Capítulo 8: Demasiado cerca.

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Capítulo 8: Demasiado cerca

Ya era jueves por la tarde, ese día las clases habían pasado normales, salvo por una discusión entre Percy y Annabeth durante el almuerzo ¡a causa de la última rebanada de pizza que de quedaba! La cual Annabeth había ganado pero que sin preverlo le fue arrebata inmediatamente de las manos y comido a la vez por Percy.

Razón que hizo enojar a Annabeth y que tirara en él su pedazo de tarta de frambuesa, Percy le devolvió el gesto con su jugo de moras, mientras que ella tomó la gelatina que estaba del mostrador, donde se encontraba toda la comida que se proporcionaba, y se la echó en el cabello.

Y así, amigos míos, es como comenzó una guerra de comida, que no solo llevaron ellos dos sino que toda la cafetería participó. Poco después llegó el director e intento poner fin a aquel alboroto pero en su lugar recibió accidentalmente una malteada en la cara por parte de Annabeth. Entonces, el director, furioso con la malteada escurriendo por su cara pregunto quiénes habían sido los causantes de todo aquello, todos apuntaron, a modo de respuesta, en donde se encontraba Percy y Annabeth.

Por lo que él director llamó la atención de ambos y los castigo poniéndolos a limpiar todo el desastre después de sus clases.

-Todo esto es tu culpa -replicó Annabeth a Percy.

Ambos estaban limpiando la mesas manchadas, ya habían recogido toda la comida tirada, trapeado el piso, y limpiado las paredes, sólo faltaban las mesas de lo que ahora ambos se encargaban.

-Sabes, esto no hubiera pasado si me hubieses entregado esa rebanada de pizza -respondió él, ella lo fulminó con la mirada, pero Percy estaba tan concentrado en quitar la mancha que ni lo noto.

-Pero yo había tomado primero la pizza -señaló-, ¡ahora no podré estar lista para las cuatro por tu culpa! -gritó enfadada, él se voltio para mirarla.

Mientras que ella también lo veía, a la vez que limpiaba la mesa al mismo tiempo.

-Si tú no me hubieras tirado ese pedazo de tarta en la cara yo no te hubiera tirado mi preciado jugo de moras... -dijo el acercándose a donde ella se encontraba, en la mesa de al lado.

Ella volvió su atención a la mesa y siguió limpiando, solo quedaban por limpiar esas dos mesas, que se habían repartido cada uno.

-Además, ¿qué es ese evento tuyo tan importante que sucederá a las cuatro? ¿Una cita? -preguntó él estando a su lado.

Annabeth, que seguía quitando las manchas de comida, por fin terminó, aventó el trapo contra la mesa y miró al chico que estaba a escasos centímetros de ella.

-No es de tu incumbencia y si así fuera, a ti que te importa -contestó, ambos muy cerca uno del otro podrían a sentir el aroma que desprendían. Por extraño que sonara, el de él era como brisa de mar y de Annabeth un dulce aroma a fresas.

-La verdad no, no lo hace, solo pregunto por curiosidad ¿algún problema? -respondió Percy acercándose poco a poco, ella lo notaba y no hacía nada, ¿acaso se dejaría llevar?

-Sí, no preguntes lo que es personal, mejor pregunta cuando estemos en clase -dijo Annabeth con una sonrisa burlona, cada vez él estaba más cerca, eso la tensaba, ¿qué debía hacer?

No, no se dejaría llevar, se dijo a sí misma, inmediatamente se volteó hacia la mesa que él estaba limpiando y le dijo:

-Te ha faltado esa mancha de ahí, termina para que podamos irnos -Annabeth apuntó a la mesa que según Percy había limpiado.

Como la cabeza de ella estaba de lado, los labios de él quedaron cerca de su oído, lo que hizo que Annabeth se tensara de nuevo, y en ese momento, él en un susurro le respondió:

-Ya voy listilla -cosa que la hizo estremecer, él se alejó de ella y se dirigió a la mesa y continuó limpiando.

