-Marta... por favor, no puedes hacerme esto...
-Claro que puedo, pero no solo voy a seguir masturbándome hasta correrme, es que cuando acabe te voy a dar un repaso que ni en nuestra mejor época de estudios.
Fina apartó las manos de la cintura de Marta para empezar a recorrer su propio cuerpo, pero Marta la interrumpió.
-Ni se te ocurra, vuelve a dejar las manos en mi cintura- Ordenó Marta de forma tajante.
-Cariño... por favor, deja que me toque, o por lo menos que te acaricie.- Suplicó Fina.
-Ahhhh... mmmm... No... mi amor, quiero ver tu cara de placer.
-Esto no es placer, es tortura.
Marta aumentó el ritmo de sus dedos, empezó a presionar más su sexo y a hacer movimientos rápidos con su cadera, mientras con la otra mano hacía pequeñas caricias en el vientre de Fina, acercándose cada vez más a su epicentro de placer, veía como a pesar de la tortura, Fina estaba disfrutando.
-Marta... creo que voy a correrme.
-Hazlo mi vida, hazlo mientras me sigues mirando profundamente, llega a ese orgasmo que me lleve a la locura.
Fina empezó a tensarse, a arquear la espalda y cuando estaba a punto de llegar a las puertas del paraíso, Marta se introdujo en ella, provocando una explosión en su interior, un grito ahogado y profundo que hizo a que Marta también llegara al cielo un instante después.
Marta dejó caer su cuerpo sobre el de Fina, quién la abrazó, se quedaron en silencio, con las respiraciones agitadas después del intenso momento que acababan de vivir, poco a poco su ritmo cardíaco comenzó a volver a la normalidad. Marta se acomodó al lado de Fina, le dio un beso en los labios y sonrió.
-No he terminado contigo, todavía te debo un repaso.
-¿Sólo uno?- Preguntó Fina de forma pícara y juguetona.
-Uno detrás de otro, Inspectora.
-Me pones muy cachonda cuando me llamas por mi cargo.
-Y a mí me pone que te ponga.
Volvieron a comerse la boca, sintiendo el fuego de sus lenguas, las yemas de sus dedos conocían cada detalle y cada rincón de la otra, pero querían que siguiera tatuado en ellas, como si tuvieran miedo a perderlo, pero el sonido de la puerta las interrumpió.
-¿Mamá, Marta? ¿Estáis despiertas?- Preguntó Valentín al otro lado de la puerta.
-Si cariño, dame un minuto, salgo en seguida.
Fina se puso el pijama lo más rápido posible y salió corriendo.
-¿Estás bien, mi vida?- Preguntó Fina preocupada.
-No mamá, me duele mucho en la parte inferior derecha del abdomen, estoy un poco mareado, he vomitado y creo que tengo fiebre.
Valentín estaba pálido y apenas podía mantenerse derecho.
-Es apendicitis- Dijo Marta, que salía de la habitación en ese momento.
-Nos vamos al hospital. Te ayudo a vestirte.
-Voy a llamar a mi madre y que se quede con Julia, en cuanto esté aquí voy hacia el hospital.
-¿De verdad? ¿No va a ser mucho lío?
-No, además, quiero estar ahí.
Marta llamó a su madre contándole la situación y en 20 minutos estaría en su casa. Fina terminó de ayudar a Valentín, dieron un beso a Marta y salieron hacia el hospital.
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Expediente 1958, Jaque a La Reina
FanfictionMarta y Fina viven en la capital en una década dónde la delincuencia y las drogas estaban en auge, era el boom del cine español y de la música dónde el punk, el rock y el pop dominaban la Movida Madrileña. Sus caminos se cruzarán de manera inimagina...