19 de septiembre de 2021
JOAQUÍN
Las palabras del doctor seguían resonando en mi cabeza: "Seis días de reposo, Joaquín. Nada de exigencias físicas. Solo trabajo leve para no empeorar la contusión." Para alguien como yo, acostumbrado a correr, entrenar y competir, esas palabras eran como un castigo. No iba a estar ni siquiera en la lista de suplentes para los próximos dos partidos.
La pausa no solo afectaba mi rendimiento, sino también mi lugar en el equipo. No presentarme a la convocatoria significaba perder ritmo y, probablemente, oportunidades. Pero por mucho que me doliera, sabía que no tenía opción.
Los días en casa eran un contraste total con mi rutina habitual. En lugar de madrugar para los entrenamientos, podía dormir un poco más, algo que Alexa parecía disfrutar.
-¿Qué raro se siente tenerte en casa más tiempo? -comentó una mañana mientras servía café en nuestra cocina.
-Te acostumbrás rápido, ¿eh? -respondí, bromeando, mientras me apoyaba en la encimera.
Alexa se encogió de hombros, con una sonrisa traviesa.
-No te creas. Pronto vas a extrañar correr detrás de una pelota.
-Ya lo extraño. -confesé, más serio, mientras la miraba preparar unas tostadas.
Ella dejó el cuchillo y se acercó a mí, poniendo sus manos en mis mejillas.
-No te pongas así, ¿sí? Es solo una semana. Además, míralo por el lado bueno: tenés más tiempo para mí.
Sus palabras lograron calmarme un poco. Alexa siempre tenía esa capacidad de encontrar el lado positivo de las cosas, incluso cuando yo no podía verlo.
-Mejor, aunque aún no estoy listo para correr un maratón. Pero puedo acompañarte a lo que quieras hoy.
Ella se giró hacia mí con una sonrisa.
-Primero un café, luego tienes una sesión de mimos en el spa. ¡Cortesía de tu enfermera personal!
Más tarde en el spa, era la primera vez que entraba en un lugar así. Las luces tenues, los aromas a lavanda y las voces suaves de las empleadas me ponían algo nervioso. Alexa, en cambio, se movía con naturalidad, como si estuviera en su segunda casa.
-Confía en mí, esto te ayudará con la cadera -dijo, guiñándome un ojo.
Mientras me aplicaban una compresa caliente, ella se sentó a mi lado con una mascarilla en la cara, luciendo como una extraterrestre adorable.
-¿Te sientes mejor? -pregunto.
-Me siento raro. Pero sí, creo que esto funciona.
Ella soltó una carcajada.
-Ahora entiendo por qué nunca vienes conmigo. ¡No sabes relajarte!
Salimos del spa con las pilas recargadas y fuimos a las peluquerías más exclusivas del centro de Milán. Alexa necesitaba tratamientos para el cabello para su participación en el Fashion Week, y yo era su compañero de retoques.
Mientras caminábamos, un grupo de fans se acercó corriendo.
-¡Joaquín, una foto!.
Alexa se hizo a un lado, riendo mientras yo posaba con los chicos.
-Y vos que pensabas que me iban a reconocer a mí primero -bromeó.
Sin embargo, pronto la rodearon también.
-¡Alexa, cuéntanos sobre el Fashion Week! ¿Qué marcas vas a representar?
Ella sonrió con gracia, respondiendo algunas preguntas antes de despedirse amablemente.
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PAPÁ | JOAQUÍN CORREA
Hayran KurguPAPÁ || Donde Joaquín tiene gemelos con la cuñada de su mejor amigo, Alexa Galdolfo.