repartidor de pizza.

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Mi padre me monto en el coche y yo no podia retener las lagrimas, llore y mi padre no se molesto en preguntarme la razon por mi llanto.

Ashton, habia dos opciones una era que Ashton realmente habia estado delante de mi, o que yo estoy mal de la cabeza, de todas formas Ashton no parecia acordarse de mi pues no me saludo simplemente me guiño un ojo de forma misteriosa.

Cuando llegamos a casa me meti en el cuarto que tenia en casa de mi padre, todo estaba decorado con posters de mozart y de algun diploma que me habia gaanado en campamentos. Mi cama seguia con aquellas sabanas color salmon que mi madre me compro dos dias antes de irme de viaje con josh, la mesita que se encontraba contra la pared de la ventana estaba repleta de libros que habia estado leyendo, no recuerdo haberlos dejado ahi pero supongo que no podia recordarlo despues de haber estado un año en coma.

Quite los posters y los fiplomas que se encontraban en mi pared y decidi que iria a comprar otros posters para decorar mi habitacion, sabia que lo que estaba pensando no era lo correcto pero era lo unico que me recordaria a aquella pesadilla que tube.

Fui a una tienda de musica y recorde los grupos de musica que Michael escuchaba en mi sueño; My chemical romance, pierce the veil, all time low y como no green day, son los unicos que recuerdo.

Compre varias camisetas, las cuales procure que fueran exactamente las mismas a las que ellos llevaban en mi sueño, compre varios cd's de aquellos grupos pretendiendo escucharlos cuando fuera de noche para poder cerrar los ojos y procurar dormirme pensando en como seguir aquella pesadilla.

Llegue a casa y ordene los pocos cd's en una pequeña estanteria que habia en una de las paredes, deje la ropa bien ordenada en mi armario y puse los posters que habia comprado en mi habitacion. Cuando mi padre entrara aqui quedaria petrificado, yo era una niña buena y este estilo no era precisamente el mio, no iba a negar que habia varias canciones que me gustaban pero de todas formas seguiria sin ser mi estilo.

Baje a la planta baja para encontrarme con mi padre vienfo un partido de futbol con una cerveza en la mano, ya eran las ocho de la tarde y dentro de poco cenariamos, como sabia que cuando habia partido mi padre no cocinaba suponia que me tocaba a mi hacerlo.

-Papa, que quieres cenar?-Dije levantandome del sofa.

-Pizza.

-Casera?

-No, llama a la pizzeria y que la traigan.-Dijo dandole el ultimo sorbo a la cerveza y levantandola intentando pedirme que le llevara otra.

-No tengo el numero.-Dije llendo hacia la cocina, abri la nevera y saque una cerveza, se la lleve y entonces el respondio a mi anterior comentario.

-cierto.-Sonrio de una manera sobria y cogio su telefono buscando el numero en su agenda, cuando lo encontro lo escribio en un papel y me lo entrego.-Toma.

Llame a la pizzeria y la voz de aquel chico que me atendio me resultaba familiar, tal vez me sonaba por que habia comido alli mas de una vez.

Pasaban los minutos y la pizza no llegaba, me plantee volver a llamar a la pizzeria reclamando la tardanza del repartidor pero aquel planeamiento desaparecio cuando el timbre de la casa de papa sono indicandome que el repartidor habia llegado.

Fui corriendo a abrir la puerta, mis ojos se aguaron al ver a la persona que se encontraba delante de mi, parecia estar mas cambiado peeo eso no era lo unico, tenia dos piercings en el labio uno en cada lado, izquierda y derecha, los dos eran dos pinchos negros que le hacian ver mas sexy de lo que ya era, exacto, Michael Clifford era el repartidor de pizzas.

-Hola.-Dijo Michael sonriendo con aquella sonrisa chula que le caracterizaba.

-Michael?-Susurre.

-Si, como sabes mi nombre?-Sonrio aun mas y parecia que se estaba burlando de mi.

-Yo...-No sabia que decirle. Como puedes ser tan idiota Charlotte?

-Y bien?-Me miraba con una mirada que decia "yo se algo que tu no".

-Soñe con tu cara cuando estaba en coma.-Lo solte y toda la sangre de mi cuerpo se concentro en mis mejillas.

-Claro, es lo normal tranquila.-Me guiño un ojo igual que Ash.

-No pienses que soy una enferma mental por favor.-Le suplique queriendo gustarle o tener aquella relacion con la que soñe.

-Me alaga que una chica preciosa sueñe conmigo.-Me puso tras la oreja un pelo que caía en mi cara y yo me sonroje aun mas.

Un carraspéo se escucho detras de mi y al girarme vi a mi padre serio, de brazos cruzados. Me gire a ver a Michael quien estaba serio al igual que mi padre, bajo la mirada a mi y dijo:-Son 20 euros pero corre a mi cuenta por la tardanza y por haberte echo soportarme en tus sueños, nena.-Su seriedad desaparecio y una sonrisa aparecio en su sonrisa de forma que en la mia tambien aparecio. Horas atras hubiera pensado que Michael era un personaje inventado por mi mente y que nunca mas volveria a ver aquella cara pero ahora que lo veo tan guapo, con su pelo rojo, su piercing en la ceja y los dos nuevos piercings de el labio inferior, su cuerpo repleto de tatuajes que su camiseta no me dejaba apreciar y aquella chuleria que tanto me gustaba de el, sabia que Michael era real.

-Gracias.-Susurre mirando a mi parte favorita de aquella anatomia, sus ojos.

-Hasta luego, me piro.-Fijo Michael sonriendo de lado.

-Adios.-Michael se monto en su moto, sin casco y condujo rapidamente, desapareciendo en la oscuridad.

-Charlotte.-Dijo mi padre detras de mi.

-Es el papa.-Susurrando mientras me gire a enfrentarlo.

-Quien?

-El chico de mi sueño.

-Te recuerdo que no fue un sueño, si no una pesadilla.-Dijo seriamente, creo que no le gustaba.

-El hizo que fuera un sueño.-Susurre mirando a un punto fijo.

-Vamos Charlotte, solo es una coincidencia.

-Ya, deveriamos comer.-Cenamos en silencio mientras mi padre veia el partido y cuando termine fui a mi cuarto a ponerme el pijama, cogi uno de mis libros favoritos, orgullo y prejuicio, me encantaba leer aquel libro, todas queriamos una historia como aquella.

Poco a poco me empece a quedar dormida y cerre los ojos dejando que la imagen de aquellas esmeraldas apareciera en mi cabeza, era como si Michael me vigilara y protegiera mientras dormia.

Pesadillas Reales.(Michael Clifford)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora