Parpadeo en el Espejo

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Era pequeña e indefensa y la mujer de mirada dulce la había dejado en ese lugar. Se parecía mucho a ella, le habían dicho que eso se debía a que eran "parientes". Esa era una palabra extraña para su corto vocabulario, pero una de las pocas cosas que sabía es que a los parientes se los quiere, pues ellos son "familia". Familia, ese era otro concepto complicado, familia era amor pero, no solo eso, ella debía ser obediente con ellos, pues ellos eran quien la cuidaban.

¿Quiénes eran ellos, de todos modos? Ellos eran los otros, ajenos a ella, pero parecidos a fin de cuentas. Eran personas, había oído, pero diferentes entre sí. Había muchos más altos que ella, que no les costaba caminar ni hablar, siempre le enseñaban cosas, le contaban cientos de bellas historias y la cuidaban: la alimentaban, la ayudaban a ir al baño, le cantaban para dormir... a ella y a tantos otros que se encontraban en su situación.

Su persona favorita era la mujer de mirada dulce sin lugar a dudas, ella era quien le dedicaba hermosas palabras llenas de ternura, pero que poco llegaba a entender. No obstante, le gustaba escucharla, amaba oír su voz y aprender en cada momento cosas nuevas.

Tenía tan pocos recuerdos en su mente cómo dientes en su boca, pero había uno que atesoraba sin saber si era reciente o no, y sin importarle tampoco, sabía que había ocurrido y se sentía dichosa por eso. Recordaba con claridad el espejo de aquel lugar, donde entre canciones y risas había sido feliz mientras esperaba a la mujer de mirada dulce. ¿Acaso era una sola persona? ¿O eran dos?, cuando la levantaba del suelo en brazos luego de esas esas interminables tardes frente al espejo, se duplicaba ¿Era este el motivo por el cual sentía que eran dos personas? ¿O era por otra cosa?

De pronto, quiso con desesperación volver a ese espejo, era como si la estuviese llamando. Intentó levantarse de su asiento con rapidez, pero enseguida vino uno de los otros para ayudarla a levantarse.

—E-espejo. — Pronunció la palabra con dificultad para que la persona pudiera guiarla hasta allí.

El espejo no era como ella recordaba, lo que le daba una pista sobre el paso del tiempo, pero ¿Qué era el tiempo a su edad? Ni siquiera estaba segura de sí era el mismo espejo de su recuerdo, mucho menos el mismo lugar en el que este se encontraba. El viejo espejo era enorme, con un marco de madera pintada de rojo y aquel que tenía en frente, solo era un cristal algo resquebrajado en la esquina y apoyado contra la pared.

Pero no era del espejo el gran cambio que vio. Por primera vez en ochenta y ocho años, Mabel se había mirado en el espejo. Notó un drástico cambio en sí misma, los preciosos ojos llenos de vida que tenía estaban decaídos. Su rostro, en otro tiempo regordete y con mejillas sonrosadas se encontraba surcado de arrugas. ¿Era porque el tiempo había pasado en un parpadeo o porque ella había parpadeado?

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2015 ⏰

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