Anécdota

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Como ya entenderán, en estas pocas semanas nos llevamos muy bien, hasta el grado de hacer muchas cosas juntos. Sin embargo, sólo sucedía en la escuela, el hecho de invitarla a mi casa sería un suicidio; mi padre es un alcohólico y vivo en una casa muy pequeña. Es una pena que ella nunca me haya invitado a su casa, siempre me decía -vivo con toda mi familia y no ahí no existe la privacidad-

Hoy, mientras me dirigía a casa, sucedió algo que no tenía previsto,bajé del colectivo y a media cuadra dos señores grandes me empujaron y me quitaron la mochila, sí, estaba asustado, nunca me había pasado esto, no sabía qué hacer... No tenían arma, pero su físico era, anormal.
Me insultaban y me llevaban a un callejón, me tiraron, me golpearon, y, se llevaron todas mis cosas, dejando únicamente un lápiz y una libreta. Esa libreta era este diario... Fue, algo traumante, porque aún teniendo a un cuidador en el barrio ellos acabaron conmigo... No lo escribí a detalle pero ya entenderán qué más pasó... Me quedé rendido unas horas, hasta que... No recuerdo cómo, pero cuando reaccioné, ya estaba en la casa del vecino. Aquel vecino del que nadie veía, no salía, incluso daba miedo. ¿Cómo lo reconocí? Enfrente se podía ver mi casa. Estaba acostado en la cama, con una bolsa de hielo en la cabeza... Fue una experiencia que no necesitaba tener... El vecino de nombre Walter, quien había perdido a su madre, su esposa y su hija, se compadeció de mi. Y eso no suele pasar.
-Tú padre salió, y parece que dejó la puerta cerrada, si quieres puedes quedarte aquí hasta que él venga.
-Muchas gracias señor, no sabe cuánto me ha ayudado.
>Los que vivimos cerca siempre creímos que era un viejo infeliz con ganas de matar a media ciudad, que era un cae mal, y que él había asesinado a toda su familia... Ahora me doy cuenta que no hay que creer todo lo que dicen los ignorantes<

Fue un día muy interesante...

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