Sweetest Thing, así se llamaba la pequeña cafetería en la que trabajaba. Ya llevaba varios meses en ella por lo que me he encariñado mucho con el trabajo. Para ser una pequeña cafetería a la vuelta de la esquina pagaban muy bien y era muy reconocida por los deliciosos cafés que preparaban allí. Yo era una simple mesera, pero no tan común como las demás ya que mi estilo era el que destacaba entre las demás meseras de aquella cafetería y justo eso hacía que fuera algo odiada por algunas compañeras y algunos clientes. Tenía el cabello corto, rapado a los lados, como el típico peinado que le ves a uno que otro chico, solo que era rubio, casi blanco por así decirlo, tenía una expansión en cada una de mis orejas y un piercing en mi nariz, y digamos que mi forma de vestir era algo peculiar. Lo que más problema causaba entre ese pequeño establecimiento y mis compañeras era mi orientación sexual, sí, soy lesbiana, pero no por eso tienen que hacerme sentir una mierda frente a todos, soy una persona, con sentimientos, no soy un pedazo de basura, pero al parecer eso no lo entendían ellas. Mis días en mi pequeño trabajo no eran los mejores, hasta que un día llegó una clienta que prácticamente se volvió la clienta favorita de todos, sí, ya que todos los días iba, y bueno, siempre gastaba el mejor y más caro café de aquella cafetería. Para todos ella era una simple clienta más, pero... Pero para mí se volvió la mujer más importante de mi vida, su sonrisa tan amplia y perfecta hizo que mis días nublados se hicieran de mil colores, sí, era un hecho, me había enamorado de ella desde el primer momento en que la vi, así que me hice un propósito, enamorarla... Enamorarla antes de que por alguna razón dejase de verla.
Está es la historia de como encontré el amor en una pequeña cafetería de Sidney.
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Ahí me encontraba yo, apoyada en la barra observando hacía la entrada de mi trabajo anhelando verla entrar por esa puerta, anhelando volver a verla otra vez. Y ahí fue cuando mi sonrisa apareció, ella iba entrando con un libro en sus manos y sus hermosos tatuajes eran perfectamente revelados a causa de su camiseta de mangas cortas, su cabello largo y lacio caía delicadamente sobre su pecho y un gorro algo flojo tapaba parte de su cabeza, sus jeans negros un poco rasgados encajaban perfectamente en sus largas y bellas piernas. Puede que esto suene un poco... "Violador observando a su víctima" pero créanme, mi intención es todo lo contrarío. Al ver que se sentaba en una mesa, algo nerviosa tomé mi pequeña libreta de apuntes y con mi más amplia sonrisa me acerqué a su mesa, sería la primera vez que la atendería, ya que las últimas veces fueron mis compañeras.
-Buenos días... ¿Qué desea ordenar? –Dije observando fijamente la punta del plumón que se encontraba sobre la hoja de aquella libreta. Nunca pensé colocarme así, y menos por una chica.-
-Mmm... Sólo un café –Murmuró perdida en su libro.- Gracias... -Y dicho eso levantó la mirada, esa mirada que provocó un cosquilleo en mi estomago y que hizo que por un momento me perdiera en un bello mundo de aquella chica y Alexia, que era yo.-
No sé que fue lo que pasó en ese momento, pero, ni ella ni yo apartamos la mirada, hasta que la campanita del establecimiento anunció la llegada de un cliente, ahí fue que caímos en cuenta del tiempo que duramos observándonos por lo que ella quitó su mirada, en cambio yo seguí observándola, deseando que aquella chica fuera mía, pero eso sólo será un simple sueño. Anoté lo que había pedido y con una sonrisa me retiré a paso rápido, me acerqué a la barra y pedí el café para luego sentarme un rato a esperarlo para así poder llevarlo a su destino.
-Te gusta, ¿no? –Dijo mi compañero Alexis mientras servía el café. Él era el único que me dirigía la palabra en la cafetería desde que decidí cortarme el cabello y salir de "closet" por así decirlo.-
-La verdad es que sí Alexis, es que mírala, es simplemente perfecta –Murmuré mientras posaba mi mirada en la mesa donde se encontraba aquella chica de espalda.-
-Pues si que tienes razón Alexia, pero lástima que ya le echaste el ojo, porque si no fuera así te aseguro que yo estaría allá pidiéndole el número –En eso reímos leve y dirigí mi mirada hacía el.-
-Será que es... Ya sabes, ¿lesbiana? –Dije algo decepcionada, porque si no es así sería un total desagrado, ya que esa chica me trae loca desde el primer día en que entró en esta cafetería.-
-No sabría que decirte, ósea, viste como una pero... ¿Qué tal si es una simple moda como las que hay ahora? –Miro a la mesa donde se encontraba ella y luego me miró a mi.- Eso tendrías que averiguarlo tú, Alex –Dicho eso me pasó un pequeño papelito, un plumón y el café para luego retirarse de allí.-
Algo indecisa escribí mi número en ese pequeño papel y lo coloqué a un lado del café en la bandeja. A paso lento me acerqué a la mesa y al llegar coloqué el café y el papelito a un lado de este. Observé que ella ni cuenta se dio y solté un suspiro, aunque fue una mala idea, ella enseguida levantó la mirada, me sonrió y luego miro el café sin darse cuenta aún del papelito.
-Gracias –Dijo ella con una cálida sonrisa para luego empezar a tomar de su café, yo antes de que diera el primer sorbo salí prácticamente corriendo de allí.-
Al llegar a la barra posé rápidamente mi vista en aquella mesa y observé como leía el papelito, una dulce risa salió de sus labios y lo guardo en uno de sus bolsillos, yo sonreí ampliamente ya que fue un éxito y giré sobre mis talones para observar a un Alexis con cara de "quiero saber todo ya", yo solo reí y decidí contarle. Cuando terminé de hacerlo volví a mirar a aquella mesa y ella ya estaba saliendo de la cafetería, solté un gran suspiro y volví mi vista a Alexis para luego seguir platicando, hasta que llegara algún otro cliente para atender.
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Girls Like Girls ||Lesbian||
RomanceNuestra historia empieza como cualquier otra, aunque siempre esta ese pequeño detalle que la hace diferente. Desde pequeña siempre me han dicho que tenía que casarme con un hombre ya que eso era lo "correcto", pero eso para mí era más que basura, pu...