Capítulo 16. Tu cuñado.

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28 de Junio, 2015.

Marta

Abro el ojo izquierdo al oír el grito de mi madre.
Bostezo cansada ya que los domingos son para no hacer nada y todavía son las once de la mañana.

Además, los gemelos están en Barcelona y creo que ya me estoy volviendo adicta a quedar con ellos, aunque solo lo haya echo un día.
No sé que haremos hoy.
Raquel dormirá hasta las tantas del medio día y tendré que esperar o ir a despertarla.

Me siento en la cama y desbloqueo el móvil y me encuentro con más de doscientos mensajes de mi grupo de amigos. Sonrío y pido que me hagan un resumen rapidito.

"Andrés Sanz: Piscina de las gemelas y pizza"

Le respondo con emoticonos de convencimiento y me meto en trozo de tostada en la boca mientras bloqueo más números desconocidos.

"Sonia Giménez: ¿Cuándo coño me va a contestar Raquel a los mensajes?

Marta Ríos: Cuando le de la gana levantarse.
Tiene bastantes cosas que contarte."

Bloqueo el móvil y me apoyo en la mesa cansada. Raquel les contará al detalle todo si los gemelos les dan permiso.
Sonia, Ángela y Sole son el soporte de mi mejor amiga. Yo también, lógicamente, pero no viene mal tener alguno más y ella las necesita enserio.

Las conoció gracias a ellos y joder, son majisimas y no habrá día que no hable de ellas con una sonrisa en la cara.

"Daniel Oviedo: ¿Cómo está la tía que mejor besa del mundo?"

Río y le contesto alegremente.
Le cuento que hoy vamos a quedar con mis amigos y chorradas sueltas que se me ocurren.

Me cuenta que están llegando a Barcelona y que Jesús está histérico porque Raquel no se despierta y quiere hablar con ella antes del concierto.

Le prometo que se levantará y hablaran y lo único que consigo a cambio es un 'Dani, tu novia me vacila'

Eso me hace sonreír y por otra parte me hace sentirme extraña. Novios no somos. Daniel siempre ha dicho que no quiere novia y esas cosas, así que no.

Somos amigos un poco especiales y creo que esto no conlleva el ponerse los cuernos. Así que seguramente se lie con doscientas más y yo no me pueda quejar.

***

Llamo repetidas veces al timbre y Raquel me abre con el móvil en la oreja y me rodea los ojos sonriente.

Me siento en el sofá porque veo que todavía le quedan diez minutos y la miro divertida al ver como intenta colocarse una camiseta con una sola mano.

–No sé cuantos estaremos hoy...–Suspira respondiendo a quien esté el teléfono–Si, claro. Noooo...–Alarga la vocal y se acerca a mi para que le ayude a meterse la camiseta–Cuando quede contigo no quedo con ellos–Le miro levantando una ceja y niega quitándole importancia–Si bueno, eso, con vosotros. Vale. Claro–Se peina y se mira de arriba a abajo. Sale del baño sonriendo y coge la mochila que había en la entrada–Solo llevo un día sin verte, tampoco es para tanto, puedo sobrellevar eso–Rie y me indica que salga porque no llegamos–Esque a mi es más normal echarme de menos–Bajamos corriendo las escaleras y salimos pitando del portal–Estoy yendo ya. ¿Me llamas cuando acabes?-Se coloca bien el pantalón y aceleramos el paso–Vale–Sonrie–Suerte y disfruta–Le miro divertida y se coloca mejor la mochila–Un beso–Veo como cuelga y creo que les ha faltado el Te quiero por vergüenza.

–¿Quién era?–Pregunto, aunque sé de sobra que era la fotocopia de mi... De Dani.

–Tu cuñado–Suelta recuperando el aire. Me agarra de la mano para corre un poco más y se para un poco antes de llegar para volver a respirar. Andamos más tranquilas hasta que noto como se para de golpe y mira fijamente al grupo de adolescentes que hay donde siempre. Miro en su dirección con miedo y allí están. No se podían quedar en su casa, no, allí tenían que estar.

–No te preocupes ¿Vale?
Asiente suspirando y le agarro de la mano hasta allí.

–Hola–Saluda sonriente y admiro la capacidad que tiene para sonreír cuando ahora mismo quiere matar a todo el mundo.

Adri me salta encima y le correspondo al abrazo riendo.
–Tías, que no os habíamos visto desde que os habéis echo famosas.

–Pero si eso ha sido hace tres días–Rio y Raquel me imita.

–No somos famosas, solo nos han sacado al escenario unos cantantes–Lore y Paula la miran con cara obvia y yo río.

–¿Y te parece poco?–Pregunta Naroha, a lo que mi mejor amiga ni le mira.

-La verdad es que no–Sonrie agarrando del bazo a Lorena, la mayor de las gemelas, para continuar andando hasta su casa y la de Adriana.

Me muerdo el interior del labio al ver como Ruben le sonríe a Raquel y ella aparta la vista inmediatamente. Ese hijo de puta no se cansará de joderla, o cómo.

Tu Sonrisa En Mis Pupilas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora