15

333 25 4
                                    


Agosto 2002...

Era finales de agosto, Marta y Fina seguían trabajando juntas, pero su relación no era la misma desde que el día 15 decidieron poner punto y final a su relación con el cuerpo policial, ya que en una conversación meses antes de la detención de Santiago tomaron una importante decisión.

Abril 2002:

Valentín y Julia estaban jugando en el jardín de la casa con Turrón, un pastor alemán y con Fang un pastor belga, los cuales fueron adoptados por la familia cuando apenas tenían un mes de vida y al poco tiempo de entrar a vivir en su hogar. Ambos estaban adiestrados policialmente por Marta y Fina, de vez en cuando para alguna operación antidroga se llevaban a ambos. En el jardín tenían instalado un circuito de agilidad y slalom, además los cambian de sitio, de altura y de distribución.

Marta y Fina estaban haciendo la cena, pero Marta llevaba días irascible, tensa, fría y distante. Fina lo notó, sabía que algo le pasaba a su novia, pero quiso darle su espacio, a ver si se lo contaba, pero a ver que no había manera, hizo la pregunta del millón.

-Marta, cariño, ¿estás bien?- Preguntó preocupada.

-Claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estarlo?- Contestó Marta de forma muy seca.

Fina tragó saliva y respiro hondo, el tono de respuesta no le gustó, pero sabía que no lo había hecho aposta.

-Llevas unos días fría y distante, del trabajo a casa, y de casa a trabajo, no has acudido a una obra de Julia, te duermes tarde, no sales de la oficina, y cada vez que alguien te pregunta, contestas muy borde.

-¿Perdona? ¿Qué yo contesto borde? Si esa panda de gandules hiciera bien su trabajo yo les contestaría mal, hace semanas que Santiago está en España, hace semanas que podíamos haber terminado toda esta mierda, pero no, el puto jefe no nos da la orden, tu comisario le lame el culo y tú tampoco metes presión.

-Esa panda de gandules, son nuestros amigos, los cuales están haciendo todo lo posible para que el cabrón que nos manda nos de la orden de ir a por Santiago, nuestro Comisario, porque creo recordar que trabajamos juntas, también está hasta las pelotas, se está peleando con jueces y capitanes para que nosotros podamos seguir.- A medida que iba hablando iba subiendo el tono de voz- Y yo, estoy todos los putos días vigilando cada movimiento, y hablando con colegas en distintos departamentos para que no se nos escape mientras tú estás en tu silla revisando los mismos expedientes una y otra vez, que vas a desgastar hasta la mesa, joder.

-Parece que se te ha olvidado Serafina, parece que se te ha olvidado lo que nos hizo, que hay más víctimas, quiero conocer cada detalle de cada denuncia. ¿Sabes? En Vigo me hicieron la vida imposible porque había detenido a un macho alfa, muchos de mis compañeros adoraban a ese tío, y no me fío ni de mi sombra. No estoy dispuesta a que ese cabrón vuelva a violar a nadie más, lo que me hizo no tiene perdón, lo que sufrí sola no se lo deseo a nadie, sufrí en mi relación con Esther, sufrí con las drogas, sufrí con la violación, con todo lo de mi padre, con la comisaría de Vigo, llevo sufriendo toda la vida y haciéndolo sola, y lo único que pido, que parte de ese sufrimiento se acabe, porque el dolor lo sigo llevando y estoy harta, harta de que haya gente incompetente que le importe más la política y no esté haciendo las cosas con sentido común. Estoy harta de ser policía, estoy harta de tener miedo cada vez que voy por la calle sola, estoy harta de no poder soltar toda la mierda que llevo dentro.

-Marta joder... ¿No crees que ya es suficiente? No estás sola, y sabes que no has estado sola, que me has tenido ahí siempre.

-No Fina, no te tuve en Vigo, no te tuve aquella maldita noche, no te tuve cuando me quería meter un pico.

Expediente 1958,  Jaque a La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora