|Capítulo 8|

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*Percy

Debí de haber caminado junto a él en todo momento. Debí de haber esperado un poco para cruzar... Debí de haber sido yo.

En ese instante cuando Nico cruzó la carretera y la camioneta se aproximaba, mis piernas se bloquearon y mi voz se cortó. Jamás había sentido tanta impotencia al no poder evitar que algo sucediera.
En cuanto la camioneta impactó contra Nico lo primero que hice fue correr a su lado. Leo había visto todo y fue a nuestro encuentro.
Fue como si el tiempo se hubiese detenido.
Después de 15 minutos llegó la ambulancia y se llevaron a Nico.

Entre con el en la ambulancia mientras sujetaba firmemente su mano. Pensaba en que todo saldría bien y que pronto estaríamos de nuevo en casa.
Su cuerpo estaba cubierto de raspones y moretones. Tenía un largo y profundo corte en la mejilla. Su nariz estaba rota y cubierta de sangre. Su piel estaba más fría de lo habitual y su chaqueta de cuero estaba llena de residuos de tierra y sangre.

La parte trasera de mis ojos ardía y mi nariz estaba tan roja como la sangre de Nico. Debía ser fuerte y no podía caer, no ahora.
Una paramedico medía su frecuencia cardíaca y le colocaba una intravenosa en el antebrazo. Dos paramédicos más trataban de contener la emorrajia de su nariz con algodón, gasas y otros objetos que no reconocía.
La ambulancia tenía las sirenas encendidas e iba a toda velocidad hacia el hospital.

- estará bien... -una de las paramédicos colocó su mano en mi hombro y me dedico una sonrisa amable pero poco confiada. Me limite a asentir tratando de creer en sus palabras, sin embargo algo me decía que no estaba del todo convencida.

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*Nico

Dolor. Era lo único que sentía.
Mis pensamientos estaban borrosos y no podía moverme o abrir los ojos. Todo estaba oscuro y dolía...

No tenía ninguna noción del tiempo. Podrían haber pasado 3 minutos o 3 días, pues no sentía o escuchaba nada, lo único que podía reconocer era un vago cosquilleo en mi mano. Como si estubiese envuelta en algun material suave. Traté de mover mis dedos pero fue inútil pues ninguna parte de mi cuerpo respondía.

Sólo esperaba que Percy se encontrará bien.

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*Percy

Llegamos al hospital y todos se pusieron alerta.
Los paramédicos de la ambulancia bajaron cuidadosamente a Nico en la camilla y 3 enfermeros ayudaron a transportar a Nico a Urgencias. Yo corría al lado de la camilla sujetando todo el tiempo la mano de Nico hasta que al llegar a una puerta de cristal una doctora me prohibió el paso y mi mano soltó la suya.
La doctora me dijo que esperará en una de las salas de espera mientras la camilla de nico se alejaba por un largo pasillo blanco. Al principio pensé en negarme pero la doctora insistió.

Cuando llegué a la sala vi a Leo sentado en un sillón marrón muy parecido al de nuestro departamento con los ojos enrojezidos y muy abiertos. Se levantó de su asiento y no pude contenerme más, Me acerqué a él corriendo y me dejé llevar por la tristeza. El me abrazó y comenze a sollozar en su hombro.

Después de unos minutos por fin me separe de leo y ambos nos sentamos en el sillón marrón.
La sala de espera era bastante grande. Con pisos de mármol, habia una pantalla al fondo de la habitación, ventanas que daban a un jardín del lado derecho y muchos sillones que hacían juego con el nuestro.
Había demasiadas personas esperando, posiblemente por un familiar o un amigo en las mismas condiciones que Nico o peor.

Minutos más tarde la misma doctora que había recibido a nico se aproximó a nosotros.

- ¿Ustedes son los parientes de Nico di Angelo? - no podía comprender como es que sabía su nombre, sin embargo me levanté en ese instante y ascenti seguido por Leo

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