En tu nombre estoy Yo {ABO}

17🌺

Esteban

**Martes**

Abro los ojos y veo alrededor, lo único que me abraza es el silencio de la habitación.
Todo se siente tan frío y desagradable.

Lo único que puedo hacer es suspirar y mantenerme aquí acostado, aún no amanece pero me a costado tanto dormir, no creo que pueda hacerlo de nuevo.

El reloj marca las 4:12 a.m.

No tengo ninguna llamada de jazmín ni tampoco un mensaje.

Me duele el pecho, es difícil aceptar lo que estamos pasando.

Fui tan tonto para creer que nuestro matrimonio sería diferente. Por un instante tuve una esperanza, una pequeña luz que me dijo que estaríamos bien.
Que quizá podíamos volver a ser lo que fuimos.
Pero a veces nada está bien, a veces pensamos algo o nos ilusionamos en algo y la realidad te baja de esa nube. La realidad suele ser cruel a veces.
Solo bastó un comentario suyo para darme cuenta que no quería esto y está bien lo entiendo, yo tampoco lo quería ni lo imaginé. Pero entonces recuerdo ese día cuando me dijo que nos casarámos, cuando fuimos por el anillo y fue tan atenta y se comportó como si fuéramos amantes de toda la vida. Ese día me hizo creer una situación diferente a lo que era y yo fui un estúpido por asumirlo.

Me siento pésimo.

Mis ojos enfocan la ventana con la escasa luz de la luna y mi mente se queda en blanco.

*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*

6:16 a.m.

Con gran pesar y sin ganas me levanto para ir al baño, nesecito hacer mis necesidades y tomar una ducha.
Espero que el agua me relaje y me cambie un poco el humor.

Mientras me lavo los dientes observo mi reflejo en el espejo, me veo lamentable.
¿No dicen que el embarazo te pone radiante?

Es culpa de jazmín, ella me tiene así.

Abro la llave para que el vapor inunde la pieza, quito mi pijama y entro a la regadera.
Una calidez me abraza y por un instante me relajo.
Cómo si nada de esto hubiera pasado, como un día soleado donde comes helado sentado bajo un árbol.
Justo así quisiera estar, sin preocupaciones, ni estrés.
Ojalá pudiera quedarme aquí días, quizá así no sienta mi corazón estrujado.

*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*

7:08 a.m.

Abro el refrigerador viendo que me apetece comer.

No tengo nada de apetito, mi lobo está triste, se siente rechazado, si, creo que yo también.

Pero supongo que debo comer algo, estoy embarazado, aunque no se note mucho, debo cuidar de mi cachorro, no quiero que le pase algo, él no tiene la culpa de mi pelea con su cabezona padre.

Suspiro, suspiro y suspiro, lo único que hago desde que me levanté es suspirar.

Tomo un cereal de hojuelas y me lo preparo con leche de chocolate; le agrego unas fresas y plátanos.
Lo único que me apetece comer es esto. Espero que más alrato encuentre apetito y pueda comer algo mejor.

Debo hacerlo, ¿Verdad?

Me siento y empiezo a comer.

El silencio alrededor me pone melancólico.
E pasado muchos años así, en silencio.
El silencio da paz, el silencio da respuestas, pero en este instante donde cada fibra de mi ser quiere gritar no estoy tan cómodo como solía estar.