Mientras ella estaba sentada en la mesa que había estado limpiando, se encontraba pensando en que se perdería la salida con sus amigas por culpa de Jackson y no podría ir a la compra de su vestido e antifaz para el baile de Bienvenida, la hizo enojar y pensar en Cien razones por las que debes odiar a Jackson, si, pronto pensaría esas cien razones y las escribiría.
Estaba tan absorta en sus pensamientos sobre las razones por las que debías odiar a Jackson, que no noto que el chico le hablaba.

-Hey, ¡listilla! Chase!! -exclamó él agitando su mano delante de la cara de ella para que reaccionara, y así lo hizo, cinco segundos después. - ¿En quién estabas pensando? ¿En mí? -preguntó él con una sonrisa burlona por su última pregunta.

-Técnicamente, sí-le respondió ella, lo que hizo desaparecer la sonrisa del chico y poner una expresión seria. -Pero no de esa manera si no de una forma...diferente y no buena -dijo ella, agregando lo último al ver que él frunció el ceño incrédulo y a la vez no queriendo decir "..de una forma del porqué deberían odiarte", dicho esto último el volvió a fruncir el ceño pero ahora desconcertado.

-Sí, como tú digas, pero ¿por qué estabas pensando de una manera mala en mí? -pregunto él para saber los motivos, ella dudo un instante al responderle.

-Arruinaste mi cita -finalizó ella sin agregar que esa "cita" era con sus amigas, dicho esto se levantó y se dirigió a la salida.

Ya afuera del Instituto, Annabeth decidió seguir e irse a su casa pues no tenía nada que esperar y sus amigas de seguro ya estaban en el centro comercial, viro en la acera izquierda.

El día estaba nublado, sin probabilidades de lluvia alguna, el viento soplaba un aire helado que la hizo arrepentirse de no haber traído su sudadera gris, para la próxima consultoría el clima en las noticias, mientras caminaba un auto se detuvo a su lado, la ventanilla de este se bajó por completo dejando ver a una chica de ojos azul eléctrico al volante, sonriendo de haber encontrado a la rubia, a su lado se encontraba Piper, en el asiento de copiloto, la ventana de la puerta que se encontraba al lado de Thalia también fue bajada dejando ver a Hazel y a su lado Calipso, ellas habían venido por Annabeth, eso la hizo sonreír.

-Entonces, ¿vienes o no? -pregunto Thalia al ver que ella solo se quedaba ahí parada.

-Por supuesto que sí -respondió dándole una sonrisa, Hazel abrió la puerta que estaba a su lado y se recorrió dándole espacio a Annabeth, quien se subió y cerró la puerta a su lado.

-Vamos primero a mi casa, necesito ir por mi dinero para comprar lo que necesitaré, ¿sí? ­­-Pidió Annabeth, pues no se había traído nada de dinero y lo necesitaba, Piper que iba enfrente se giró para verla.

-No te preocupes, yo lo pagó -le dijo con una sonrisa tratando de convencerla pues Annabeth sí que era difícil de ello, pero eso no bastó para hacerlo pues se negó:

-Ni hablar, yo tengo el dinero, solo vamos a mi casa y ya -dijo, era toda una terca sin duda, así que Piper le sugirió una idea.

-Bueno que tal si vamos al centro comercial, yo pagó... -sugirió ella pero Annabeth la interrumpió.

-Ya te dije que no -pero Piper sólo la ignoró y siguió.

-...Y después me pagas lo que gastaste, ¿okay? -Propuso. Annabeth lo pensó un momento, la idea no era mala, además necesitan a llegar temprano a casa y esta no estaba tan cerca del centro comercial y si no llegaba temprano a casa su padre la regañaría, además de que le dijo que tendría que hablar con ella.

-Está bien, pero ni creas que olvidaré darte el dinero y cuando lo haga lo vas a aceptar, ¿entendido? -dijo aquello de modo que sonara más como una orden a la que no debía de negarse.

-Sí, sí, ya lo entendí -le respondió.

-Entonces, ¡¡aquí vamos!! -gritó Thalia eufórica, sus amigas sólo rieron por su actitud optimista, cosa rara en ella.

Pronto Thalia aceleró, pisando el pedal, y así las cinco chicas se dirigieron al centro comercial.

Y hasta aquí queda. Solo llevo editado eso lol :'v Nos leemos luego 7u7r (?

T & O es porque te odio || PercabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora