La historia empieza cuando Fernando se resigna a que perdió a Leticia en brazos de Aldo Domenzaín. Ella se ve perdidamente enamorada de ese hombre rubio que conoció en el mar. Ella ha demostrado una y otra vez que ama a Aldo y que dejó de amar a Fer...
L: Es verdad. Solo espero no siga enamorada de ti.
F: ¿Cómo crees mi amor? Ya pasó mucho tiempo. Además, ella ya sabe que estoy casado contigo. Así que no te preocupes por eso. Solo quería que lo supieras.
L: Está bien, no te preocupes. Yo confío en ti Fernando. Nuestra relación es muy distinta ahora. Somos personas más maduras. Se que esto no tiene por qué trascender.
Fernando suspiró aliviado. Le gustaba ver qué Leticia ahora confiaba en él. Y se sentía muy feliz por ello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los días transcurrieron como agua. Fernando y Leticia sentían que no les alcanzaba el tiempo para estar juntos. Cada vez que se separaban en las mañanas les resultaba tan difícil porque se extrañaban mucho durante el día. Aún así, trataban de pasar tiempo y días juntos bastante seguidos. Leticia lo acompañaba a las giras turísticas y le encantaba hacerlo. No solo podía pasar tiempo con su esposo, sino que también disfrutar de los bellos paisajes a su lado. Le sorprendía mucho esa faceta de Fernando, estaba realmente contento con ese trabajo, y ella se sentía feliz de verlo en un lugar donde el podía sentirse libre, y en paz.
F: ¿No estás cansada? (Dijo mientras le acariciaba la espalda)
L: Para nada. Estás caminatas son super agradables. Ya sabes, me encanta caminar al aire libre.
F: Admiro tu excelente condición. Bueno, el recorrido ya casi termina. Después de eso, te invitaré a comer algo delicioso en la plaza.
L: Me parece perfecto. Muero de hambre.
Mireya los observaba desde lejos. Desde que Fernando las había presentado, le causaba profunda curiosidad. Leticia era una mujer bonita y con buen porte. Tenía mirada expresiva y sonrisa tierna. Pero Leticia también se había sorprendido un poco porque Mireya realmente era una mujer atractiva. Pero eso ya no le preocupaba. Ella confiaba en Fernando y sabía que sabría manejar la situación de la manera más prudente posible.
Mireya observaba la escena. Fernando y Leticia se veían muy felices juntos. Se trataban con tanta dulzura, con ternura y amor. Fernando siempre estaba pendiente de lo que ella hacía. La complacía en todo, le cumplía sus antojos, la acariciaba... Realmente sentía mucha envidia. Se sentía desolada. Y es que era una completa tortura ver al hombre más guapo que había conocido, casado con otra mujer. Le molestaba que Leticia lo acompañara al trabajo, pues así ella no podía acercarse mucho a Fernando. Por dentro rabiaba al ver que ella nunca había logrado conseguir el amor de su ex jefe. ¿Qué tenía Leticia que ella no tenía? No dejaba de preguntarse una y otra vez.
F: El recorrido ha concluido (le dijo Fernando al grupo de turistas). Esperamos hayan disfrutado del día.