Nanami descansaba sobre una camilla, realmente se había descompensado y desmayado en medio del patio cercano al estacionamiento. La doctora Shoko lo había revisado en cuanto lo trajeron al ala médica, se encontraba en perfecto estado, salvo por su desmayo que, según Ieiri, fue algo causado por el cambio brusco en su cuerpo y la asimilación de su condición actual.- Solo démosle un poco de tiempo, necesita reposar, - Mencionó la doctora - le administré un calmante y un hidratante. Sudaba mucho, es parte del estrés del cambio.
- Está bien. Yo me quedaré aquí por si despierta pronto. Muchas gracias doctora Ieiri - Ijichi se acomodó en una silla junto a la camilla de Nanami, en un principio lucía muy preocupado, ahora ya estaba más sereno. - Y señor Suguru, gracias también. - Sonrió hacia el de cabello largo.
- No fue del todo intencional, Ijichi. Sin embargo, me alegra haber contribuido en la mejora de la salud de Kento. Y... sobre todo, me alegra que por fin ya no quede rastro sobre él del desastroso día en Shibuya.
Satoru estaba parado a los pies de Nanami, hincando con su dedo uno de los pies del rubio. - En fin, era un mal recuerdo. Al fin esa rata sirvió para algo bueno. - De pronto la expresión de Satoru cambió, con el semblante brillante y una sonrisa dentada y amplia, miró a Suguru - ¡Ah! Suguru...
- No digas más, algo "perturbador" se te acaba de ocurrir, ¿no? - interrumpió el de cabello largo.
- Ya te lo diré después... Pero creo que será una grandiosa idea. - Tomó de las manos a Suguru y lo guió a la salida. - Ijichi, dejamos en sus muy capaces manos a Nanami. Ha sido todo un placer el poder molestar a Kento nuevamente. - Ijichi no entendía a qué se refería. Ya cuando se quedó solo en compañía de su alfa, se percató de que las uñas del pie derecho de Kento estaban todas pintadas con esmalte negro.
- Gojo Satoru... - Ijichi entrecerró los ojos e intentó fallidamente limpiar las uñas del rubio - ¡Uy! No es capaz de dejar tranquilo a alguien convaleciente.... de no ser por sus jueguitos...
Dándose por vencido, cubrió ambos pies de Nanami con la colcha médica y se volvió a sentar junto a él. Pasó media hora, y solo entonces su estómago empezó a rugir nuevamente. Con el apuro de atender a Kento y el susto de su desmayo, se le había quitado el hambre pero ahora regresaba con más intensidad. Sin embargo, no quería moverse del lado de su querido Kento.
De pronto, la puerta de la habitación se abrió despacio y Choso ingresó con una charola de comida, seguido por la doctora Ieiri que llevaba una charola más.
- Ijichi, pensamos que debía tener mucha hambre - Choso hizo una ligera reverencia y le entregó la charola - así que le trajimos algo de comida. Tal vez no sea del todo de su agrado.
- Ah... muchas gracias, de verdad moría de hambre...
- Ijichi, esta es para Kento, - Shoko dejó la charola que traía, sobre la mesa móvil - emm... él debería despertar en poco tiempo.
Alertado por el tintineo, Kento despertó un tanto somnoliento. Intentando levantarse de golpe , fue detenido por un brazo de Choso.
- No debería moverse tan rápido ahora, Nanami. - Advirtió el de coletas. Pese a la insistencia de varios a su alrededor, Choso no cambiaría su peinado. - La doctora recomendó que descanse un poco.
- Mmm... ¿qué? - Nanami quería enderezarce pero Choso no lo dejaba.
- Esta bien Kamo, déjalo. Ayuda a Ijichi a sentarlo correctamente para que pueda comer.
Acomodaron las almohadas detrás de Kento y le trajeron la mesa móvil con su charola.
- Kento, ¿Cómo te sientes? - Shoko se acercó nuevamente a tomarle los signos vitales - ¿Alguna dolencia?
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El Estoico y El Leal
FanfictionKento es un hombre recto, amable y testarudo, que se ha quedado estancado en los dolorosos recuerdos de un acontecimiento trágico. Aunque a ojos de los demás sea una persona poco expresiva y menos emotiva, en lo profundo de su ser, su alma llora por...