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La Tierra lo miró sin saber qué decir. La intensidad de Iris lo desbordaba, y aunque sentía miedo, también había algo en sus palabras y en su mirada que lo confundía.

Iris, notando su silencio, volvió a sonreír y tomó su mano entre las suyas.

Iris
— Este lugar es nuestro. Nadie nos molestará aquí. Nadie puede separarnos. Y si intentan… —su voz se volvió un murmullo oscuro por un instante, pero rápidamente recuperó su ternura.
— No importa. Yo siempre te protegeré.

Iris observó a la Tierra con una mezcla de ternura y deseo, inclinándose sobre él mientras sus dedos trazaban patrones ligeros en su mejilla. Su voz salió baja y llena de intención:

Iris
— ¿Por qué no lo hacemos?
Quiero sentirte otra vez, quiero que entiendas cuánto te amo.

La Tierra frunció el ceño, sintiendo cómo su paciencia empezaba a agotarse. Sin pensarlo dos veces, llevó su mano al cabello de Iris y lo jaló con fuerza, obligándolo a mirarlo directamente.

Tierra
— ¿Qué te hace pensar que voy a dejar que sigas haciendo lo que quieras?

Iris, lejos de molestarse o retroceder, soltó una carcajada suave, casi juguetona. Su mirada se suavizó aún más mientras sus labios se curvaban en una sonrisa que desbordaba seguridad.

Iris
— Eres increíble, ¿lo sabes? —dijo con una risa ligera, inclinándose hacia él sin resistirse al jalón.
— Esa fuerza tuya… me fascina. Pero no importa cuánto luches, sigues siendo mío.

La Tierra soltó su cabello con un bufido de frustración, pero no pudo evitar sentir cómo su propio corazón latía más rápido. Había algo en la calma imperturbable de Iris, en su risa despreocupada y en la forma en que lo miraba, que lo desconcertaba por completo.

Iris se acercó más, ignorando cualquier espacio que la Tierra intentara poner entre ambos. Con un movimiento suave, deslizó una mano por su rostro, apartando cualquier rastro de tensión.



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Después de unos segundos de silencio, la Tierra soltó un suspiro, suavizando su expresión.

Tierra
— Lo siento… no debí jalarte el cabello.

Se inclinó hacia Iris con torpeza y dejó un beso ligero en su cabello como forma de disculpa. El gesto fue pequeño, casi imperceptible, pero suficiente para encender algo dentro de Iris.

Iris, que rara vez mostraba vulnerabilidad, se quedó congelado por un instante, sintiendo cómo el calor subía a su rostro. Sus mejillas, usualmente pálidas, adquirieron un tono rosado intenso mientras lo miraba con ojos brillantes.

Iris
— ¿Acabas de…? —susurró, incrédulo, llevándose una mano a la cabeza, justo donde la Tierra lo había besado.
— Mi Tierrita… me está mostrando afecto.

Su voz temblaba ligeramente, como si estuviera al borde de una emoción que no sabía cómo procesar. Lentamente, una enorme sonrisa se formó en su rostro, llena de dicha y emoción.

Iris
— ¡Sabía que me amabas! Sabía que solo era cuestión de tiempo.

Se lanzó hacia la Tierra, abrazándolo con fuerza, pero con una suavidad que demostraba cuánto le importaba.

Iris
— Este es el mejor momento de mi vida. No tienes idea de lo feliz que me haces, Tierrita.

La Tierra, todavía algo incómodo, intentó apartarse un poco, pero Iris no se lo permitió.

Tierra
— No exageres, solo fue un beso en el cabello…

Iris
— ¡No importa! —exclamó Iris, apretándolo un poco más contra su pecho.
— Es el principio. Lo sé. Poco a poco me dejarás entrar más en tu corazón.

Iris mantenía a la Tierra en sus brazos con una fuerza que dejaba claro cuánto lo deseaba. Sus manos recorrían su cintura, acariciando su piel con una suavidad casi obsesiva. Sin embargo, la Tierra, sintiendo la invasión de la cercanía de Iris, se tensó.

Tierra
— Iris... tu mano está en un lugar que no debería.

Iris, lejos de mostrar vergüenza o arrepentimiento, sonrió con una expresión que denotaba una satisfacción inquebrantable.

Iris
— Tierrita… pero mi mano ya tocó todo.

La sonrisa de Iris se ensanchó aún más, mientras sus dedos continuaban su recorrido, moviéndose con calma y seguridad, como si no hubiera nada fuera de lugar. La obsesión en su rostro se volvía más evidente, y su tono se tornó más posesivo.

𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢ó𝐧 (Iris x Tierra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora