TATTOOED HEART || TERMINADA✨❤️

Treinta y Uno.

California, Estados Unidos.
22 de septiembre, 2014.

Yellow - Coldplay.

JUSTIN.

- ¿Qué haces aquí? -exclamó secando sus manos, quizás para abofetearme.

- Mm, yo... necesito hablar contigo. -murmuré nervioso.

- Y yo necesito que te vayas. -se acercó con el ceño fruncido.

- _______ por favor... teng... -me interrumpió fuera de si, la entendía tanto.

- ¡¿Y todas las veces que yo te pedí hablar estas semanas?! ¡¿No fueron suficientes para ti Justin?! ¡¿Cuanto me humillé para que vinieras a parar acá?! -nunca la vi así y jamás me la imaginé- Me dejaste a un lado como si no fuera nada.

Negué acercándome, desesperado la abracé.

- No te me acerques, por favor... -susurró botando sus lagrimas. - Tu ya has decidido sobre nosotros, ahora déjame a mi alejarme de ti.

Negué con las lagrimas picando en mis ojos.

- No mi amor, por favor escúchame... -tragué en seco, asustado.

- ¿Y yo qué? ¿Tengo que volver luego con el corazón roto otra vez? -sus brazos estaban estirados sin hacer contacto con mi cuerpo, su indiferencia me estaba matando.

- No, por favor escúchame. -supliqué una vez más.

Se alejó de mi tomando sus llaves.

- No aquí, necesito comprar algunas cosas antes de la cena. -me explicó saliendo por la puerta principal.

- ¿Quien viene? -traté de sacar algo de conversación.

- Mis padres, y los gemelos. -susurró despidiéndose del guardia.

Tragué por décima vez desde que llegué, secando mis manos sobre mis pantalones nervioso.

- Yo, lo siento... -susurré en un silencio incomodo- Te creí todo el tiempo, es solo que no supe como reaccionar, fueron muchas cosas seguidas mi amor. La he cagado a lo grande y lo sé. pero por favor no dejemos esto atrás.

- Tú lo dejaste atrás Justin, yo no fui la que te ignoro unas dos semanas. Maldita sea, confié en nosotros, pude haberme quedado en silencio una vez más y seguir guardándolo pero te lo dije y saliste corriendo. -me miró por primera vez desde que llegué- Me rompiste el corazón a lo grande.

- Estoy arrepentido cariño, por favor... -le rogué, hice algo que me prometí jamás hacer por una mujer- soy capas de hacer cualquier cosa por ti, solo... no me dejes.

Las lagrimas peleaban por salir.

- ¿Como puedo saber yo si todo lo que me dices es verdad? -preguntó aparcando el auto frente a una tienda.

- Mírame. -supliqué desesperado.

Me miró con lagrimas en las mejillas, no dije nada solo quería mirarla por mucho tiempo.