Bill

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Verlo con nuestra hija en brazos y que ella estuviera jugando tranquilamente con su cabello me hizo quedar estático y nervioso. Pero mi sistema colapsó cuando Tom pronunció que haría todo por su hija, la había llamado "hija" y yo solo me quedé procesando lo que había dicho.

Mia pidió ser puesta en la silla donde toma su desayuno, así que la tomé y la senté, asegurando su cinturón y bandeja para comer. Fui al microondas a calentarle su comida y luego la dejé frente a ella para que comenzara a comer sola. Tom miraba todos mis movimientos; se notaba que esperaba alguna reacción de mi parte, pero estaba tan nervioso que solo tomé las tazas y serví el café. Cuando me giré para colocarlo en la mesa, vi que ahora le daba de comer. Mi niña no era tan tolerante con las personas; solo lo era con Devon y mi hermano. Miré a mi bebé y era feliz recibiendo la comida de las manos de su padre.

-¿Por qué no me lo dijiste? -fue la pregunta que me hizo.

Tragué con esfuerzo y suspiré. Ya tenía que ser valiente y decir todo.

-En el momento en que supe que estaba embarazado, no era el adecuado. Yo estaba en Berlín tratando de recuperar a mi hermano y conseguir el perdón de mis abuelos.

-Te pude haberme ayudado.

-Estabas comenzando con el contrato con la agencia y con Troye. Pensé que no era justo distraerte; sabía que dejarías tirado todo por venir de nuevo a Los Ángeles.

-Tienes razón, lo hubiera dejado todo por ti y nuestra hija.

-No era el momento correcto porque yo aún estaba enfermo. Después comencé con los tratamientos de terapia, con el psicólogo y el de ira. Tenía que sanar mentalmente; tenía que mejorar por Mia, por ti y por mí.

-¿Mia? Así se llama -asentí. Sonrió al escuchar su nombre, dejó la cuchara a un lado porque la bebé no quería más, y la sacó de la silla para tomarla de nuevo. Le pasé una toallita húmeda y limpió los restos de comida. -Es hermosa -añadió, mirando su rostro.

-Se parece a ti- sus mejillas se sonrojaron y negó con la cabeza.

-No lo creo, no tengo el cabello rubio. Creo que es igualita a ti.

-Bueno, a los dos -pronuncié un poco más relajado. No se veía molesto o decepcionado. Se veía tranquilo y más cuando la bebé reía.

-¿Qué viene ahora? -preguntó.

-No lo sé... Tú te irás a Canadá y ella se queda aquí. Pero podrás estar atento a ella; cuando quieras, haremos videollamadas y todo lo demás.

-Quiero que lleve mi apellido.

-De acuerdo, tendrás los mismos derechos que yo.

-¿Puedo pasar el día con ella? -

-¿No te vas ahora en el día? -pregunté, viendo que era casi mediodía.

-Lo voy a posponer para mañana, y el vuelo de Nick también, porque sé que cuando sepa, querrá quedarse con tu hermano.

-Lo sé. Están muy unidos, ¿cierto?

-Me alegra por ellos -mi niña comenzó a incomodarse y entonces le propuse a Tom que fuéramos a su lugar preferido, que es la piscina. Lo guié por las escaleras y llegamos a los ventanales, donde le di el paso para que saliera primero. Lo hizo y se sentó en mi bonito sofá, mirando cómo Axel y Nick juguetean en el agua entre risas. Desde donde estaba yo, podía ver su perfil; Mia tenía su manita en su creciente barba, le gustaba cómo se sentía al tacto porque echaba risas cuando lo hacía, y él imitaba su acción de reír. Parecía solo un simple juego, pero para mí era lo más bonito que hubiera podido ver.

