Barrera

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Para Amar... ...o ser amado se necesita cruzar, romper esa barrera del límite, del miedo, ser fuerte, valiente, y al final, no echarte atrás.

-¡¡Me gustas!! – Prácticamente le grite tomándole del cuello de su camisa. Era ahora o nunca, el estaba anonadado, al principio quería darle un golpe en toda la cara y él lo sabía, el eso esperaba, pero como decía, era ahora o nunca. La tensión era grandísima, yo estaba con la cabeza baja, ya no quería mirarle, después de ver su cara de shock. Mis Lágrimas empezaban a bajar desde mis achinados ojos hasta mis abultadas mejillas, hasta que sentí sus manos en ellas.

-¡No llores! Willy para, no quiero que llores, no te quiero ver llorar, menos por mi culpa. – Dijo quitando estas con sus pulgares, levantó mi cara, al ver mis ojos hinchados, se aferro a mí en un consolador abrazo.

-Ya no aguanto - Dije contra su pecho – Vegetta, no sabes cuán difícil es guardármelo, verte feliz, sin ser yo quien provoque tal felicidad. - Me aferré más a su camisa.

-Lo siento Willy, no puedo corresponderte de la manera que tu quieres – Mi corazón había dejado de latir, mis ojos extrañamente abiertos empezaron a cristalizarse, mi agarre era más débil, y siguió hablando – Willy, si estoy a tu lado no soportaría el dia en que te canses de mí y me dejes, prefiero tenerte como amigo, que como algo mas y momentáneo, no puedo corresponderte así. – Me estaba diciendo que él me quería más que yo a él, que por eso, temía ser lastimado, pero yo deje mis miedos para afrontarlos, crucé la barrera y no me iba a echar atrás. Con mis fuerzas le tome de sus cuello y lo acerque a mis labios, juntando de estos, era un beso tierno, suave, calmado, demasiado tranquilo, pero explotaba de euforia en amor, la respiración nos separo.

-Yo tampoco soportaría el perderte, ¿Qué no me vez? Estaba harto de no poder – Pase mi dedo por sus labios nerviosamente y templando – Saborear estos, de no – Ahora por su cara, sus ojos – Tocar estos – Mis lagrimas no dejaban de caer lentamente, pero en realidad ya estaba más tranquilo, seguí acariciando su rostro, el acercaba esta a mi roce, disfrutando de él, sus ojos cerrados dejándose querer, por mi...

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Después de haber salido de la fiesta en la que nos encontrábamos, después de que saliéramos de esa habitación, de la cual al salir todos estaban pendiente de que si que había pasado, porque el verle coquetear con esa chica era lo peor, después de todo esos malos recuerdos, y de aquel hermoso momento, llegamos a casa, agotados, ya no habíamos tocado el tema en toda la noche. Nos encontrábamos cenando apenas, los dos en silencio, comiendo de nuestro cereal, uno frente al otro, pero disfrutando de nuestra presencia, termine de cenar y me levante a meter mi plato al lavavajillas, cuando cerré de la pequeña puerta sentí a vegetta abrazarme por atrás, sus manos por mis caderas acariciando de estas hasta mi abdomen, pegándome a él, repartía besos en mi cuello, moví mi cabeza a un lado dándole paso a este, puse mis manos sobre las suyas, entrelazando nuestros dedos.

-Willy, yo quiero ¿Tu quieres? No hare nada si tú no estás listo – Me susurró al oído, la verdad quería y mucho, pero me daba un poco de miedo, ya que era la primera vez, con un hombre, con él.

-Quiero... Pero, tengo temor, estoy nervioso – Le devolví recargando mi cabeza hacia atrás, en su hombro. Suspiré y cerré mis ojos.

-Perdón, es muy pronto ¿verdad?

-No, hay personas que lo hacen sin ser nada. – Sentí su sonrisa a mi costado.

-Tú y yo, Chiqui ¿Qué somos?-Me dijo divertido.

