Eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando Gael se encontraba jugando al FIFA 2015 recostado en la cama de su habitación. El muchacho intentaba mantener la mente ocupada para no pensar en la pérdida de su abuelo, a penas ayer lo enterraron y era como si hubiese pasado una eternidad. Lo extrañaba tanto..
De repente se escuchó un fuerte ruido en la casa y el joven se sobresaltó, en el exacto momento que miraba la puerta del cuarto entró enfurecida Idaira.
—¿Se puede saber que pasa? —preguntó el— ¿Porqué tanto alboroto?
—¿Aún lo preguntas? —contestó Idaira.
—Hombre..... si lo pregunto será por algo —dijo en tono serio.
Idaira se recostó a su lado y le empezó a acariciar la pierna. El se quedó mirándola asombrado.
—¿Qué haces? Aparta la mano ya —le rogó desafiante.
- Ay primis.. que ocurre, ¿Porqué te pones así? —le dedicó una mirada picara.
Gael resopló por dentro agobiado.
—Aparta la mano, por favor. No me gustaría repetírtelo más —dijo serio.
Ella no podía creer como podía resistirse a sus encantos si era consciente que de pies a cabeza era perfecta y la soñada por cualquier hombre. No iba a ser el primero que la iba a rechazar, iba a ser suyo sea como sea.
—¿Y si no lo hago? —le sacó la lengua intentando seducirle.
Gael la miró enfadado.
—1, 2, 3.... —empezó a contar para no explotar.
—Si sabes contar aparte de ser guapo —sonrió ella.
Gael resopló por dentro, cada día que pasaba la soportaba menos. De su vida no cambiaría muchas cosas pero si fuese posible hacer un cambio, la cambiaba a ella. Estaba muy pero que muy harto. Odiaba las chicas así y más siendo de su propia familia.
—Ya me colmaste la paciencia —afirmó apartándole la mano.
Idaira lo miró ofendida.
—¿Qué te crees? —contestó.
Gael se acarició el cabello mientras sostenía los mandos de la videoconsola.
—¿A qué viniste? —le preguntó amablemente para evitar discusiones.
Idaria le quitó los mandos y lo miró fijamente.
—En vez de sacarme a pasear te encierras en tu cuarto. Vámonos de shopping.
Gael suspiró.
—Ni que fuera un perro que hay que sacarlo a pasear —se dijo a si mismo muy flojo.
Idaria lo miró desconcertada.
—¿Qué dijiste?
—No, nada solo pensaba —dijo el.
—Vámonos de tiendas no me seas malo —repitió.
Gael le quitó los mandos con furia.
—No voy a ningún lado, con lo de ayer nada me apetece.
—Nos hará bien despejarnos —miró al joven con ojos de corderito degollado.
Gael soltó un bufido que provocó que temblaran hasta las paredes.
—He dicho que no. No seas pesada —le aclaró lo más calmado que podía. No había persona que más le crispara que ella.
Idaira se levantó indignada y le tiró los mandos al suelo.
—Yo no puedo ir de compras y tu si jugar a la caja de cerillas esta. ¡PUES NO! —gritó caprichosa.
En ese preciso instante aterrizó un avión a la ciudad Sevillana con una joven italiana. Fiorella salió del avión perdida , no sabía qué hacer ni que decir. La muchacha optó por seguir a las personas que salían del mismo avión que ella. A los 10 minutos de andar se encontró con muchas personas que estaban recogiendo sus pertenencias.
—Scusi, ¿Dove questo mia valigia? (Disculpe, ¿Dónde está mi maleta?)
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DESAFIANTE COINCIDENCIA.© #Wattys2016 #HandwrittenAwards #DulceSal
RomanceEl destino de tres personas cambia después de morir un familiar que tenían en común los tres protagonistas. Una joven muchacha italiana llega a una casa buscando trabajo y dentro de ella no se imagina que encontrará a familiares lejanos, entre ello...