Capitulo 4

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                                                                  El Príncipe de Cristal Capitulo 4

En cambio Arthur estaba devastado por la declaración de Alfred. El dijo que los homosexuales eran extraños, entonces...

¿Por qué para Alfred, Arthur no lo era?

Él era homosexual, jamás cambiaria eso.

Entonces... ¿porque?

Arthur caminaba por los pasillos aturdido aun por las palabras del americano, todos a su alrededor lo miraban extrañado pero al ver que no estaba del todo bien decidieron ignorarlo. Llego a su oficina, al entrar Lukas se encontraba sentado en el sofá con Mathias a su lado, los cuales le dirigieron la mirada expectantes.

― ¿Y bien? – Lukas miro a Arthur - ¿Cómo te fue con Alfred?

―No hablamos mucho –Se sentó frente a ellos - Hola Mathias

―Hola Arthur –Le sonrió a Arthur de forma burlona - Con que te gusta Jones ¿eh?

―Cállate Mathias –Lukas le dio un golpe estómago

― Lukas eres tan malvado. ― respondió de forma melodramática

― Él me dijo... -Ambos chicos voltearon a verlo ― Q-Que soy.... P-Perfecto

―Hahahaha –Mathias se rio de las palabras de Arthur y negó con la cabeza divertido ― Dile a Alfred, ¡Que está mal de la cabeza! Hahahahaha –Ante ello el inglés se entristeció

Tras ver el rostro triste del inglés noruego se puso de pie molesto y tomó del brazo a Mathias sacándolo de la habitación por la fuerza

― ¡MATHIAS largo de aquí! ― soltó el noruego antes de cerrar la puerta de la oficina, dejando fuera a su novio.

― Él tiene razón Lukas, Alfred debe estar mal o algo así.

―Claro que no Arthur, tu eres una maravillosa persona y no debes dudar de ello.

―P-Pero –Suspiro y le sonrió leve al joven – Gracias Lukas, en verdad te lo agradezco.

― ¿No deberías estar feliz por las palabras de Alfred?

― A él no le gusto de esa forma, él me dijo que ser homosexual es raro y con ello me dijo que no le interesa serlo el también –Arthur rio sin gracia

― ¿Ese imbécil te dijo eso? – El inglés asintió en afirmación – Voy a matarlo – Se acercó a la puerta con intención de salir pero el oji verde lo detuvo

― ¡NO, LUKAS! – Le abrazo por la cintura y lo jalo hacia atrás – No quiero que le hagas daño, please – soltó unos pequeños sollozos

―Pero... – Noto las lágrimas que amenazaron con salir de sus ojos, deteniendo así el forcejeo para salir de la oficina – De acuerdo –Suspiro con frustración y le abrazo – Pero solo porque tú me lo pides Arthur – El noruego le sonrió para animarlo

―Thank you Lukas –El ojiverde le devolvió la sonrisa

Arthur se despidió de Lukas ya que no se encontraba de ánimos para conversar con nadie, las palabras del joven americano resonaban en su cabeza aun y decidió que lo mejor para él sería olvidar a ese chico de ojos azules, pero, le era imposible no pensar en él.

Desde un principio siempre lo supo, no debía enamorarse de nuevo como en aquel entonces cuando ese hombre al que amo demasiado, solo jugó con él y se burló de él en su propia cara.

Flashback

El joven de ojos esmeralda se encontraba tranquilo en el jardín real bebiendo una taza de delicioso te, pero su pacifico momento de relajación fue interrumpido por una molesta voz que él conocía muy bien.

― Arthur mon amour~

Un joven de rubios cabellos pero a diferencia del inglés este tenía el cabello hasta los hombros, orbes azul celeste, cuerpo muy bien tonificado, tez blanca y muy atractivo.

― ¿Qué es lo que quieres idiota? – Miro al francés con molestia, pero era un camuflaje para que no notara que estaba feliz de verlo

―Que cruel eres mon cher, no eres para nada lindo.

―Nunca dije que lo fuera... ¡Idiota!

―A mí no me engañas mon cher, estas feliz de ver a esta escultural belleza de nuevo.

― ¡Ni en tus mejores sueños¡ – Miro al francés muy avergonzado, continuaría reclamando pero fue callado por unos labios sellándolos en un dulce beso entre ambos – Ah....em..

―Te extrañe mon amour – Se inclinó ante el oji verde, tomo su mano entre las suyas y planto un beso en ella – Estoy de vuelta mi dulce príncipe de orbes esmeralda tan profundos y puros como los más bellos bosques.

―Francis, deja de hacer eso ¡idiota! – Se sonrojo de un tono carmesí – Odio que hagas eso, ésas lindas palabras no te servirán de nada... – Se cruzó de brazos y giro su rostro hacia el lado opuesto mirándolo de reojo – Pero... Me alegra volver a verte – Arthur sonrió de lado

―Je t'aime – Francis le sonrió con ternura – Sabes qué fecha se acerca ¿Verdad?

― Bienvenido Francis, yo también te amo...

Fin del Flashback

El inglés estaba recostado en el sofá, se sentía triste y deprimido al recordar ese miserable pasado que odiaba, eso jamás debió ocurrir pero el cómo todo idiota que era siempre terminaba en esas situaciones tan patéticas. Jamás aprendería la lección.

Después de reprenderse a sí mismo durante unas horas un ruido lo saco de sus pensamientos, era alguien tocando la puerta, seguramente Lukas que quería animarlo. Se puso de pie caminando hacia la puerta para abrirla y encontrarse con una gran sorpresa para él, en la puerta estaba parado nada más y nada menos que aquel rubio que era el causante de insomnio, Alfred F. Jones estaba de pie delante de él.

― ¿Qué necesitas? –Le dijo con tono frio

― P-Pues... –Miro muy sorprendido por la forma de actuar del oji esmeralda – L-Lamento molestarlo Sr. Kirkland es solo que me pidieron que entregara a esto a usted – Le hizo entrega de unos documentos

―I see... -Le arrebato los papeles con molestia y camino de regreso a su escritorio y dejarlos sobre este – ¿Sigues aquí?

― ¿Eh? ¡Sí! – Frunció el ceño ante el tono en que le hablo- Lamento la molestia, pero no tiene por qué tratarme así.

―Tu solo eres un empleado no vengas aquí a tratar de enseñarme modales – Frunció el ceño y lo miro con desprecio – ¡No sabes nada!

―Yo pensé que usted era una gran persona pero al parecer me equivoque al pensar eso –Frunció más el ceño – Solo es un hombre asquerosamente millonario que cree que puede pisotear a la gente cuando quiera.... Solo escoria y de la peor

―....... – El inglés se sintió herido al escuchar sus duras palabras e inmediatamente abofeteo al menor, después de todo él no tenía idea de que era su culpa que se encontrara en ese estado – Tú no sabes nada.... ¡Nada! Te odio Alfred –Su rostro se cubrió con lágrimas que representaban el dolor causado por el americano

―...... – Miro atónito al inglés al verlo llorar, se sintió un tanto culpable por ello, se acercó a él con cautela y le abrazo rodeando su cuerpo con sus brazos – I-I'm sorry Arthur.... No era verdad lo que dije, solo me molesto que te enfadaras conmigo por la nada.

―S-Suéltame – Arthur se sorprendió y sonrojo – No me mientas, yo sé que tú me odias

Continuara....


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