The Walking Dead Arrive

Cambio de planes

El hombre de la tienda gritó:

- ¡Ha llegado la hora! ¡Rapido tapad la puerta!

Claudia y yo salímos corriendo muy asustadas para estar con mis padres cuando de repente vimos a varias personas descuartizandolos. Empecé a gritar y a correr hacia ellos:

¡PARAD! ¡DEJADLOS EN PAZ!

El grupo de personas escucharon mis súplicas y empezaron a venir a por mi, observé que mis padres estaban tirados, sin vida, sin color de piel... Muertos. Empecé a llorar y Claudia me gritaba para que volviera al local, yo no la escuchaba y las personas se acercaban hacia a mi cada vez más deprisa, cuando estas estaban apunto de agarrarme apareció el hombre que nos vendió los helados matando a esas personas con una gran espada asestando varios golpes mortales en las cabezas de esas personas. El hombre me cogió y me echó a su espalda, cogió de la mano a Claudia y nos llevó al local. Toda la gente que estaba dentro cerraron las puertas y las bloquearon. Me asomé asombrada al cristal para ver lo que ocurría y ví una auténtica masacre: personas comiéndose a personas.
Pero había algo raro en ellas, eran como... diferentes. El hombre de la tienda vino a consolarme y con mirada tierna me dijo:

- Hola, soy Ángel, siento mucho lo ocurrido ahí fuera, tendrás que quedarte aquí hasta que vengan a ayudarnos.

Yo le pregunté:

- ¡¿Que son esas cosas ?!

- Caminantes, personas que han muerto y por un virus desconocido, han vuelto a la vida con el único deseo de comer carne, si alguno te araña o te muerde, en cuestión de tiempo tu fiebre aumentará hasta acabar contigo y alcabo de un tiempo inespecificado vuelves a despertar sólo que diferente a la persona que eras antes, sin mentalidad, te conviertes, como en un monstruo.

Al escuchar esto empecé a llorar y llorar pensando en que mis padres se convertirían en monstruos.
Estuve observándolos horas hasta que empezaron a levantarse, una alegría inexplicable invadió mi cuerpo hasta que recordé que ya no eran los mismos. Claudia quería volver con sus padres, pero aún, no era seguro que estuviesen vivos, las dos llorábamos de tristeza hasta que Ángel nos dijó que teníamos que descansar porque al día siguiente había que trabajar para reforzar el local, nos dió dos helados de chocolate, aunque eso no calmó la tristeza de perder a unos familiares tan importantes como tus propios padres. Cayó la noche y todo el mundo estaba durmiendo, un ruido me despertó y ví a Ángel con una gran espada en mano matando a los caminantes, lo hacía con gran facilidad, derrepente ví como se dirigía hacia mis padres. Me levanté rápidamente y fui directa hacia el cristal cuando observé como Ángel...

CONTINUARÁ...