Escuché la puerta deslizarse y era Megan, mi cocinera, junto con su esposo; ellos me ayudan en la casa. Me preguntó qué quería de comer y le propuse que hiciera lasaña, la comida preferida de mi Tommy. Ella sonrió de lo rojo que seguramente tenía mi rostro y asintió para devolver su camino y cerrar la puerta a su espalda.

Hemos hablado de todo lo que hicimos en estos años y mi estómago ya quiere comer, junto con los chicos que también mueren de hambre. Entramos para ir a la cocina. Vemos que Megan tiene todo servido en la mesa, entonces nos sentamos. Mi niña va a mi lado en su silla. Le pongo su comida, que obviamente es otra, porque no quiero que pruebe la lasaña, no es muy recomendable tanto colorante. Les damos las gracias a Megan y a su esposo, y comenzamos a cenar. Como de costumbre, está deliciosa, y lo acabamos rápidamente.

-Bill, podemos hablar, tengo que decirte algo muy importante -mi hermano me dice mientras se levanta de la mesa.

Asiento y miro a Nick, que sostiene su mano.

"¡Oh no!"

-¿Qué sucede? No quiero parecer paranoico, pero su actitud me hace sospechar de lo que quiere decirme, y por instinto, miro su panza, pero está como una tabla. Entonces, me pongo realmente nervioso.

"No lo digas" repito eso en mi mente.

-¿Te acuerdas que estudiaría música profesionalmente? -preguntó, y yo asentí.

-Ya conseguí una academia, es la mejor del país -solté todo el aire reprimido, porque no quiero que esté teniendo hijos tan joven.

-¿Pensé que estudiarías aquí en Los Ángeles? -murmuré, tomando agua para aliviar mi nudo.

-No... Hemos hablado y te dije...

-Sí, sí, bueno. ¿Y cuál es esa academia?- lo interrumpi.

-Es la mejor, se llama Toronto Academy of Music.

-¿Toronto? -Claro que escogería irse a Canadá, era tan obvio.

-Sí, Nick me ha ayudado a conseguir un cupo y lo conseguí. Hoy me llamaron y me esperan el otro mes para comenzar.

-En un mes no puedo conseguirte un lugar para que te quedes-expresé.

-No te preocupes, conseguiremos un apartamento para los dos.

-¿Vivirán juntos? -Ya sé que mi hermano tiene dieciocho ya es mayor de edad para vivir con quien él quiera, pero no con su novio. La risita baja de Tom demostraba que ya estaba enterado y que, además, estaba de acuerdo. Lo miré y alzó los hombros.

-Si quieres, Axel puede vivir con nosotros -propuso.

-Ya ves, puedo irme con Tom, si es que te preocupa que estaremos viviendo solos.

-No quiero que tengas un embarazo tan joven. ¿Te estás cuidando? ¿Debo tener de nuevo contigo la charla? -pregunté preocupado.

-Ay, no, hermano, la primera charla fue horrible, así que paso -respondió riendo. -Y contestando tu pregunta, sí, nos estamos cuidando.

-De acuerdo -respiré más aliviado.- Quiero saber todo de esa academia.

Mi hermano asintió y Nick lo abrazó. Luego subieron las escaleras para ir a su habitación. Les grité que como escuché un ruido extraño, entró sin tocar, pero ni siquiera me prestaron atención y se perdieron de mi vista.

-Creo que tendrás un huésped hoy aquí -Tom sonrió y sacó a la niña de la silla para sentarla en su regazo, mientras le acariciaba el cabello.

-Espero que sean dos huéspedes -me atreví a decir, tomando los platos para llevarlos a la cocina.

-¿Eso quieres? -me preguntó cuando estaba de vuelta para tomar más platos.

Asentí sin mirarlo y seguí llevando los platos.

-Está bien, solo déjame pedir al hotel que traigan mis maletas -me habló de nuevo cuando entré al salón, sonrio y tomo la jarra para llevarla a la cocina.

𝑵𝒐 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝒓  ⟬ᵗʷᶜⁿʳ⟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora