𝑵𝒐 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝒓 ⟬ᵗʷᶜⁿʳ⟭

Tom

—Te amo.

Las notas que en ese momento tocaba se desafinaron por lo improvisto que fueron sus palabras. Alcé mi vista para mirarlo y lo encontré todo sonrojado hasta las orejas. Su pecho subía y bajaba tan rápido que pensé que le daría un desmayo. Después de un rato donde estuvimos mirándonos, se tapó el rostro repitiendo constantemente "lo siento".

Dejé la guitarra en su base y me senté a su lado.

—Lo siento, no debí decirte— una vez más me repitió.

—¿Por qué? Es lo que sientes, ¿no?

—Sí, pero tú solo estás por Mia y no quiero que sea extraño.

—Vine por ti, porque es tu cumpleaños. Pasé dos años lejos de ti, no quería pasar un tercero—.

—Gracias por hacerlo y gracias por quedarte conmigo hoy.

—En cuanto a tu confesión, lo has dicho ¿porque de verdad lo sientes?—

—No ha cambiado nada, en estos años mi corazón no ha dejado de amarte—. Sus lágrimas cayeron y trató de bajar la cabeza. Así que lo tomé por las mejillas para verlo a los ojos.

—No llores, aunque te veas lindo todo rojito, no me gusta verte llorar—. Bill me sonrió y su mirada bajó a mis labios. Por instinto, también miré los suyos. Era cuestión de que uno se decidiera en acercarse, pero antes de que eso sucediera, el altavoz de Mia se escuchó con un fuerte llanto.

Bill mordió su labio y se alejó completamente para levantarse y salir del sótano. Mientras que yo suspiré y pensé que mi hija era una inoportuna. Después de unos minutos, subí también para ver qué tenía mi princesa y solo tenía hambre porque Bill le daba comida a esa hora.

—Solo tenía hambre, papi— dijo apenas me vio entrar a la cocina.

—Entonces come todo y descansa, porque mañana te llevaré a conocer a Pumba.

—¿En serio?—. Asentí, peinando sus cabellos rubios.

—Entonces dormiré toda la noche.

—Entonces vamos arriba— pidió Bill. Mi hija me dio un beso y subió las escaleras.

—Esperame en la piscina— me dijo Bill, antes de seguir a Mía a su habitación. Como me lo pidió, fui hasta la piscina. El bonito sofá me esperaba para utilizarlo, pero mi vista fue a parar a las aguas del pequeño jacuzzi. Mientras me debatía entre sentarme o meterme al agua, ya mis manos abrían los botones de mi camisa para quitármela, seguido de las demás prendas que me estorbaban.

Me sumergí y nadé al otro extremo para apoyarme y esperar a Bill. A pesar de que era casi de madrugada, mi cuerpo estaba que ardía entre ansiedad y deseo. En realidad, no pensé que mi rubio aún despertara en mí diversos sentimientos, y el deseo era uno de los más fuertes.

La puerta se deslizó y me dejó verlo vistiendo un abrigo. Me sonrió al verme allí metido.

—¿Tienes calor?— me preguntó y se sentó en el sillón, dejando al descubierto sus piernas desnudas.

—¿Tú no?— contesté, pasando mi vista por su cuerpo.

—No hagas eso—.

—No hago nada, solo admiró tu belleza. Aún te ves joven—.

—¡Oye! Yo aún soy joven— riñó indignado.

—Es molestando— reí y después pronuncié: —¿Y bien, no entrarás conmigo?—

—Estaba esperando que me invitaras— se levantó y solo dejó caer su abrigo al suelo. Bill estaba desnudo frente a mí, mi vista recorrió toda su desnudez. Era lo más etéreo que había visto. Bill siempre había tenido un hermoso cuerpo, pero ahora era más sensual, más seguro de sí.

Caminó bajando los escalones hasta meterse al jacuzzi y nadó hasta llegar frente a mí. Estábamos nerviosos, era notorio, pero él siempre ha sido más valiente que yo. Así que solo pasó sus manos por mi cuello y cortó la distancia entre ambos.

—Estoy nervioso— confesé, tomando su cintura, y enterrando las yemas de mis dedos en su piel. Bill jadeó, pasito, pero fue delicioso escucharlo.

—Yo también, pero es lo que ambos queremos, ¿no?— murmuró, viendo mis labios.

—Esto es lo que quiero—.

—Te amo— me repitió, juntando nuestras frentes.

—Te amo— le contesté, uniendo nuestros labios.

A medida que nos besábamos la pasión  crecía en nuestros cuerpos, nuestras erecciones chocaban entre si, haciendo el momento muy caliente , sus piernas rodearon mi cintura para quedar sin espacio entre nosotros. lo giré y su espalda fue a parar de llenó con los escalones del jacuzzi que temi haberlo lastimado.

—lo siento — murmuré sobre la curvatura de su cuello donde estaba dejando unos bonitos chupetes. guardó silencio y me dió acceso a su cuerpo, para que otra vez fuera mío pero tenía una duda y sabía que era tonto pero quería saber si había tenido sexo en estos dos años porque yo no. por eso mis dedos ya estaban hurgando su caliente agujero y el se deshacía en gemidos deliciosos que alteraban aún más lividez.

—despacio— pidió cuando comencé a penetrarlo. y a decir verdad no tuve necesidad de preguntar si había tenido otro hombre su estrechez y su difícil acceso a sus paredes me confirmaron que no. sus gemidos me estaban haciendo perder la razón. las estocadas eran fuertes y rápidas , una tras otra sin tregua alguna. mi bebé las aguanto todas y se derramó sin recibir ayuda de mi parte. al terminar solo eran respiraciones erráticas y risitas tontas.

deshize la unión placentera y le ayude a salir del jacuzzi fui al baño lateral para tomar dos batas para envolvernos con ellas. Bill activo el desagüe y el agua cambio por una limpia.

El molesto timbre de mi teléfono me hizo levantar cabeza , apenas recordé donde estaba me giré para observar a mi pequeña y a mi rubio dormir plácidamente junto a mi. sonreí de lo tierno que se veían ambos con la boca abierta y sus manos en una posición extraña, tomé mi teléfono para retratar ese momento único. pero si Bill me dejaba podría vivir estos momentos a diario. me desperecé un poco y salí de la habitación para bajar a la cocina a preparar un buen desayuno.

Siento que la estoy alargando. ¿Ustedes qué creen? ¿Creen que es relleno? Yo creo que no, jajajaja. Pero bueno, creo que ahora sí faltan tres o cuatro capítulos y listo.

Ah, perdón por el Smut tan simple. Ya les dije que soy pésima. 🫣