Los gemelos Potter.

Capítulo 5.-Conrad Malfoy.-

Narrador omnisciente.

Harriet había llegado a la habitación de las chicas, se probó toda la ropa del paquete en sus manos, y se miró al espejo, sintiendose por primera vez, bien consigo misma. Guardo en un cajón la tarjeta que Los gemelos Malfoy le dieron "Para nuestra mejor amiga". De repente, Pansy entró en la habitación saltando en un pie de emoción.

-Harriet.-Se paró bruscamente al ver la ropa nueva.-¿Y esa ropa? Te ves genial.-Halagó.-¿Escuchaste lo que dicen? Los padres vendrán en un par de semanas para hablar con los profesores, como en las escuelas Muggles.

-Oh. Qué lindo.-Harriet se sintió levemente incómoda. Ni ella ni Harry podrían disfrutar de aquello.

Pansy la miró y entendió que lo que había dicho, fue una tonteria. Dado que Harriet no tenía padres y sus tíos los odiaban.

-Harr.. lo siento. Lo dije sin pensar. No me emociona en lo mas mínimo.

-Tranquila. No porque yo no tengo padres significa que no te vas a alegrar de ver a los tuyos.. es lindo.-Harriet le sonríe y la abraza con fuerza.

-Oh, Harr. Eres tan dulce.-Pansy le susurra en el oído.

Las dos luego decidieron salir para ir a ese paseo con los Malfoy. Los gemelos halagaron su ropa, fingiendo frente a los demás que no fueron ellos quienes se la regalaron, Harry miraba a Harriet reír con los Slytherin desde lejos, Ron hablándole al oído, murmurando cosas que la Propia Molly Weasley había dicho de la pequeña Harriet, sin siquiera haberla conocido bien, por las cosas que Ron le contaba por cartas, dada su aversión a Harriet. Los días pasaban, y Harry y Harriet se alejaban cada vez más. Harry con Ron y Hermione y Harriet con Draco y Matt. Aunque los gemelos Potter se miraban de lejos, no se hablaban. Harry no sabía como disculparse por su última pelea y Harriet no iba a ceder.

Harriet aún no podía dormir bien por estar lejos de su hermano, se le dificultaba dormir si Harry a su lado abrazandola. Era algo común para ellos y ahora no podían hacerlo. Salió de la cama, tratando de no hacer ruido, Caminó por un rato saliendo hacia los pasillos que conducían a las aulas, caminó y caminó, escucho un ruido. Alas. Alas moviéndose, salió al patio, y ahí volvió a verlo. Ese enorme dragón que la miraba como si fuese su cena, cuando aterrizó, Harriet juntó fuerzas para acercarse elevando la mano.

-Hola... Drogon.-Susurra temerosa acercándose para acariciarlo.

Aunque le tenía miedo, la atraía. Era hermoso a la vista, y muy nuevo para ella. Drogon juega con ella, por unos momentos, hasta que se acercó para olfatearla y luego, se inclinó levemente a ella. Harriet besó lo que sería su frente.

-¿Por qué dicen que eres malo?-Susurra y el dragón se restriega contra ella, marcandola con su olor y olfateandola nuevamente en el proceso.

Drogón se inclinó más y con su hocico la empujó indicando que se subiera sobre él, ella lo miró sin entender. El dragón una vez más la empujó y se sentó de panza en el suelo, para darle a entender que se subiera.

-¿Quieres que me suba? ¿Puedo hacer eso..?

El dragón la miró, Harriet se sorprendió cuando vio fastidio en sus ojos.

-Qué sensible..-Susurró Harriet y subió sus pies por el ala, para sentarse sobre él.-¿Y cómo me sostengo?-Pregunta pero no llega a sujetarse bien cuando el dragón se elevó en el aire.

Harriet gritó aterrada y se sujetó de los cuernos que el dragón tenía en lo que sería el lomo. Volvió a gritar cuando el dragón lanzó fuego y lo atravesó, gruñiendo ferozmente.

-¡Drogon!-Gritó aterrada, sosteniéndose, pero a la vez viendo el castillo a lo lejos. El dragón surcó el cielo con una velocidad impresionante para ella.