mientras la ansiedad se convertía en odio, odió por Él ,por ella misma, por todo, sé arrepentía no sólo de llamar, también de haber entregado su corazón sin conocerlo, maldecía el día que escuchó esa voz por primera vez.

- hola, vi tu anunció esas fotos son reales? Su acento extranjero era obvio.

- si , te cobro por horas dependiendo que servicio quieres..

Acordaron verse, para Elle era la rutina diaria, un cliente más era el equivalente a algo más de dinero en la cartera, nunca guardaba expectativas sobre quien era su cita, un viejo verde, o algún muchachito ávido de alguna nueva experiencia, da igual, sabía que tenía un acento raro, otro extranjero, de esos que buscan conocer el tan famoso turismo sexual de Colombia.

Al bajarse del taxi lo vio por primera vez.

- wow, es lindo pasaré un buen rato, pensó, mientras lo observaba.

Sus ojos eran oscuros y penetrantes, contrastaban con su piel blanca y sus facciones un tanto árabes, su estatura era ideal, a Ella siempre le gustaron los hombres muy altos. Intentó descifrar sus pensamientos por medio de sus gestos como lo hacia siempre .

- tomemos un taxi, dijo el finalmente, así lo hicieron.

- sabes en donde conseguimos perico? Dijo el de nuevo.

Eso no es raro pensó ella, no conozco un extranjero, que no consuma alguna cosa, o bien perico, o bien pepas o incluso bazuco... Se le vino a la cabeza aquella canción de un grupo mexicano que dice "de la droga que sembramos ustedes son consumidores"

Esa noche tuvo magia o al menos así lo sintió ella después de negociar el precio por la noche, se desplazaron hacia un hotel.

La conversacion fluyó, en el descubrió lo que jamas había visto en sus clientes, un feeling, un algo especial, esperaba que Él se lanzará sobre ella como lo hacían todos, como un perro hambriento sobre un jugoso trozo de carne. Pero no, por el contrario su charla pausada denotaba que no tenía prisa, Ella tampoco la tenía, igual ya tenía el dinero en su bolsillo.

-que más da el puede utilizar su tiempo como quiera, pensó.

Era una habitación cómoda, un tanto lujosa con un sillón de cuero sobre el que se hallaban sentados. Ella bebió aguardiente, Él cerveza,

- tendrá miedo de despertar sólo, con resaca y los bolsillos vacíos , en el espejo una nota escrita con lápiz labial con una sola palabra "zoquete" pensó ella en silencio y sonrió para sus adentros.

Se nota que no me conoce, a veces pensaba que ni siquiera ella misma se conocía, que hacia ella en un hotel con un extraño, que hacia vendiéndose, ofreciendo sus servicios sexuales al mejor postor, fingiendo ser una femme fatale, cuando su timidez era extrema, era sólo un personaje, una máscara que se quitaba y se ponía a su antojo y según las circunstancias, así como su otro personaje, el de la mujer fuerte que se sabía defender, ruda, agresiva, toda una luchadora de la calle, cuando en realidad su corazón era tan blando y su decepción por el género humano inmenso.

Mientras se desnudaba para entrar en el jacuzzi Sentía pudor, pensamiento inconcebible en una prepago, tal vez Él le gustaba más de la cuenta, y le producía toda esta vergüenza pueril.

Entró en el jacuzzi, el agua caliente la estimulaba, Él estaba allí , la esperaba dentro, con esos ojos que la intimidaban pero eran hermosos a su parecer, se dibujaba en su rostro una sonrisa algo maligna, pero a la vez de placer, gesto con el que Ella se familiarizaría y hasta recordaría al pensar en Él.

Un beso frío rompió el hielo, ella no besaba a un cliente , eso era poco profesional , si era que existía algún manual de ética en esa profesión.

Al acercarse a Él, la recibió con el ademán de verter agua sobre su espalda, gesto que produjo en ella Una sensación excitante, cuando su mano rozaba sobre su espalda la hacia extremecer, pero a la vez se sentía mimada, casi protegida. Rapidamente perdió el control de su cuerpo, la excitación se apoderó de Ella mientras tocaba su órgano tibio y duro, deseaba sentirlo en su boca, probarlo, lamerlo suavemente, mientras lo hacía el agua que masajeaba su cuerpo incrementaba su sensación de placer, pidió ser penetrada,con su mente en blanco, Ella se entregó sin condiciones , sólo en ese momento Sus máscaras se habían ido era Ella la real ,la auténtica ella, rendida ante el placer de sentir su sexo invadido y apunto de estallar en éxtasis, por su posición en cuatro, ella no podía ver su rostro, pero imaginaba sus gestos de placer mientras la penetraba, cuando llegó el momento, su corazón latió fuertemente, mientras su vagina se agitaba en profundos latidos, el placer se extendió por su cuerpo, de manera tal que su piel se erizó y la raíz de su cabello cosquilleaba en su cabeza, sintió el pene salir de su vagina y rozar su ano suavemente, en otras circunstancias se hubiese cabreado "eso tiene cargo extra" hubiese sido su respuesta, pero no, aún sin recuperarse del fuerte orgasmo, sintió su trasero penetrado suavemente, el miembro había sido lubricado por el líquido segregado por su vagina en el éxtasis, ahora resbalaba con lentitud exacta por su ano, Ella no tuvo más remedio que entregarse al placer que Él le daba...

Cuando todo terminó no supo que decir, cuando el le dijo:

- no usamos los preservativos que me hiciste comprar, ella quiso defenderse , decir la frase de cajón utilizada por las chicas "decentes"
Después de dormir con alguien, "no pienses mal de mi, no sé como pasó, no suelo hacer esto"pero aunque fuera cierto prefirió callar, en ocasiones era como en las películas policíacas, todo lo que digas puede ser utilizado en tú contra.

Fue una noche fugaz, de alcohol, sexo y complicidad ,le asustaba la comodidad que le producía su compañía, era como si ya se conocieran, sus apreciaciones eran como si Él lograra leer su pensamiento.

Terminada la noche el prometió llamar, era la promesa habitual de todo cliente bien atendido, Mientras hacia el recorrido a casa , Ella sentía que volvía lentamente a la realidad, a la realidad que la había arrastrado de una manera a otra a lo que hacía ,dar placer por dinero.

Al estar sola recordó las palabras de Él "puedes hacer lo que tu quieras, sólo tienes que creer" esas palabras retumbaban en su cabeza , mientras caía en cuenta del riesgo que había corrido, esa noche teniendo sexo sin protección, tuvo miedo "y si es uno de esos tipos resentidos que se dedican a propagar el virus del VIH sólo por que han sido infectados" No, sacudió la cabeza tratando de sacar esa idea de su mente, igual parece ser alguien muy equilibrado, se tranquilizó a sí misma.

Los días posteriores al encuentro, su vida marchó normalmente o al menos eso era lo que Ella quería Creer, atendió a sus clientes como de costumbre, dándoles sólo momentos de placer planeados Y obviamente pagados, pero en su cabeza se repetían algunas de las frases y gestos de Él aquella noche, Durante la semana siguiente al encuentro, la comunicación fue fluida y siempre se terminaba la conversacion con la promesa de un pronto encuentro.

ACUSOME PADRE "Confesiones de una prepago"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora