Naruto - Lo suficientemente mayor para ser tu madre ✔️

Capítulo 13: El final

Shikamaru estaba aburrido. Tenía 22 años y trabajaba en una tienda. No sabía lo que debería estar haciendo, pero desde luego no era estar detrás de un mostrador como dependiente. ¡Él era inteligente! Pero era un vago. Antes era un buen jugador de fútbol. Pero los acontecimientos de su último año de instituto habían cambiado su vida.

El entrenador Asuma había sido como un hermano mayor para él. Shikamaru pensaba que era el tío más guay, sólo un veinteañero relajado con barba al que le gustaba fumar cigarrillos. El equipo de fútbol había ganado la competición local y lo estaba haciendo bien en la siguiente fase de la competición. El único problema entre dos individuos de ideas afines era que les gustaba la misma chica. La profesora de literatura, la Sra. Kurenai. Y a ella le gustaban ellos.

Como ambos eran profesores de la misma escuela, la señorita Kurenai y el entrenador Asuma tenían que mantener su relación en secreto. Pero Shikamaru se daba cuenta, porque notaba cómo se miraban en el pasillo y cómo ambos parecían felices. Si no estaban saliendo a deshoras, la tensión sexual iba en aumento. La señora Kurenai vestía a menudo de rojo en esos días. El color de la pasión. Shikamaru se sentaba en su pupitre durante las clases y se sentía atraído por ella. Podía verla de pie ante la pizarra, con las piernas fuertemente juntas y sosteniendo un largo trozo de tiza en la mano. Estaba claro que se sentía atraída por él.

Así que cuando un día le pidió que se quedara después de clase, él aceptó encantado. Shikamaru se acostó con la señorita Kurenai por toda la clase, sin pensar en que se conocían. La inclinó sobre su pupitre y tuvo sexo con ella. La apretó contra la ventana, donde algunos de sus alumnos podrían verla. Se sentó en su pupitre y la vio montarle en vaquera invertida.

Recordó su pelo, cuatro años después, trabajando en esa tienda. La forma en que su larga melena negra corría por su pálida espalda. La forma en que sus rizos salvajes y ondulados rebotaban junto con su culo. Sintió que sus manos agarraban su pelo como las riendas de un caballo. Recordar cómo se había sentido dentro del apretado coño de su profesora del instituto era un recuerdo que nunca olvidaría.

Después todo se vino abajo. Pronto pidió una excedencia, y se extendió el rumor de que estaba embarazada y soltera. A menos que ella también tuviera sexo con Asuma, el marco de tiempo sugeriría que era el bebé de Shikamaru. El entrenador Asuma no dijo nada, pero todo el calvario obviamente le pasó factura. Simplemente no era el mismo. El equipo de fútbol ni siquiera se clasificó para la competición nacional ese año. Las notas de Shikamaru también empeoraron, especialmente en los exámenes de acceso a la universidad. Debería haber sido abogado. O una estrella del fútbol. O padre. En lugar de eso, sólo era un tipo que trabajaba en una tienda de ultramarinos y que a veces fumaba en la trastienda después del trabajo.

Un cliente interrumpió sus recuerdos y le hizo volver a la caja registradora. Vio sobre el mostrador un paquete de palillos, un cortaúñas y un par de calcetines. Luego una mano. Luego una gabardina. Luego vio unos pechos gigantescos que sobresalían del abrigo. Después, la cara de una mujer mayor, rubia y guapa.

"Hola..." Shikamaru tartamudeó. "¿Necesitas una bolsa con eso?".

"Me sobra espacio en el abrigo, gracias".

Tsunade sonrió al joven. Era el tipo de sonrisa que haría que un chico menos experimentado se sintiera avergonzado. Pero ver salir de la tienda a aquella mujer tan atractiva, posiblemente desnuda, le puso la carne de gallina. Quizá necesitara un cigarrillo y una sesión de masturbación más tarde. Shikamaru sacudió la cabeza y se rió. Eso era lo que le gustaba de las milfs. Mientras se sentía extraño por envejecer, las milfs sólo mejoraban con la edad.

Fuera de la tienda, Naruto esperaba a Tsunade. Cuando se reencontraron, caminaron uno al lado del otro por la calle.

"Creo que fui a la escuela con ese tipo", dijo Naruto.