-Algo somos te lo aseguro, no sé qué, pero si somos. – Dije igualmente.

-Bueno entonces – Soltó el agarre que manteníamos, me giro y se incoo ante mí. –Willy, no tengo ningún regalo que ofrecerte en este momento, pero si te puedo ofrecer mi amor... Willy, ¿Quiere usted ser mi novio? – Una sonrisa radiaba de él.

-Vegetta, yo... -Estaba nervioso, aunque ya sabíamos la respuesta, no era lo mismo a que te preguntara. –¡¡Sí, sí quiero!! –Dije tomando de sus manos, ayudando a que se levante, ya de pie, nuestros labios se unieron, en una danza de pasión, su lengua pasaba por mi labio inferior, pidiendo permiso a adentrarse, su lengua exploraba cada parte de mi boca, sus manos acariciaban mi espalda, mi cintura, pegándome a él, quitándome el oxigeno, en cambio, yo me adueñaba de su cabello, sus hombros, su cuello, deleitándonos en ese apasionado beso, mis labios ya estaban adoloridos por sus mordidas. Enrede mis piernas a su cintura, cargándome nos dirigimos a su habitación. Al llegar me recargo en la pared, sus besos empezaron a bajar por mi cuello, ladee la cabeza permitiéndole más área de este, maravillas estaban ocurriendo...

-¡¡Ahh!! Veg... Agh... Ahh – Mis gemidos, nuestros gemidos, ocultaban el silencio, el sonido de nuestras caderas chocando también, nuestras respiraciones estaban agitadas, sabe dios donde habían acabado nuestras prendas, las gotas de sudor de él, caían para terminar descendiéndose con las mías de mi frente, el placer era inmenso, me sentía tocando gloria.

-Guille-ee... -Mi nombre salía de su boca en forma de gemidos y me encantaba, me excitaba mas, bajo a mi cuello, dejando mas marcas en él, no sé cómo le haría para grabar después, pero no me importaba, sus besos, esas mordidas, ahí, eran deliciosamente placenteras, jadeaba ante sus caricias, mis manos estaban aferradas a su espalda, seguramente ya marcada por mis uñas, el ritmo se iba debilitando, quería mas...

-Samu... -Susurre en su oído, gimió en mi cuello, a él también le encantaba escuchar su nombre de la persona que amaba.

En un rápido y ágil movimiento quede arriba de él, empecé a dar saltitos sobre su pene dentro mío, nuestros gemidos ahora eran silenciados por nuestros besos, empezaba a sentir esa corriente caliente recorrer todo mi cuerpo y centrarse en mi miembro, estaba llegando.

-Vegetta voy a... - Sus labios se volvieron a hacer presentes, mi ahora ahogado pero seguramente ronco gemido había sido silenciado, me había vaciado entre nuestros abdómenes, su liquido caliente y espeso salía por abundancia de mí, lo sentí esparcirse dentro mío; saco su miembro, se dejo caer hacia atrás jalándome con él, mi cabeza reposaba en su pecho, nuestras piernas entrelazadas y sus brazos rodeándome. Trataba de regular mi respiración.

-Willy... eso fue...

-Asombroso...

-Si...

-Demasiado – Voltee a verlo – Vege...

-Dime mi amor – Una sonrisa deslumbraba en su rostro.

-En serio... Te Amo – Sus ojos brillaron, yo sentía mis mejillas calentarse, se acerco a mi rostro y deposito un tierno beso en mis labios, otro en mis mejillas y por ultimo uno en la frente.

-¡Me haces muy feliz Pequeño! Sabes o al menos deberías saber que yo también te amo – Esbozo una sonrisa demasiado tierna, me acomode a un lado a su altura y así dormimos abrazados, ahora fue una grandiosa noche, espero toda la vida sea igual, a su lado, valió la pena no echarme atrás, y a él darle la valentía de afrontar mis sentimientos...

ONE-SHOT | Wigetta | BARRERA | LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora