Pastoral Daily Life

º103º

Después de dormir, Lu Lingxi había olvidado lo que había dicho antes, pero Yan Yue masticaba esas palabras una y otra vez. Xiao Xi dijo que estaba muerto y volvió a la vida, ¿cómo podía tener un pensamiento tan extraño? Yan Yue se sentó en el sofá desconcertado; otro Lu Lingxi, y esas vagas palabras "hermano mayor" le hicieron sentir dudas indescriptibles en su mente.

—¿Hermano mayor Yan? —Lu Lingxi asomó la cabeza fuera del baño con el cabello mojado y llamó a Yan Yue con cierta vergüenza.

"¿Qué pasa?" Yan Yue inmediatamente volvió a sus sentidos y caminó hacia él. Quizás era por el calor, la piel blanca de Lu Lingxi estaba ligeramente rosada y sus ojos oscuros estaban tan claros y húmedos como si los hubieran lavado con agua. Miró a Yan Yue con un poco de rubor mientras agarraba la manija de la puerta y susurró: "Ayúdame a buscar mi pijama".

Lu Lingxi acababa de despertarse y todavía estaba un poco confundido, y tenía prisa por ducharse porque no le gustaba el olor a alcohol en él. En estos días, a medida que pasaba más y más tiempo viviendo en la casa de Yan Yue, algunas de sus necesidades diarias, incluida su ropa, fueron traídas gradualmente. Wang Shuxiu a veces se quejaba en su corazón de que el pequeño bastardo corría a la casa de Yan Yue con demasiada frecuencia, pero cada vez que Lu Lingxi usaba la excusa de dejar espacio para ella y Xiao Feng, Wang Shuxiu no podía decir nada. La casa de Yan Yue se estaba volviendo lentamente como la casa de Lu Lingxi, con todo disponible.

Estaba a punto de retirarse después de hablar, pero Yan Yue lo observó inmóvil, sus ojos se fueron oscureciendo gradualmente. Los extraños pensamientos en su mente de antes habían sido rápidamente suprimidos por la creciente lujuria. Yan Yue no pudo evitar abrir la puerta, abrazar la cintura de Lu Lingxi y tocar la espalda de Lu Lingxi, como si su cuerpo tuviera conciencia propia. Luego cerró la puerta del baño, bajó la cabeza y besó profundamente a Lu Lingxi.

La piel bajo su tacto era suave y cálida, como el jade más fino. Yan Yue frotó y frotó una y otra vez, hasta que todo el cuerpo de Lu Lingxi se suavizó; su respiración era entrecortada y no podía dejar de jadear. Con un ligero esfuerzo, levantó a Lu Lingxi y lo presionó contra la pared del baño. Sintió la dulzura del joven entre sus labios y dientes, e inexplicablemente las palabras del joven volvieron a pasar por su mente: en realidad, ya morí.

Este pensamiento fue solo un destello; Yan Yue inconscientemente se movió hacia el cuello del joven y lo mordió. No usó demasiada fuerza, pero Lu Lingxi aún gimió sensiblemente. El corazón de Yan Yue se calmó y lamió el lugar que había mordisqueado. El cuerpo del joven se estremeció y Yan Yue rió suavemente, diciendo con voz ronca: "Te amo, Xiao Xi".

Lu Lingxi jadeó en respuesta.

Yan Yue besó a Lu Lingxi como si estuviera hipnotizado, y solo después de haber succionado todo tipo de rastros del cuerpo de Lu Lingxi y ambos tuvieron su liberación en sus manos, dejó ir a Lu Lingxi contento. Aunque Yan Yue todavía no podía entender lo que el joven quería decir con sus palabras de borracho antes, era suficiente que Lu Lingxi estuviera en sus brazos, viva y sintiendo, un tesoro que Yan Yue siempre sostendría en sus palmas.

Después de eso, Yan Yue abrazó rápidamente a Lu Lingxi y se duchó con él, y luego regresó al dormitorio. Lu Lingxi estaba un poco somnoliento por tanto dar vueltas, por lo que se acurrucó debajo de la colcha y se quedó dormido. Yan Yue se sentó en el borde de la cama y miró fijamente su rostro dormido durante un largo rato, luego salió silenciosamente del dormitorio y llamó a Ye Kang.

Cuando sonó el teléfono, Ye Kang estaba a punto de prepararse para ir a la cama. Cuando vio el nombre de Yan Yue, se sorprendió un poco y tomó el teléfono, bromeando: "¿Por qué recuerdas llamarme tan tarde en la noche? ¿No estás con tu Xiao Xi?"